La sorprendente Bosnia del croata Blazevic no deja que España se relaje, ni que acorte su camino hacia Suráfrica pese a exhibiciones como la de ayer ante los belgas. La victoria de los bosnios ante la débil Armenia (0-2) obliga a los campeones de Europa a continuar con las cuentas que tenía hechas antes del inicio de la jornada.

Necesitaba siete puntos antes de la disputa de los encuentros de ayer y, con los resultados que se dieron, ahora son cuatro los que separan a los chicos de Del Bosque, salvo que Bosnia tropiece con Turquía el miércoles, de lograr aritméticamente su plaza en el Mundial.

Lo que ya sí tiene asegurado España, en caso de descalabro en los tres partidos que le restan, es la repesca. Turquía, que se impuso a Estonia (4-2), viaja a Sarajevo para tratar de complicársela a los bosnios, favoritos a ocupar la segunda plaza.

Complicada también parecía la tarea de los operarios de Riazor, que tuvieron que solucionar a toda prisa el problema de dimensiones que tuvo la portería en la que atacó España en el segundo tiempo.

El colegiado francés Bayet no estaba de acuerdo con la altura de la portería, menor que la reglamentaria por todas las veces que sobre la hierba de Riazor se ha echado arena. Los operarios tuvieron que hacer un surco en la línea de gol durante 20 minutos hasta que lograron rebajar el terreno y el larguero quedó a la distancia reglamentaria del suelo.

Fue en esa portería en la que Villa rompió su racha de tres partidos sin marcar con la selección. Se le vio con ganas y ansioso de gol. Cuando marcó el primero lo celebró con un gesto de rabia por el penalti, que había fallado en el primer tiempo tras provocarlo él mismo. Ejecutó una jugada de pícaro, en la que picó Van Denborre tras comerse un par de amagues.Villa cambió el lanzamiento en el último momento y se le fue al medio, a los pies de Gilles.

En la Copa Confederaciones, Villa también erró un penalti que luego logró compensar, como ayer, aunque en esta ocasión, en vez de con un gol, con dos. Por entonces, estaba en medio de los rumores que cada día le colocaban en un grande de Europa. Se le vio demasiado tenso en Suráfrica, nada que ver con el Villa que emergió ayer y fue tan dañino como acostumbra.

Con los dos goles de ayer suma ya 34 tantos con la roja y sigue su persecución a Raúl, del que le separan 11 goles para igualarle como el máximo artillero de la historia.

Casillas, que tenía como objetivo acabar con su racha negativa en Riazor, donde nunca había mantenido su puerta a cero, se fue con esa satisfacción y con una marca para la historia: firmó su partido número 56 con la selección en el que no encaja un gol. Con ese registro igualó a Zubizarreta.