Este artículo se publicó hace 4 años.
Los bancos se lanzan a por los fondos de pensiones antes de que desaparezcan sus incentivos fiscales
La campaña de este año se desarrolla después de que el Gobierno haya anunciado la supresión de la desgravación actual, que beneficia a las rentas altas y que cuesta al Estado más de 1.600 millones al año.
Vicente Clavero
Madrid-
La mayor parte de las entidades financieras han lanzado ya sus campañas de promoción de los planes de pensiones, que suelen concentrarse en el último trimestre del año por la proximidad del cierre del ejercicio fiscal.
Esta vez las circunstancias son diferentes, pues el Gobierno ha anunciado su propósito de revisar las ventajas de que disfruta el ahorro para la jubilación en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Actualmente, el importe de las aportaciones a los planes de pensiones puede desgravarse, a la hora de hacer la declaración, hasta un máximo de 8.000 euros por persona o el 30% de la suma de sus rendimientos netos del trabajo y de las actividades económicas. El límite se amplía a los 24.250 euros cuando los contribuyentes sufren una minusvalía física o sensorial igual o superior al 65% o bien una minusvalía psíquica igual o superior al 33%.
Según los estudios realizados por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF), quienes hacen uso de esa posibilidad suelen ser en su mayoría perceptores de rentas relativamente altas, a veces con un patrimonio significativo y que no parece que vayan a tener la imperiosa necesidad de completar en el futuro su pensión de la Seguridad Social con otra privada. La desgravación conlleva un coste para las arcas públicas del orden de 1.600 millones de euros anuales.
La desgravación por los planes de pensiones cuesta a las arcas públicas unos 1.600 millones de euros anuales
Su eventual supresión afectaría, en principio, a los planes de pensiones individuales (es decir, los que ofrecen las entidades financieras al público en general), pero no a los de empleo (los que constituyen las empresas en favor de sus trabajadores). Sobre la tercera modalidad existente, los que crean ciertas asociaciones para sus afiliados, el Gobierno no ha revelado aún qué propósitos tiene.
Además de tratarse de un año especial, quizás el último en que desgravan las aportaciones, las tradicionales campañas de captación de clientes se van a desarrollar en un ambiente poco propicio, debido a las bajas rentabilidades que proporcionan los planes de pensiones de un tiempo a esta parte.
En agosto, último mes del que se disponen datos, su rendimiento medio fue de poco más del 1%, si nos atenemos a la información facilitada por la consultora VDOS.
Las estadísticas de la patronal que representa a las instituciones de inversión colectiva, Inverco, correspondientes al primer semestre no son más halagüeñas. La rentabilidad a un año del conjunto de los planes de pensiones se situaba entonces en el -1,75% y a tres años, en el 0,31%. Hay que buscar plazos mucho más largos para encontrar mejores resultados y, aun así, en ningún caso se supera el 3,6%.
En las campañas de captación de clientes de este año, las entidades financieras no buscan tanto la suscripción de nuevos planes de pensiones como el aumento de las aportaciones a los ya existentes o la atracción de los que están gestionados por su competencia. A tal fin ofrecen una variedad de bonificaciones que pueden llegar hasta el 5%, aunque con topes en las cantidades sobre las que hayan de calcularse.
Al término de 2019, Inverco cifraba el patrimonio de los planes de pensiones en 116.418,5 millones de euros. Eso significa que en el periodo comprendido entre enero y octubre se produjo un aumento del orden de 4.276,2 millones. De dicha cifra, 2.524 millones de euros son atribuibles a nuevas captaciones, cifra que casi triplica a la de cualquier otro trimestre.
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