Este artículo se publicó hace 14 años.
El primer De Gea fue portero del Getafe
El padre de David defendió la meta azulona en los años 80
"Me gustaba ponerme los guantes desde pequeño y, como mi padre era portero, fue él quien me enseñó". David De Gea tiene claro por qué siempre quiso ser guardameta. Mientras todos los niños sueñan con marcar el tanto decisivo de una final, el rojiblanco soñaba con evitarlo. Y todo se lo debe, en gran parte, a su padre, José De Gea, quien siempre fue el espejo en el que se miró David. Él nunca llegó a jugar en la élite del fútbol español como hace ahora su hijo, pero le enseñó los valores que debe tener un guardameta porque él mismo conoce las exigencias de la posición: fue portero del Getafe en los años 80, en Tercera División.
José estuvo en las categorías inferiores azulonas y, tras la salida del Loco Medina terminó haciéndose con la portería del conjunto azulón. "Estuve poco tiempo en el Getafe, jugué en Tercera. Me subieron y ocupé el puesto del Loco, que era un buen portero. La directiva le había quitado porque a veces discutía con la grada, cuando le pitaban o algo se lo tomaba mal, y me pusieron a mí", recuerda con nostalgia José. "No compartí vestuario con ninguna estrella, pero éramos muy buena gente, que amábamos el fútbol. Fueron grandes tiempos", revive el progenitor de los De Gea.
"A David le hablaba sin parar de Iríbar, no habrá otro como él", cuenta José
"Desde que era pequeño hablaba de fútbol con David. Esa es su mejor virtud, que siente pasión por el fútbol y le encanta ser futbolista", dice orgulloso José. "Le hablaba sin parar de Iribar, de mis gustos como portero. Siempre le contaba lo que fue Iribar, era el número uno. Le decía que en la selección siempre jugaban él y diez más. Nunca habrá otro como él", indica orgulloso su progenitor. La sobriedad y la frialdad que tiene su hijo tienen mucho que ver con la que lucía Iríbar. También la rapidez de movimientos pese a su envergadura. El molde de Iribar, se lo empezó a dibujar José a su hijo en esas charlas en las que ensalzaba a El Chopo.
Esta tarde, David defenderá de nuevo la portería del Calderón ante el único equipo en el que jugó su padre. A sus 19 años, también parece todo un veterano a ojos de su padre. "Ha evolucionado un disparate. Es un chico que se trabaja mucho física y mentalmente y si lo ves dentro de 20 años seguramente estará igual", afirma José, quién aún recuerda con brillo en los ojos los primeros pasos de su hijo como futbolista. "David es como es por su manera de ser. Su serenidad a veces hasta me deja a mí helado. Nunca olvidaré su debut en Champions en Oporto. Se lesionó Roberto y entró el tío como si nada. Estaba yo mucho más nervioso que él", reconoce José, que ya lleva bastante mejor en ver en acción a su hijo. Desde entonces David no ha parado de crecer y hasta suena como futurible de la absoluta. David es, sin duda, el mayor orgullo de don José.
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