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El suspense del deporte español

La idea con la que llegó Miguel Cardenal al CSD de que las empresas deportivas volviesen a salir a Bolsa y atrajesen inversores no se cumple: desapariciones, impagos, amaños... La información deportiva vive un durísimo veran

ALFREDO VARONA

'Quiero devolver a las empresas deportivas a la situación de hace diez años, cuando se pensaba que podían salir a bolsa y atraer inversores'. Hace casi 18 meses, cuando Miguel Cardenal (Bilbao, 1968) fue nombrado secretario de Estado para el Deporte, predicaba la esperanza. La crisis ya golpeaba duro, pero la declaración de Cardenal, especialista en derecho deportivo, apelaba al optimismo moderado. 'Confío en que la travesía dure lo menos posible'.

No se engañaba, pese a todo, de cara a este año 2013. 'El dinero que se va a dedicar al deporte no será el ideal'. Incluso, aseguraba que no se iba a contemplar gastar ni un solo euro en infraestructuras u organización de eventos y avisaba que 65 federaciones son demasiadas, porque 'con menos habría menos gastos y se podría dedicar más dinero a la actividad deportiva'. Tampoco manejaba plazos, pero Cardenal, hijo de Jesús Cardenal (que fue fiscal general del Estado durante el Gobierno de Aznar de 1997 a 2004), prometía en cada entrevista que concedía a los medios 'la esperanza de que esto dure poco tiempo'.

Desde entonces, ha pasado más de un año en el que la situación no se aclara. Al contrario: la sucesión de noticias lapidarias también atrapa cada semana la información deportiva con casos como el del Atlético de Madrid de balonmano, que anunciaba su desaparición la semana pasada, en el año en el que ha sido campeón de Copa, subcampeón de Liga y cuartofinalista de la Champions. Los números, sin embargo, no consienten el romanticismo: el club tiene una deuda de 915.000 euros con Hacienda y debe enormes sumas a sus jugadores que, como Jonas Kallman, ya denunció que prácticamente lleva 'jugando gratis' tres años.

Pero el Atlético no es una excepción, porque en el ciclismo, y en una tierra como Euskadi en la que se adora este deporte, el equipo que la representa, el Euskaltel, también está amenazado por la desaparición. La situación es tan paradójica que es uno de los equipos de la UCI , con derecho a correr el Tour de Francia. De hecho, lo está corriendo, pero sus ciclistas ya saben que Euskaltel, la empresa de telecomunicaciones, no puede hacer frente a los nueve millones de euros que cuesta.

Ha subido su presupuesto de los 3,5 iniciales a 7 este año, ante la retirada de las instituciones de Euskadi, pero ya ha avisado que no puede más y no hay manera de encontrar patrocinadores.

El problema está en casi todos los ámbitos. El problema es tan importante que Lamine Diack, presidente de la IAAF (Federación Internacional de Atletismo), pedía la semana pasada en Lausana al príncipe Felipe que hiciese algo. Hasta ahora, a menos de un mes para que comiencen los Mundiales de atletismo de Moscú (10 de agosto), no ha aparecido ninguna cadena  española  de televisión para comprar los derechos de un campeonato en el que estará un hombre tan mediático como Usain Bolt.

El precio se ha rebajado hasta los 80.000 euros por los nueve días que dura el Mundial. Pero ni siquiera así es posible, y el problema es que no sería la primera vez que un Mundial de atletismo (que compite con la Ryder Cup por ser el tercer evento deportivo en importancia televisiva tras los Mundiales de fútbol y los Juegos Olímpicos) se queda fuera de nuestra televisión. Hace dos años, ya no se retransmitió nada del celebrado en Daegu (Corea). Sin embargo, entonces siempre se podía confiar que 2013 fuese diferente. Quedaban dos años...  

Miguel Cardenal no era entonces Secretario de Estado para el Deporte. Trabajaba en la docencia en la Universidad Rey Juan Carlos como experto, eso sí, en Derecho Deportivo y de la Seguridad Social. Ahora, sin embargo, vive la realidad más de cerca ('existen, actualmente, unos problemas de financiación terroríficos') en un mundo como el del deporte en el que, a diferencia de lo que pasaba cuando él llegó, se habla demasiado de los amaños de partidos. 'Ahora mismo', avisa, 'representa una amenaza como la del dopaje hace veinte años'.

Así que las noticias (más allá de que el Barça invierta 57 millones en Neymar o el Real Madrid gaste 40 en un jugador que lleva un año en Primera) se tiñen de demasiadas desgracias. Cada vez hay más requisitos económicos que han impedido ascensos ganados en la cancha como el del Iberostar Canarias en baloncesto o la misma Cultural Leonesa en fútbol, que había subido a Segunda B y no lo hará por falta de avales.  'Tenemos que pasar de gestionar la euforia a gestionar la decepción', explica su presidente.

En realidad, así está el mundo del deporte, cada vez con menos perdón para los supuestos culpables como el Guadalajara que ha descendido por un problema administrativo. Los propios clubes de fútbol han presentado sus presupuestos al CSD (Consejo Superior de Deportes) de cara a la próxima temporada, en la que se rebajan los salarios de los futbolistas en 100 millones de euros menos que el año anterior. Mientras tanto, los miembros del COI insisten en que la solución está en los Juegos Olímpicos 2020. 'Si no se los conceden a Madrid', aseguran, 'el mundo del deporte las va a pasar canutas'.

Cardenal, sin embargo, no mira a un plazo tan largo. Se sitúa en días como los de hoy, en los que 'la gente no estaba preparada para esto', y llega hasta donde no llegan nuestros ojos. El pasado viernes en una entrevista en Radio Marca, explicó que 'en este último curso no hemos podido ni financiar los campeonatos escolares; aunque tampoco es lógico que años atrás los niños que participaban en esos campeonatos se hospedasen en hoteles de cuatro estrellas'. Un aviso, sí, pero ¿y la esperanza? ¿Dónde está la esperanza?

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