Este artículo se publicó hace 14 años.
A la gran favorita le asaltan algunas dudas individuales
Las lesiones han tenido demasiado tiempo parados a jugadores como Iniesta y Torres
"No hay nadie que tenga el fútbol de España". La selección española ha transformado su estilo en un tópico entre seleccionadores, jugadores y prensa, incluida la internacional. Ni siquiera Brasil, con la etiqueta eterna del fútbol virguero, provoca esa atracción. España se presenta en Suráfrica con el estilo muy definido, lo que anticipa que sabe cómo ganar.
Con todo, más allá de los imponderables del propio juego, antes de la competición preocupan determinadas respuestas que puedan dar Del Bosque y algunos futbolistas fundamentales.
El primer examinado será Casillas. Su trayectoria lo convierte en indiscutible, pero ha firmado una temporada sombría. El capitán se siente bajo la lupa. Tampoco le ayuda la presencia de Valdés, que puede animar las inseguridades de un portero al que se le demanda más que nunca el carácter de milagrero en los balones imposibles. En la defensa ni Ramos, ni Puyol ni Piqué ofrecen dudas a priori. El foco de la controversia está puesto en el lateral izquierdo. Capdevila fue el titular en la Eurocopa, pero Arbeloa parece haberle ganado el puesto. La decisión apunta a una mayor estabilidad defensiva a cambio de prescindir de roscas y capacidad ofensiva porque el lateral del Madrid juega a pie cambiado cuando lo hace por la izquierda.
Casillas se sabe bajo la lupa y la presencia de Valdés puede descentrarlo
Las dudas en el centro del campo tienen que ver y mucho con el ataque. Si Torres entra en el once, o sobra un mediocentro (Busquets, Xabi Alonso) o uno de los bajitos (Iniesta o Silva). Villa pasaría a ocupar un puesto más retrasado y caído a la banda izquierda para hacer esas diagonales que tanto rédito le dan, sobre todo al contragolpe.
En esta conjetura de jugar con uno o dos puntas se encuentra el cogollo del estilo y hay futbolistas decisivos que despiertan dudas porque las lesiones los han castigado. Torres lleva parado desde primeros de mayo y llega con poca competición. Su calidad y su demoledora zancada no son sospechosas, pero debe encontrar su punto alto de rendimiento a marchas forzadas. Iniesta también ha tenido demasiados parones por sus problemas musculares. En forma, es un futbolista que concede un plus extraordinario para aspirar a todo porque desequilibra con el pase y con el regate. En la recámara también está Cesc, que parte como el jugador número doce. Gozará de muchos minutos. Con él en el campo, el estilo no cambia. Es un recambio para insistir en la misma idea: balón y balón. Necesita reafirmar en la selección todo la jerarquía que tiene en el Arsenal. En un principio, debe hacerlo entrando desde el banquillo, lo que no deja de ser una presión añadida.
Las lesiones han tenido demasiado tiempo parados a Iniesta y Torres
Cada una de las decisiones que tome Del Bosque también serán escrutradas al milímetro. Los primeros en hacerlo serán los jugadores, que en una competición tan corta y tan golosa de jugar como un Mundial no suelen tener mucha condescendencia con los errores del entrenador. Todavía menos si las elecciones de uno u otro jugador no se ciñen a los estados de forma.
En la normalidad y con todos los futbolistas a pleno rendimiento, sí se cumple el tópico mencionado de que nadie juega mejor que España, y que eso la convierte en la gran favorita por primera vez en su historia. Lo dice el balón, no las falsas expectativas levantadas en otras ocasiones. Tiene un estilo envidiado y reconfortado por la victoria en la Euro y consolidado en la fase de clasificación para este Mundial.
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