Este artículo se publicó hace 11 años.
Surgen dudas sobre la capacidad de Brasil para organizar la Copa Confederaciones
Una jueza revoca a última hora la suspensión del Brasil-Inglaterra del domingo, que servirá para reabrir Maracaná. Las obras se han terminado contrarreloj y se temía que hubiera fallos de seguridad
La Justicia brasileña ha revocado una decisión inicial de suspender por razones de seguridad el amistoso entre Brasil e Inglaterra, programado para el próximo domingo en la reapertura del estadio Maracaná y confirmó la disputa del partido, según informaron fuentes oficiales.
El Gobierno del estado de Río de Janeiro comunicó esta noche que la jueza de guardia del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro, Gracia Cristina do Rosario "revocó la decisión preliminar que suspendía el partido", después de atender una petición de recurso presentado por la administración regional.
Según la nota, el Gobierno de Río de Janeiro presentó "el laudo de la Policía Militarizada que comprueba el cumplimiento de todas las reglas de seguridad del Maracaná y el partido entre Brasil e Inglaterra está confirmado con las plenas condiciones de seguridad aprobadas". La jueza Adriana Costa dos Santos había ordenado antes la suspensión del partido al señalar que el entorno del estadio está aún en obras y podría generar peligros para los aficionados.
Costa dos Santos emitió así un fallo que prohibía la realización de partidos, incluido el del domingo, hasta que los organizadores presentasen la aprobaciones técnicas exigidas por la ley y que garantizasen la seguridad dentro del escenario, donde se jugarán las finales de la Copa Confederaciones y del Mundial de 2014.
"El Ministerio Público informó que hasta hoy no fueron entrados los laudos de inspección de ingeniería, prevención y combate contra incendio, condiciones sanitarias y de higiene, fundamentales para avalar la seguridad y viabilidad del estadio para la realización de eventos", citó el fallo.
De acuerdo con la decisión inicial, los organizadores tendrían que pagar una multa de un millón de reales (unos 500.000 dólares) en caso de incumplir la orden de suspensión del partido. El partido será el primero de carácter oficial en el remodelado Maracaná, que albergará la final de la Copa Confederaciones, el próximo 30 de junio, y del Mundial de 2014. La gobernación de Río de Janeiro explicó que "por un fallo burocrático" no se envió el informe de seguridad de la Policía.
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