Este artículo se publicó hace 14 años.
"La madre le dice que no corra; yo, que apriete el culo"
Padres de niños pilotos debaten sobre si es una temeridad que sus hijos se suban a una moto
Tiene 11 años, compite con chavales mayores y en las rectas estas motos alcanzan los 180 km/h, 190 en Alcañiz. Los dos minutos que tarda en volver a cruzar la meta los pasas dando saltos. La madre ya se ha acostumbrado y viene siempre, pues, cuando corría en minimoto, no lo hacía. Y disfruta, porque al niño se le ven maneras, pero lo pasa fatal. Cuando tiene una avería y ves que no llega, ya estás atento a las ambulancias a ver si se mueven. Su madre le dice: No corras, hijo'. Y yo: Aprieta el culo que aquí vienen muy fuerte".
Rafa Soto, padre del joven piloto madrileño del mismo nombre, desgrana con pasión la disyuntiva de un deporte de riesgo en el cual hay que pagar el peaje de la precocidad para llegar a la cima. ¿Es una temeridad subir a un niño de 6 años a una moto?
"El niño tiene que ser piloto si le gusta a él, no a sus padres", dice Ángel Nieto
Arturo Canalda, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, es categórico: "No se puede limitar el desarrollo de la carrera deportiva de un niño. Lo que hay que garantizar, y así lo establece la federación, es que se cumplan las medidas internacionales de seguridad. Si no empezaran a esas edades, no tendríamos ahora los campeones que tenemos. No hay que exagerar y, de hecho, la estadística dice que en estas competiciones en las que participan niños prácticamente no hay accidentes".
La primera categoría federativa es la de minimotos, pequeñas máquinas de 40, 50 y 75 cc que corren en circuitos de karting. La edad mínima para participar es 6 años. "El niño no tiene que montar en moto porque le guste a sus padres, sino porque él lo siente de verdad", opina Ángel Nieto, 13 veces campeón del mundo, padre y tío de pilotos. "Hay que ir llevándolos con tranquilidad, que vayan aprendiendo el oficio junto a otros chavalines, haciéndoles ver que es un deporte y algo que se hace para disfrutar".
"Mi marido siempre ha sido un fanático de las motos y el niño, cuando empezó a hablar, prefería una revista de motos a un cuento. La cogía y se iba a la cuna a verla. A los 6 años, los Reyes le trajeron una moto de esas chinas y, como parecía que se le daba bien, le compramos una minimoto seria", relata Susana Almoguera, madre de Jorge Martín, piloto madrileños de 12 años que lidera la clasificación de MotoDes, campeonato nacional de 80 cc.
Arturo Canalda: "Si no empezaran tan jóvenes, no habría campeones"
"Lo llevo fatal prosigue Susana. Con la minimoto, pasaba muchos nervios, pero la ves más como un juguete. Ahora lleva una de 80 y se pone a ciento largos en pista... Y digo ciento largos porque nunca me quieren decir la velocidad real, aunque yo le veo y pasa muy deprisa. He vivido muchos malos momentos. Por ejemplo, una vez que corrió con el brazo roto. No estamos locos y, por supuesto, no lo sabíamos. Él quería correr y el médico del circuito dijo que no estaba roto".
"La protección de codos, rodillas, caderas, manos, pies, etc. es como la que llevan los pilotos del Mundial", recalca Rafa Soto. "¿Miedo? Al principio pasé un poco reconoce Rafa hijo, pero era lo que más me divertía y pronto pasó. Sueño con ser campeón de MotoGP y mi ídolo es Julito Simón".
Andrés Somolinos, coordinador deportivo de la Federación Española, apunta hacia otro vértice fundamental, la formación. "Algunas federaciones territoriales se preocupan de educar a los pilotos y a sus padres. Y muchas de las becas que se dan exigen que los chavales saquen buenas notas".
"Jorge se autoexige porque sabe que, si no hay rendimiento en el colegio, la moto se acaba. Sus estudios son lo que le dará de comen", reflexiona Susana Almoguer.
"Nuestro lema es que se divierta y, sobre todo, que sea buen ingeniero industrial. La moto es un hobby y, si no me trae buenas notas, se la quito. Y la verdad es que las saca superiores. A un ingeniero industrial con experiencia de piloto cualquier equipo del Mundial lo contratan porque no hay. Puede ganar dinero con la moto y sin caerse".
Susana también lo tiene claro: "Tenemos otro hijo de 2 años que apunta maneras, pero no le vamos a dejar. Es muy duro y, sobre todo, te decepcionas mucho, pues apenas tenemos ayudas de nadie". Y desvela una curiosidad: "Aunque todavía no tiene edad legal para ello, me ha prometido que nunca va a tener una moto de carretera. Es muy peligrosa".
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