Este artículo se publicó hace 12 años.
Pep templa; Mou se tapa
Guardiola no se fía del Madrid y el portugués no aclara su futuro
Sin un título en juego pero con el pase a las semifinales de la Copa del Rey sobre el tapete, el Camp Nou alberga esta noche otro clásico, otro duelo entre Barça y Madrid que ayer desde el club catalán insistieron en templar. Tanto la directiva como el entrenador azulgrana lanzaron un mensaje sereno a su hinchada; no quieren que el ambiente enrarecido que rodea al conjunto blanco y la reprobable acción en la ida de Pepe, que pisó con alevosía la mano de Messi sin el balón en juego y con el argentino en el suelo, conviertan el coliseo del Barcelona en un estadio vehemente. Así las cosas, prefiere Guardiola hablar de fútbol, porque el técnico no se fía del rival, ni tan siquiera con la eliminatoria bien encarrilada -el Barça ganó 1-2 en Chamartín-.
"Viene el Real Madrid", recordó el preparador, "no un entrenador o un jugador concreto. Dejemos en paz a Pepe", insistió. "Que la gente haga los juicios cuando acabe el partido. Mañana [por hoy] sólo pido a los socios que no nos sintamos solos. Me dolería ver que el campo no está lleno".En lo deportivo, Guardiola no escatimó elogios hacia el Madrid. Abundó en que el Barça "monopolice la pelota". E instó a los suyos a olvidarse de cualquier renta: "Si queremos gestionar el resultado de la ida, nos van a eliminar", dijo. "Son dos grandes equipos, el problema de este partido es que parece que nosotros estamos clasificados y ellos eliminados y todavía tenemos que jugar".
Ojeroso, pétreo y cortante en cada respuesta, Mourinho exhibió, en cambio, un perfil desconocido hasta ahora. A caballo entre la ira contenida y el desconcierto, el entrenador del Real Madrid se enrocó en sí mismo y se negó a contestar a las preguntas más esclarecedoras. La victoria del Barcelona en el Bernabéu y, sobre todo, la pobre imagen que dio un conjunto blanco ultradefensivo y miedoso, dejó muy tocado al portugués. Hoy, con la eliminatoria cuesta arriba, se la juega ante el rival más temible y en el escenario menos adecuado.
Durante los últimos siete días, Mourinho ha visto publicada en Marca su discusión con Sergio Ramos y Casillas tras el batacazo copero, fue pitado el domingo por un sector de la afición pese a golear al Athletic (4-1) y , fruto de todo ello, ha deslizado su intención de abandonar el club en junio, dos años antes de lo que dicta su contrato. Ayer, entre dolido y furioso, rehuyó cuestiones como el posible bloqueo mental de sus jugadores cada vez que se miden al Barça -"pregunta a los futbolistas"-, los silbidos del Bernabéu -"preguntad a la gente"- y la posibilidad de que se marche antes de 2014: "No sé".Con todo, lo más sorprendente fue su dubitativa e in-coherente postura, ¿quizá simulada?, a la hora de comentar las probables alineación y táctica. "Son duda Pepe, Granero y Lassana, están los tres con problemas. Mañana [por hoy] por la mañana entrenaremos y decidiremos si están en condiciones de participar o no. Si estuviera en condiciones físicas, Pepe jugará", fue lo único que destapó. Y se aferróa esas dudas para justificar que aún no ha decidido cómo buscará la remontada. Sin embargo, minutos después, Mou quedó en evidencia al reconocer que el Barça de Guardiola tiene un único plan sin depender de lesiones: "Tiene su juego y sus principios de juego y no cambia mucho aunque los jugadores puedan cambiar". Con todo, Pep no se fía.
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