Este artículo se publicó hace 13 años.
El 'sajón' apasionado
Se inventó en noches de luna llena donde jugaba en el club de Pedreña como si fuera un prófugo o en peleas con la arena de la playa de Santander para que su bola adquiriera sentimientos. Esos matices que interiorizó desde lo más bajo. Porque si Santana recogía pelotas en el Chamartín, Seve castigó su espalda llevando bolsas de palos de gente anónima. Jugadores adinerados que nunca entendieron que su caddie había sido elegido por el golf para seducirle. "Cuando apareció Ballesteros, los golfistas eran americanos o británicos y tipos apagados. Ballesteros trajo la pasión y el riesgo a este deporte. El mundo fue menos aburrido desde entonces", sentenció hace dos décadas The Times.
Inglaterra le admira por haber cambiado la manera de entender el juego
Incluso hoy, cuando Seve ya no podrá volver a levantar el puño como en sus triunfos en Saint Andrew's, es difícil saber cual ha sido su legado en países donde el golf no es sólo un deporte de banqueros, sino un deporte de banqueros, funcionarios, pescaderos o conductores. Allí, en las Islas Británicas, en Australia, en Suráfrica o en Estados Unidos, Ballesteros sigue siendo una personalidad a la que se estudia y respeta. Allí, el chico sencillo de la sonrisa exagerada empezó a vender la marca España, mientras la costumbre sajona le apadrinaba.
"España no necesita más embajador en el Reino Unido que Seve. Es genialidad y pasión", aseguraba la BBC, después de su primera victoria en el Open Británico. Entonces, años después de que en muchos campos lejanos le admiraran, Ballesteros dejó de ser un héroe anónimo en España. Comenzaron a aparecer anécdotas que en otros países ya tenían memorizadas. Porque los sabios de Escocia, de Irlanda o de Augusta recuerdan hoy golpes de Ballesteros que perdurarán en el tiempo como una de esas verónicas que describía Hemingway.
En Australia, EEUU o Suráfrica es un personaje al que se estudia y venera
"¿Qué cómo es Seve?", le preguntó hace una década The Independent. "No sé. Alguien que ama la vida", contestó. Durante la entrevista, Seve evitó compararse con nadie. El periódico, sí lo hizo en su editorial. "Ballesteros tiene la elegancia de Hogan, la habilidad y la fuerza de Snead, la potencia y la agresividad de Palmer, la tenacidad de Player, la técnica de Nicklaus y la frialdad de Watson".
Hace poco más de dos años, The Times eligió a Seve como el número uno de un ránking que clasifica a los atletas que han cambiado la manera de entender el deporte. En Inglaterra, las costumbres son sagradas. Y Seve era la personificación de todas ellas. Nadie como él emocionó el hoyo 18 de Saint Andrew's. Ni siquiera Faldo. A las cinco, los socios de ese club tomaban el té cuando jugado Faldo. A Seve, sin embargo, le seguían con un termo.
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