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El paraíso en Maracaná

España asume el 'entrenamiento' contra Tahití como oportunidad para récords y minutos en un escenario de ensueño

JORGE YUSTA

No solo les separan 138 puestos en el ránking FIFA, sino todo un abismo futbolístico. La campeona del Mundo y del Europa pone en un brazo de la balanza todos sus quilates frente a una desconocida Tahití que vivió ante Nigeria el primer partido de su historia en un torneo importante y que cuenta entre sus filas con un solo jugador profesional. Una desequilibrio total y manifiesto.

Ante tal pachanga, uno se acoge a los mitos y a los récords para mantener cierta tensión. Y a eso se aferrará esta noche la Roja. Maracaná ofrece un sueño infantil para cualquier jugador. Todos quieren contar a sus hijos que un día jugaron en el mismo sitio donde deslumbraron los Pelé, Garrincha y compañía. En el templo del fútbol mundial. Por si las cosas se tuercen y no vuelven a Río --donde también se disputa la final--, ninguno de los internacionales quiere quedarse en el banquillo. Difícil dilema para Vicente Del Bosque, cuya idea es rotar y dar oportunidad a los que no jugaron ante Uruguay.

Si nos olvidamos del escenario, el otro aliciente lo marca la estadística. Observando la exhibición de juego que maravilló al mundo en el primer partido de la Confederaciones ante la selección charrúa y la goleada endosada por Nigeria a los oceánicos (6-1) han hecho que las casas de apuestas se froten las manos. ¿Cuántos goles será capaz de marcar España? ¿Será capaz de batir el anterior récord del torneo, el 8-2 de Brasil a Arabia Saudí en 1999? ¿Superará aquel 13-0 a Bulgaria en mayo de 1933 o el recordado 12-1 a Malta? ¿O se optará por ganar con comodidad pero sin humillar?

Pese a que todos quieren jugar, Del Bosque planteará diez cambios de once posibles. Salvo un central, por la ausencia en la convocatoria de 23 de uno más que permita sentar a los zagueros titulares, el resto será nuevo. El seleccionador, con las semifinales casi aseguradas, quiere que todos se sientan partícipes en el torneo. No quiere que nadie se sienta menos que el compañero. 'No se casa con nadie', recordaba el otro día Cesc del míster. 

El primer cambio llega en la portería. Del Bosque tenía que tomar en el primer partido una difícil decisión y tiró de la jerarquía del capitán para apostar por Iker Casillas. Pero hoy llega el turno de Víctor Valdés.  La defensa estará formada por Azpilicueta y Monreal en las bandas más Raúl Albiol como pareja de Ramos en el centro. Javi Martínez llevará el mando, Cazorla intentará hacer de Xavi con un tridente ofensivo formado por Silva, Mata y Villa más Fernando Torres como nueve.

Es el partido ideal para que los delanteros amplíen sus números. Para el asturiano supone poder ensanchar su registro como máximo goleador de la historia de la Roja. Hasta la fecha lleva 53 tantos en 89 partidos. Para él o para Torres el aliciente está en marcar cuatro goles, algo que todavía no ha conseguido ningún jugador en la historia del torneo.

Enfrente, Tahití no quiere que nadie le despierte del sueño. Ya lograron el primero que tenían al llegar a Brasil, marcar un gol. Ahora pretenden disfrutar lo más posible. El único temor de su seleccionador es no encajar goleadas sonrojantes. En un país con 180.000 habitantes lograr ser campeón de Oceanía y jugar esta Confederaciones es más que un premio. Y para sus 23 convocados, más. Solo uno está acostumbrado a jugar a nivel profesional. Incluso, ocho de ellos están actualmente en paro. Lo que ofrece una idea de la distancia sideral con España.

España: Víctor Valdés; Azpilicueta, Sergio Ramos, Raúl Albiol, Monreal; Javi Martínez, Cazorla; Silva, Mata, Villa; y Fernando Torres.

Tahití: Samin; Vincent Simon, Faatiarau, Jonathan Tehau, Ludivion; Bourebare, Aitamai, Caroine, Steevy Chong Hue, Marama Vahiura; y Alvin Tehau.

Árbitro: Djamel HAIMOUDI (ALG)

Estadio: Maracaná.

Hora: 16.00 hora local (21.00 hora española).

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