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Los ‘300 espartanos’ de Coca-Cola

Los trabajadores de la fábrica de Coca-Cola de Fuenlabrada cumplen un año plantando cara al ERE y a los cierres de la empresa embotelladora en España. Tras varias sentencias favorables, ven cada día más cerca su objetivo: la reapertura de la planta y su readmisión.

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Un dibujo hecho a mano por la mujer de uno de los trabajadores de Coca-Cola en Fuenlabrada, que llevan un año acampados protestando con el ERE y el cierre de la planta. -JAIRO VARGAS

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MADRID.- Es la hora de comer y Antonio coloca platos, vasos y cubiertos. Hoy toca lentejas y se han pegado un poco. Sentado a la larga mesa hecha con tableros, se sube las mangas dejando entrever un tatuaje. La palabra “Espartano” ocupa la mitad de su antebrazo. Se lo tatuó hace unos meses, en mitad del conflicto laboral alrededor del cual gira ahora su vida. Él es uno de los 300 espartanos de Fuenlabrada a los que se refiere el gran dibujo hecho a mano, en blanco, negro y rojo, que preside la improvisada caseta en la que va comer un día más.

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La empresa Coca-Cola Iberian Partners decidió cerrar esta fábrica hace un año, junto a otras tres en España, y puso en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que finalmente afectó a casi 2.000 trabajadores entre despidos, traslados y prejubilaciones, aunque ha sido declarado nulo por la Audiencia Nacional. Los sindicatos comenzaron a movilizarse rápidamente contra los despidos y los cierres, pero una empresa con 900 millones de euros de beneficios anuales pudo permitirse una de esas ofertas que pocos se atreven a rechazar, menos aún en plena crisis: bajas incentivadas, prejubilaciones y bonificaciones a los que decidieran aceptar un traslado de ciudad.

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El ERE afectó a casi 2.000 trabajadores entre despidos, traslados y prejubilaciones

Todos pasaron por el aro menos este colectivo de empleados de Fuenlabrada que nunca comprendió el motivo real por el que una empresa quiere cerrar la segunda fábrica más productiva, la más moderna de Europa y en la que ha invertido miles de millones. Aunque intuyen que ser la fábrica con el mejor convenio colectivo de todas, que renovaron justo la mañana antes de que les comunicaran el cierre, tiene algo que ver.

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“Lo que han hecho es una chapuza, y lo sabíamos desde el principio”

“Buenas. Os traigo un poco de leña”, anuncia una cabeza que se asoma por la puerta. Es José Luis, un empleado municipal de mantenimiento de zonas verdes a quien el Ayuntamiento de Fuenlabrada (PSOE) ha ordenado que les lleve los restos de los árboles que sanea cada día. No es la única muestra de apoyo político. Hasta ese campamento se han acercado Cayo Lara, Tania Sánchez (IU), Iñigo Errejón, Rafael Mayoral (Podemos)Antonio Miguel Carmona (PSOE), “hasta Rosa Díez (UPyD) vino un día a explicarnos por qué su partido no apoyó una pregunta en el Parlamento Europeo que promovían IU y Podemos”, subraya Asenjo.

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“Muchas grandes empresas tienen los ojos puestos en cómo sale este ERE"

La posibilidad de que Coca-Cocola desmonte la fábrica se hizo realidad hace 15 días, cuando la Policía se presentó en el campamento ordenando su retirada mientras unos operarios entraban en el interior de la enorme planta. Iberian Partners aseguró que sólo quería hacer inventario, “pero eso se hace con cuadernos y no con llaves inglesas y gatos hidráulicos, que es lo que tenían esos trabajadores”, contrapone Iván mientras palia el frío de la tarde de invierno junto a la hoguera de un bidón en uno de los puestos de guardia. Asegura que se les filtró una circular de la empresa en la que habían fijado esa operación para el 12 de enero, tres días antes de que ocurriera. Finalmente un grupo de ellos saltó la alambrada de la fábrica y obligó a salir a aquellos misteriosos hombres vestidos con un mono gris, mientras la policía cargaba contra los trabajadores en el exterior.

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Un trabajador camina en el campamento donde llevan un año protestando a las puerta de la fábrica de Coca-Cola en Fuenlabrada contra su cierre. -JAIRO VARGAS

Pese al cansancio y las décimas de fiebre, están orgullosos de su lucha. No sólo plantan cara a la multinacional más famosa del mundo, argumentan, también están enmendando la reforma laboral del PP, diseñada por el bufete de abogados Sagardoy, artífice de este ERE que, de momento, está resultado un fiasco. “Muchas otras grandes empresas tienen los ojos puestos en cómo sale este ERE. Si una empresa con beneficios millonarios puede despedir y cerrar fábricas, por qué no iban a hacerlo ellas”, asegura Fernando mientras recorre el perímetro de la fábrica.

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