Este artículo se publicó hace 16 años.
Los guardianes del vestuario
Félix, Damián y Jesús son piezas vitales de la selección, su labor es fundamental para que el vestuario esté en orden. Son los utilleros.
Félix, Damián y Jesús son piezas vitales de la selección. Su nombre nunca aparece en las líneas de crédito del éxito o del fracaso, pero su labor es fundamental para que cuando llega cada jugador al vestuario tengan todo en orden. El encargado de coordinar el trabajo de los utilleros es Félix. Todo un veterano. Esta será su sexta Eurocopa (debutó en Francia 84) y ha visto pasar todo tipo de leyendas vistiendo la roja. “Me río cuando leo que no hay nadie que haya pasado de cuartos en la selección. Aquí estoy yo. Parece que la final del Parque de los Príncipes fue ayer, pero ya hace tanto...”.
Félix Martín llegó a la roja con Kubala de seleccionador, hay que remontarse a principio de la década de los ochenta y es conocedor de que las cosas han cambiado en este mundo del fútbol. “No tiene nada que ver. Hemos traído 3.000 kilos de equipaje (camisetas, pantalones, toallas, bañadores, petos, ropa de invierno, verano...), todo lo que se pueda imaginar uno”, explica el utillero cuya jornada laboral comienza a las siete y media de la mañana.
“Nosotros la verdad es que no paramos. Temprano preparamos todas las cosas. Después, sobre las nueve, nos desplazamos al campo de entrenamiento para tener todo dispuesto. Y así todo el día”, prosigue. Los peores momentos para un utillero en este tipo de concentraciones son los comienzos. “Fíjate, después del partido en Huelva fuimos dos a Madrid sin dormir. Jesús se quedó con el equipo para recoger lo último, pero es que si no, no nos daba tiempo a montar el camión que debía salir para Austria”, dice Félix que lleva desde el pasado lunes en Neustift, “llegaba el camión y alguien tenía que recibirlo”.
Ocho pares de botasOtra de las cosas que han cambiado en todos los años que lleva dentro del cuerpo de utilleros es el número de botas que lleva cada jugador. Está claro que hay de todo. Lo normal es que traigan seis pares de botas. Unas las utilizan para entrenamientos, otras para partidos... Pero hay muchos que se traen hasta ocho. Por lo que a veces es complicado encontrar sitio para que estén todas clasificadas con cada jugador”, concluye.
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