Este artículo se publicó hace 16 años.
Löw devoró el tabaco y cambió el dibujo
El seleccionador, que vio el partido desde un palco, pasó del 4-4-2 al 4-2-3-1
Lucía Jiménez Moratilla
Las portadas de los diarios sensacionalistas alemanes están dedicadas a Schweinsteiger. Hacen juegos de palabras con su supuesta potencia sexual, con su talento y la ascendencia que tuvo en el partido: un gol y dos asistencias. En un segundo plano, quedó el seleccionador Löw, que vio el partido desde el palco. Consumía un cigarillo tras otro, mientras comprobaba que su cambio de sistema le había dado resultado.
Del 4-4-2, pasó al 4-2-3-1, con Klose solo en punta: “Después del partido contra Austria, sabíamos que había que cambiar algo para dar una señal. Y eso hicimos. Había que intentar cerrarles el medio campo y salir adelante rápidamente. Hemos completado un partido más estructurado, le hemos echado coraje y hemos sabido combinar”.
A Löw no le agradó tener que ver el partido alejado del banquillo y se tragaba los cigarros: “ Desde el palco, te excitas más que en el banquillo. Estás más lejos del juego. Se ve bien desde allí, pero el hecho de estar a tanta distancia te irrita”.
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