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"Nos vamos un poco frustrados"

Mourinho disculpó el error arbitral en el gol de Wernbloom

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Moscú siempre fue una ciudad cara. De hecho, en 2008 fue elegida como la más cara del mundo por tercer año seguido. Y eso no sólo se vive en las calles y avenidas más importantes de la ciudad como Tvers-kaya o Leningradski. También se manifestó en el Luzhniki, en el minuto 12, cuando Benzema se lesionó él solo de un abductor. O en el 92, cuando Wernbloom encontró preferencia en el área. Su empalme fue un descubrimiento que dejó "un poco frustrado" a Mourinho.

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Pero Moscú es una ciudad de intrigas. Y el último minuto siempre fue una intriga en la que se equivocan hasta los árbitros. El holandés Bjorn Kuipers reivindicó ese derecho en la jugada que precedió al gol de Wernbloom. Al menos, en la imaginación de Mourinho. "Seguro que se equivocó. Hubo falta a Cristiano, yo estaba a dos metros suyo y lo vi. Pero no pasa nada", añadió el entrenador, que tenía vigilado a este árbitro desde hacia tiempo. "Lo analicé en la Supercopa de Mónaco y creo que pudo pitar diferente".

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Aun así, siguió sin pasar nada para Mourinho. "No es un drama". Y Moscú no mereció un lenguaje agrio del entrenador a pesar de reconocer que "vinimos para otra cosa y no nos vamos muy felices". Pero otra cosa es que el entrenador se enfadase. El frío vigiló su mal humor. "Hay goles a balón parado donde se identifica fácilmente una falta de concentración", explicó al recordar el gol de Wernbloom. "Pero no sé si esta vez fue así". En cualquier caso, no fue un lenguaje agresivo el de Mourinho. "El resultado nos hace más favoritos", anunció. "Es el mismo que conseguimos el año pasado ante el Lyon en circunstancias parecidas".

A los siete minutos, Moscú presentó su amenaza. Viajó en la bota de Dzagoev en un remate limpio que se escapó por nada. Pero después, la noche tuvo para el Madrid el aire desenfadado de una excursión por Las Siete Hermanas, que son los siete rascacielos de la ciudad. "Sin hacer nada del otro mundo, tuvimos la posibilidad de marcar un segundo gol". La amenaza volvió a última hora por los aires cuando "el adversario metió un jugador de casi dos metros para jugar en el ataque junto a Doumbia". Pero Mourinho supo resguardarse del frío con un jugador que, al fin, abandonó su papel secundario. "Me gustó mucho Albiol por su actitud en el campo".

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Sergio Ramos aseguró que su equipo se fue con "sabor amargo" al haber encajado el gol del empate en el último minuto. "Hicimos méritos para lograr otro resultado, pero no podemos ser pesimistas después de haber jugado bajo un clima atípico y en un terreno de juego al que no estamos acostumbrados". "Un empate no es un mal resultado, ya que llevamos mucha ventaja debido a que la vuelta se juega en casa, en nuestro campo y ante nuestra afición", añadió el capitán blanco.

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