Este artículo se publicó hace 11 años.
La visita del COI a Madrid: mucha crisis y ninguna crítica
La situación económica de España sobrevuela los cuatro días en la capital de los inspectores olímpicos, que no se mostraron preocupados al respecto. Ni por eso ni por nada, al menos públicamente
Cuatro intensos y maratonianos días en el hotel Eurostars de Madrid, cuartel general de la visita del COI para evaluar la candidatura olímpica para 2020. No de sol a sol, pero sí de la mañana a la noche. Se tocaron prácticamente todos los temas, pero se quedaron fuera asuntos de calado, en España al menos, como la corrupción, la llegada de Adelson con sus casinos o el 15-M.
Sorprende también, por encima de muchas otras cosas, que la comisión de evaluación no hiciera ni una crítica a la candidatura. No lo hicieron, al menos, cuando tuvieron el momento, en la rueda de prensa final del jueves. Ni al riesgo de unos Juegos en España con la actual situación económica, sin saber cómo será en el futuro. Ni a las infraestructuras ni a nada.
Sí se habló mucho de economía, y por lo tanto de la crisis en nuestro país. No podía ser de otra manera, no sólo por la coyuntura económica actual, sino porque la candidatura de Madrid se apoya en una idea que defienden hasta la saciedad: la austeridad, en comparación con Tokio y Estambul.
La capital de España ha vendido en cada jornada a los inspectores olímpicos el hecho de que el 80% de las infraestructuras están ya construidas, aunque algunas de ellas necesitarían varias reformas. Y que con ese porcentaje de instalaciones también ya pagadas, era prácticamente una obligación presentarse para organizar los Juegos de 2020. "Estando la inversión ya hecha y habiendo ya gastado tanto las distintas administraciones, es casi un ejercicio de responsabilidad el presentar la candidatura, para poner en valor dicha inversión", afirmaba Juan Antonio Samaranch Jr., miembro del COI, el pasado martes.
De hecho, han venido a afirmar que la candidatura es un oasis en mitad de la crisis mundial y de la de nuestro país. El propio presidente del COE afirmaba el miércoles que Madrid 2020 no tiene ese problema y que "el mundo no corre ningún riesgo" si otorga los Juegos a la capital.
Las obras de La PeinetaDe las instalaciones que quedan por construir, los inspectores olímpicos pudieron observar el estado de las obras de la zona de La Peineta, donde estarían el estadio olímpico, el Centro del Agua, el pabellón de gimnasia y el circuito de BMX. Actualmente un terreno en mitad de la nada, con un estadio donde sólo hay levantado una cara de las gradas y el resto son cimientos. También se desplazaron a importantes sedes como el Santiago Bernabéu, Las Ventas, el Palacio de los Deportes, el Madrid Arena o la Caja Mágica.
No ha habido rastro de asuntos espinosos como la corrupción, ni de Eurovegas
Otra de las importantes patas sobre las que se ha asentado Madrid ante el COI ha sido la del apoyo ciudadano, que, aunque ha descendido algo con respecto a las anteriores intentonas, sigue siendo muy elevado. De hecho, publicaron dos encuestas -una propia y otra del COI- en las que el respaldo en la capital era del 76% y en el resto de España de entre el 77 y el 81%. La cercanía entre las sedes y el atractivo turístico de la ciudad han sido otros de los puntos que la candidatura se ha esforzado por trasladar como ventajas frente a Tokio o Estambul.
Ni rastro, eso sí, de asuntos espinosos como la corrupción, que en España roza ya a la Casa Real, el Gobierno y los principales partidos políticos. No fue objeto de preocupación, según explicaba el ministro Wert el martes. Extrañamente tampoco Eurovegas, que de alguna manera tendría cierta presencia en un Madrid olímpico dentro de siete años, ya que la capital contaría con las plazas hoteleras del macrocomplejo de casinos. Inluso la propia alcaldesa de Madrid, Ana Botella, hacía gala de ello el miércoles.
Las protestas, de pasadaLas protestas se tocaron sólo de pasada, al coincidir la visita de los inspectores con varias manifestaciones y la huelga de los trabajadores del Metro. Botella dijo que se lo tomaron como algo normal que sucede en países democráticos, algo que remarcó sir Craig Reedie, presidente de la comisión, que afirmó haberlos visto y entendido.
Cierto es que la huelga del suburbano madrileño no tuvo incidencia para el COI, ya que no bajaron al mismo. No se movieron de hecho de la ruta establecida de antemano para las cuatro jornadas y sólo se desplazaron en autobús con escolta policial. Aunque sí pudieron ver de cerca a la veintena de personas que protestaba cada día a las puertas del hotel Eurostars pidiendo "menos Olimpiadas y más deporte público". Y también a los trabajadores del Club de la Casa de Campo que reclamaban un convenio.
El tiempo durante la visita, que comenzó con "un frío espantoso" como comentó y pudo comprobar el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la inauguración, acabó, eso sí, dando tregua. Los periodistas, por su parte, se tuvieron que conformar con ver a los inspectores a tres metros -lo más cerca- hasta el último día y a oírlos hablar -sólo a dos de ellos- únicamente en la comparecencia final ante los periodistas. "El COI no ha venido a exhibirse ni a hablar con los medios, sino a trabajar", les defendió Alejandro Blanco, presidente del COE.
Los inspectores, al menos, sí que se fueron contentos, a juzgar por las palabras de todos los cargos implicados, incluido el príncipe Felipe. "Creo que hemos conseguido pasar con muy buena nota", afirmaba este jueves. La calificación definitiva, el 7 de septiembre en Buenos Aires.
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