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Nada nuevo en Alicante: pitos a Piqué en la llegada de la selección española

El culé asegura que irse "ahora de la selección sería darle la razón a gente que no la merece". Del Bosque muestra su hartazgo: "Lo insólito sería que no le pitaran".

Piqué, este martes en un entrenamiento de la selección en Las Rozas. /EFE

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La selección española ha llegado, con un poco de retraso, este jueves al mediodía a Alicante. Mañana se medirá a Inglaterra en uno de esos amistosos que gustan. El rival, con pedigrí, sigue buscando su sitio en Europa de la mano de una nueva generación de futbolistas.

Sin embargo, todo eso queda en un segundo plano. Un jugador y una polémica sigue acaparando la actualidad de la Roja. Y es que Gerard Piqué volvió a ser recibido con pitos a la llegada de los internacionales al hotel Meliá. Decenas de aficionados esperaban al combinado nacional y todos los vítores y gritos de ánimo se tornaron abucheos al paso del central del Barcelona.

Un escenario que ya se ha convertido en habitual y que dentro del equipo se toman ya como una cantinela cansina pero obligada. El propio seleccionador, Vicente del Bosque, se mostraba hastiado cuando se le preguntó en rueda de prensa al respecto: "Lo insólito sería que no le pitaran. Ahora hay una corriente en ese sentido, pero pienso que es algo que no nos debe ni preocupar". 

Piqué habla de los pitos y de Kevin Roldán

Tampoco ayudan a calmar los ánimos las actuaciones y palabras de Piqué, poco dado a ocultar su forma de ser. En una entrevista que emitirá Movistar + en Espacio Reservado el próximo martes, Piqué se refiere a su actitud en la selección frente a los pitos en contra. Asegura el defensa que son "una circunstancia que me ha tocado vivir, a nadie le gusta. Irme ahora de la Selección sería darle la razón a gente que no la merece. La otra opción, que es por la que he optado, es seguir aquí, sumar y aportar todo lo que pueda".

Piqué también se refiere a la dedicatoria que tuvo hacia Kevin Roldán en la celebración del triplete y lo hace a escasos días de celebrarse el clásico contra el Real Madrid: "Sigo pensando que fue algo muy gracioso y divertido que quedará para siempre, mientras haya respeto y no se insulte a nadie no hay nada malo en meter pequeñas puyas al rival".  

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