Pablo Torrijos: "A los 22 años, si quisiese, podría independizarme"
ENTREVISTA AL RÉCORDMAN NACIONAL DE TRIPLE SALTO. Su deporte no está hecho para millonarios. Su plusmarca le ha reportado solo 700 € pero su fortuna es compaginar la universidad con lo que más le gusta y el derecho a soñar con
el oro en el Europeo de atletismo en pista de Praga.
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MADRID.- Ha impuesto su ley en el triple salto español. Así es la tarjeta de presentación de Pablo Torrijos (Castellón, 1992), un estudiante de Criminología que cuando termine esta conversación cogerá su coche e irá a la Universidad. "Tengo clase de 'Derecho Penal Especial'". Al día siguiente, subirá al avión con destino a Praga, donde, a partir de mañana, se jugará la vida en la clasificatoria.
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Me asusta hablar con un hombre que busca la perfección
"A los 22 años, tengo derecho a pensar en la perfección, a motivarme con esa idea y , si puedo lograrlo este fin de semana en Praga, mejor"
Existe, en el triple salto existe, Edwards, Fabrizio Donato, con 38 años, mi ídolo, mi verdadero ídolo…, ahí están, ellos lo han logrado. A los 22 años, tengo derecho a pensar en la perfección, a motivarme con esa idea y , si puedo lograrlo este fin de semana en Praga, mejor. Y si no lo logro no pasa nada. El mundo seguirá y yo volveré a intentarlo. Pero como le digo a mi psicóloga cuando me dice, 'Pablo, no tengas prisa', le contesto que yo necesito ir sin pausa. Y ella misma me da la razón.
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"He aprendido que el tiempo pasa rápido, pero los días lentos. Me tiro meses esperando un salto que, sin embargo, dura unos segundos"
Yo he sido así. He querido ir más rápido…, pero no es bueno ir rápido, es mejor ir sin pausa. A los 22 años, estaré empezando a vivir, pero el deporte ya me dio ventaja. He aprendido que el tiempo pasa rápido, pero los días lentos. Me tiro meses esperando un salto que, sin embargo, dura unos segundos. Si lo piensas… A los 18 ni se me ocurría. Pero he aprendido a esperar, a decirme a mí mismo 'ahora o nunca' y a no asustarme con lo que vaya a pasar.
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"Mi vida es como una película en la que estoy deseando saber qué pasará al final"
Todo lo posible. En un momento te hace llorar de pena o de felicidad. Para mí, mi vida es como una película en la que estoy deseando saber qué pasará al final. He aprendido a vivir así, a pedirme todo lo que puedo dar y me resulta apasionante. Y eso que luego quizá el éxito no sea tan placentero como lo imaginas. A la tarde, cuando te tranquilizas, ves que todo sigue igual; al día siguiente, vuelves a ir a clase, a comer a la misma hora…
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"Yo vivo con mis padres, pero, si quisiese, tendría para independizarme y hacer una vida normal"
Mi dinero es hacer lo que me gusta en medio de la crisis . Hay poca gente de mi edad que lo haga. Yo vivo con mis padres, pero, si quisiese, tendría para independizarme y hacer una vida normal. Pero para mí la vida ahora mismo es algo más que el dinero, es ver que mi padre se levanta un sábado para ir a trabajar y lo hace tan a gusto porque le encanta en lo que trabaja a pesar de llevar desde los 17 años. Y a eso, a eso es a lo que aspiro yo de mayor.
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"A mí no me parece cruel trabajar como funcionario de prisiones o policía, al contrario, lo veo como un servicio a la sociedad"
Sí, a eso, o a policía… Mi idea va por ahí, pero a mí no me parece cruel, al contrario, lo veo como un servicio a la sociedad. Por lo tanto, eso no es cruel, estás ayudando a que la sociedad funcione mejor. Intento encontrar el atractivo a las cosas que hago. Me lo ha enseñado el atletismo, la propia Universidad que me ha permitido conocer un mundo que no cambio por nada o hacer unas amistades que seguramente sería imposible en otros ámbitos.