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'El Ingeniero' Pellegrini da clases de fútbol a Mourinho

El técnico al que despreciaron y ningunearon Florentino Pérez y el portugués hace mejores números y fútbol que el Madrid tanto en Liga como en Champions

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Quién se lo iba a decir. Su primera experiencia fue dolorosa y acabó en llanto y en decepción. Pero 24 años después de descender al primer equipo que entrenó, el Universidad de Chile, Manuel Pellegrini sigue cosechando éxitos.

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El último de muchos con el Málaga, al que el año pasado clasificó para la Champions, en la mejor posición en la Liga de la historia del conjunto andaluz. Esta temporada mantiene al equipo en la zona alta de la tabla y está haciendo historia en Europa. Los malacitanos son primeros de grupo después de haber ganado todo -el último encuentro, ante el Milan- y sin recibir ningún gol.

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Su trayectoria con los andaluces empieza a recordar mucho a su etapa en el Villarreal, club que lo lanzó al estrellato y en el que también logró dos hitos: el subcampeonato liguero en la temporada 2007-08 y las semifinales de Champions en 2006, en las que el submarino amarillo estuvo a un penalti -fallado por Riquelme- de pasar a lo que habría sido el bombazo de la final europea ante el Barcelona.

Antes de llegar a España también había triunfado en Argentina con San Lorenzo y River Plate, dejando otros récords que aún no se han batido. En sus cinco años en Villarreal convirtió a los castellonenses en equipo de moda por practicar un buen fútbol, vistoso y de toque. Filosofía que ha mantenido en sus equipos y por la que le fichó Florentino Pérez para el Real Madrid en 2009.

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"Trae a jugadores que a ningún entrenador se le ocurriría pedir", llegó a decir el chileno del presidente blanco

Todo un sueño para casi cualquier entrenador del mundo y también para El Ingeniero. Sin embargo, el sueño acabó convirtiéndose en pesadilla. De nada le sirvió al chileno hacer la que hasta entonces había sido la mejor temporada del Real Madrid por números en la Liga, llegando a los 96 puntos, pero detrás siempre de un estratosférico Barcelona.

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Demasiado poco para un Florentino Pérez que se metía en todo y que mantuvo una relación fría, congelada, con el chileno, según desveló el propio técnico: "No le conozco ni como persona ni como presidente. No tengo para hablar ni bien ni mal. Me voy con la convicción de que tenía como para haber aportado mucho más a este equipo, sobre todo tras cinco años en España".

"La postura que él tenía como presidente yo la respeto, pero desde el punto de vista futbolístico él piensa de una manera distinta. Trae a jugadores que a ningún entrenador se le ocurriría pedir por lo que valen. Yo no cuajo y tiene todo el derecho a cambiarme", añadió, siempre elegante, uno de los motivos por el cual Florentino le fichó. Pese a su poca relación, se las tuvo tiesas con el presidente blanco. Hizo y deshizo en fichajes a su antojo y vendió sin autorización del chileno a Sneijder y Robben. "Me habrían sido útiles", admitió sin poder decir ni hacer mucho más.

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Tras él llegó Mourinho, todo lo contrario a él, en todos los sentidos. En el personal y en el futbolístico. Contrasta la prepotencia y soberbia del portugués, tendente a encararse con todo el mundo, con la elegancia del chileno. Con él, precisamente, tuvo una de sus muchas polémicas cuando le atacó personalmente.

"Lo mismo no me puede pasar. ¿Sabes por qué? Porque, si a mí me echa el Real Madrid, yo no voy a entrenar al Málaga. Yo voy a un club grande de Inglaterra o de Italia, no tengo problema ninguno de volver a entrenar a un gran club; lo mismo que a él no me pasa". Una provocación a la que Pellegrini no respondió.

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En lo futbolístico, el juego que hacía el Madrid con Pellegrini es, al menos, menos rácano y conservador que el del portugués, que ya es decir algo para un club como el blanco. Y este año, además, hace mejor fútbol y mejores números que él tanto en Liga como en Champions, competiciones en las que tiene más puntos que los merengues.

Pellegrini, sin embargo, no tiene tiempo para pensar en el pasado, y menos en el Real Madrid. Hace felices ahora a miles de andaluces con el Málaga, todo lo que le ocupa en estos momentos. Y no tiene nada que envidiarles este año. Su techo aún no se ve. Se intuye que está todavía por llegar.

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