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El Valencia CF se suma a la lucha contra el odio en el fútbol y se enfrenta a los ultras de Yomus

Acabar con las gradas ultras

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El cabecilla de Yomus Joan Josep Martínez, a la derecha, junto a dos ultras.

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VALENCIA.-  “Las gradas de numerosos campos de fútbol europeos se han convertido en criaderos de racistas y neonazis, porque los clubes lo consienten, y la justicia no actúa de oficio cuando se trata de aplicar en el fútbol la legislación en materia de delitos de odio”, denunciaba en estas mismas páginas en marzo pasado Esteban Ibarra, presidente del Movimiento Contra la Intolerancia.

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Ahora el Valencia CF ha dicho basta siguiendo instrucciones de su nuevo propietario, el inversor singapurense Peter Lim, “harto de ver como un pequeño grupo de fanáticos ultras enturbia y degrada por todo el mundo, gracias a la televisión, la imagen del Valencia CF con proclamas racistas, incitando al odio y observando también como los ultras en persona y desde las redes sociales atacan y ofenden gravemente no solo a sus directivos, sino también a su hija y a él mismo”, aseguran a Público fuentes de la dirección del club.

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Acabar con las gradas ultras

El plan para acabar con la pesadilla ultra en el Valencia CF “consiste en potenciar la presencia de jóvenes en las gradas del Valencia, habilitando para ellos zonas restringidas, a las que acceder a precios ventajosos, pero sólo para personas de entre 16 y 30 años. Estamos hablando de abonos de 150 euros por temporada, más descuento por ser accionista que, finalmente, deja el pase en 120 euros”, señala el director de comunicación del Valencia CF, Damià Vidagany.

El negocio de las gradas violentas

Es conocido que las gradas ultras en el fútbol han servido para la financiación de grupos y dirigentes de esas peñas, como se acreditó con Ultras Sur y otros. El negocio de los viajes, alojamientos, la administración de las aportaciones de los propios clubes para mantener “la paz social”, se convierte en algo muy goloso que trasciende el fanatismo.

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Asimismo, el directivo valencianista añade que “tras finalizar esa relación de colaboración entre el club y esta peña los seguidores de Curva Nord han tenido que ir uno a uno a taquillas a sacarse el pase o el abono. Ya no tienen que pasar por la Peña Curva Nord obligatoriamente para acceder a esa zona con lo cual ahora hay gente que sigue pagando la cuota a la Peña Curva Nord y hay gente que ya no paga esa cuota. Y claro, lo que ellos han estado haciendo es recaudar dinero, hasta ahora en torno a los 90.000 euros anuales, ya que estamos hablando de 1.800 miembros que pagaban 50 euros de cuota”.

Varios integrantes del grupo ultra Yomus hacen el saludo nazi.

Ahora con el cambio de gestión de la grada joven se ha acabado el supuesto negocio. “Allí hay una gente que quiere seguir manejando ese presupuesto que dicen invertir en animación y tal, además, están los ultras de Yomus, con lo cual esta medida no les gusta y nos generan muchos problemas”, aseguran fuentes del Mestalla.

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La propuesta de reorganizar las gradas ya se presentó en enero de 2015, pero ante la presión de los grupos ultras la medida tuvo que aplazarse “sine die”, hasta que los acontecimientos vividos en los últimos meses, como coacciones, amenazas, insultos racistas, homófobos o la presencia de banderas y saludos nazis, han acabado con la paciencia de la dirección del club”, aseguran directivos valencianistas a este medio, que prefieren que no se revele su identidad ante el temor de las amenazas.

El resultado del apuñalamiento del líder de Yomus a un estudiante en Valencia.

El historial criminal de Joan Josep Martinez incluye la brutal agresión a un joven en 2008 a quien apuñaló en el costado y que a punto estuvo de costarle la vida. La justicia valenciana calificó los hechos de “lesiones” y Martínez solo fue condenado a 3 años de prisión. Una sentencia que crispó a la sociedad valenciana por su benevolencia, ya que no se trató de una pelea espontánea. Quedó acreditado que el líder de Yomus, junto a otros ocho ultras luciendo camisetas con simbología nazi, habían salido armados a “cazar rojos” aquella noche de sábado en la ciudad de Valencia.

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Derecho de rectificación

En virtud del derecho de rectificación recogido en la Ley Orgánica 2/1984, Joan Josep Martínez ha asegurado a Público que:

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