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El Madrid no se fía de Navarro

Los blancos están seguros de que el escolta, lesionado en el último partido, jugará para intentar dar al Barça el título de Liga en el último partido de la final en el Palacio de los Deportes

EFE

El Real Madrid no se fía de un Barcelona con piel de cordero, que llegará hoy (22:00 horas) al Palacio de Deportes madrileño con la intención de luchar con todas sus armas por conseguir el título de Liga en el partido definitivo. Sin Pete Mickeal, ni Nate Jawai y probablemente sin Juan Carlos Navarro, los azulgranas se aferran a su instinto de supervivencia para reeditar el campeonato.

Lo intentará hacer, además, en casa del eterno rival, un equipo más joven, probablemente más talentoso y con una plantilla, que al contrario de los azulgranas, no arrastra problemas físicos destacables. La estadísticas dicen que el Barça ya sabe lo que es ganar el título en Madrid. Lo consiguió en el quinto partido de la temporada 1996-97, con Roberto Dueñas como jugador más valioso de la final. También el Barcelona de Pau Gasol logró la Liga de la temporada 2000-01 en la capital, aunque en esta ocasión, venciendo por un contundente 3-0 al conjunto blanco.

La estadística dice que el equipo que gana el primer partido en una final siempre se lleva el título, pero el Barça de Xavi Pascual quiere cambiar la historia. Sin embargo, los azulgranas nunca han llegado tan exigidos a la última cita de la temporada como lo hará mañana. La más que probable baja de Navarro, que en el cuarto partido sufrió una rotura del isquiotibial de la pierna derecha, es el último contratiempo para un equipo que se ha acostumbrado a convertir la adversidad en un estímulo para reinventarse.

Sin el concurso de su gran estrella, el Barça se quedaría sin su segundo jugador más valioso de la final -solo le supera en este apartado Ante Tomic- y su principal amenaza desde el perímetro. Por tanto, jugadores como Joe Ingles, Brad Oleson y Xavi Rabaseda deberían dar un paso adelante y asumir una mayor cuota de responsabilidad en tareas ofensivas.

En el juego interior, el Barcelona necesitará del mejor Erazem Lorbek para que, junto a Tomic, el pívot más determinante de la competición, puedan llevar el choque a una batalla dentro de la pintura, donde tiene más opciones de salir a flote que en el intercambio de canastas desde el perímetro. En este sentido, será clave el dominio del rebote, tanto defensivo como ofensivo, donde controlar a Felipe Reyes se torna vital. En los tres primeros choques, el Real Madrid fue superior en este apartado y el Barcelona sufrió en exceso. En el cuarto, la agresividad y el deseo en cada captura le allanó el camino al triunfo.

La participación o no de Navarro también sobrevuela al Madrid, a cuyos jugadores Laso a transmitido la idea de que el escolta sí jugará. 'Va a jugar, estoy seguro. Esperamos al mejor Barcelona', sentenció el entrenador vitoriano. Pero hay más aristas. Los árbitros, sobre los que desde el Madrid se quiere 'pasar página' y la falta de acierto en los triples. 'Si un tiro está bien lanzado y se falla, lo aplaudo', declaró Laso.

Laso: 'Navarro va a jugar, estoy seguro. Esperamos al mejor Barcelona'

El Real Madrid no ha podido hacer, en la serie final ante el Barcelona, el mismo juego que ha venido desarrollando durante la temporada. No hay velocidad ni contragolpes y los triples brillan por su ausencia. Sólo la superioridad defensiva y los rebotes le han dado alegrías al Madrid y han sido claves en las dos victorias que han conseguido.

Pese a todo, o quizás ya solo por el factor cancha de la 'final de las finales' en palabras del entrenador del Barcelona, Xavi Pascual, el Real Madrid sigue pareciendo favorito. La teórica superioridad madridista en el juego exterior no se ha plasmado en los cuatro partidos anteriores, con Carroll desaparecido, Sergio Rodríguez obsesionado con meter un tiro frontal (como el que falló en el final del segundo partido) y Rudy obtuso desde el triple y centrado en otras facetas con las que ayudar al equipo.

La falta de hábito en las cuestiones de ganar títulos, al menos en las últimas temporadas, parece estar pasando factura a los jugadores madridistas. Sólo Felipe Reyes (2) y Sergio Llull (1) saben lo que es ganar la Liga, con la aportación de Marcus Slaughter, una Liga alemana, y Mirza Begic, dos ligas eslovenas y una liga báltica.

El Madrid se ganó durante nueve meses el derecho a jugar el partido definitivo en casa. Llegado el caso, el ambiente está garantizado con el cartel de no hay entradas colgado en el Palacio de Deportes. 'Esperemos que sea un infierno para el Barcelona', dijo Reyes. Si el Madrid domina el rebote, corre y trufa su juego con algún triple, el título estará un poco más cerca, un título que hace veinte años que no gana en casa y ante su afición y que hace seis que no llega a sus vitrinas.

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