Diez motivos para creer en los nuestros

Con las 22 medallas de los Juegos de Barcelona 92 ni se sueña, pero ¿y con las 18 de Pekín? ¿por qué no se va a igualar ese número o a superar? Sólo hay tres deportes (esgrima, pentatlón moderno y remo) en los que no vamos a participar. En el resto, España sí estará y, según Alejandro Blanco, "todos van con posibilidades de conseguir grandes resultados". El presidente del Comité Olímpico Español (COE) añade que "la fuerza de España está en el conjunto". Público encuentra diez motivos más para creer en la fuerza de nuestras medallas:

1. El tenis aportará su medalla

La lesión de Nadal ha sido un tiro al corazón, pero no es un dato irreversible para nuestro medallero. En realidad, es una cuestión de tradición. Desde los Juegos de Seúl 88, el tenis siempre aportó su medalla y hasta más de una. David Ferrer (1982) llega en buen momento. Quinto del mundo, acaba de conquistar el torneo de Bastad, conoce la pista de Wimbledon y el hecho de que el torneo sea a tres sets alimenta la sorpresa. Aunque encontrará multitud de obstáculos (Federer, Djkovic, Murray...), la ruta de la medalla pide paciencia a Ferrer: "La idea es sólo pensar en el rival inmediato".

2. El desafío único de David Cal

¿Cómo no confiar en el piragüista David Cal (1983)? Navega hacia la leyenda en sus cuartos Juegos. Busca la quinta medalla y se ha centrado en C1 1000, la prueba en la que se siente más cómodo y en la que fue oro en Atenas y bronce en Pekín. Su día será el 8 de agosto. Pero, si falla, no desesperen. Hay recambio. Se trata de Sete Benavides (1991) con un currículo que alzará la voz en estos Juegos. Subcampeón de Europa de C1 200 en 2011 y 2012, también ha ganado la última Copa del Mundo.

3. La piedra azul de las 'hijas de Mengual'

Andrea Fuentes (1983) no echará tanto de menos a Gemma Mengual en natación sincronizada. Ha logrado una buena sociedad con Ona Carbonell (1990). Juntas acaban de ser plata, sólo superada por las rusas, en el Europeo de Eindhoven 2012. La juventud no será excusa para el equipo de la mítica entrenadora, Ana Tarrés, que esta vez tendrá una ventaja que no tuvo nunca: la piedra azul que la madre de Ona les ha regalado y que, dicen, da energía de medalla.

4. Los 'galácticos' de la vela son nuestros

Su biografía es un botín desde que navegan juntos. Fue en 1999 cuando nació esta pareja que, otra vez más, competirá en vela 49 cr. El oro de Atenas y la plata de Pekín es un motivo más para que Xabi Fernández (1976) e Iker Martínez (1977) aspiren a lo máximo en Weymouth. Sólo se ha cruzado un problema a última hora: Xabi tiene una lesión en la espalda que ha complicado la preparación y les ha dejado varios días sin navegar. Pero, si no pasa nada, deberían tener la medalla a tiro.

5. Marina Alabau, mujer de armas tomar

Atención a este nombre: Marina Alabau (1985), pentacampeona europea y oro mundial en 2009 en clase RS:X. Fue cuarta en Pekín y sabe que esto no se parece a nada: "En los Juegos hay mucha presión, no se disfruta". Se ha entrenado en Brasil donde se ha comprado una casa a pie de una playa, cuyas aguas simulan el escenario que encontrará en Londres. Marina va absolutamente convencida. "Tiene mucho carácter", asegura su entrenador, que ya la ve con ese punto de madurez. "Al principio, se tomaba los consejos que la dábamos como una agresión".

6. Noya, en casa de los hermanos Brownlee

Sí, hay demasiados favoritos en triatlón: David Hauss, Laurent Vidal, Sven Riederr, Graig Doherty... Pero sobre todo Alistair Brownlee y su hermano Jonathan, que corren en casa. Y frente a todos ellos Gómez Noya (1983) también reivindica sus opciones. "No sería la primera vez que gano a todos". No llega tan fuerte como a Pekín, pero está bien. "Quiero aprovechar esta segunda oportunidad". Las condiciones del circuito, muy llano en bicicleta y en la carrera a pie, no favorecen a Noya que, sin embargo, es de los pocos a los que no le preocupa que llueva en Londres. "Fui campeón del mundo en Vancovuer en una prueba lluviosa".

7. Valverde, para suceder a Samuel

Desde los Juegos de Barcelona, el ciclismo es una garantía en el medallero sea en carretera, pista o mountain bike. Lástima de la retirada de Joan Llaneras, un fijo. Hay más datos que complican la tarea en Londres, porque el Tour ha lesionado a Óscar Freire y a Samuel Sánchez, el oro de Pekín. También es preferible no recordar a Contador. Así que las esperanzas acuden a Valverde (1980) y Luis León (1983), ganadores de etapa en el Tour. Y en las 17 pruebas restantes, 8 masculinas y 9 femeninas, lo normal es que nuestro ciclismo encuentre más opciones. Por ejemplo, en las piernas de Leire Olaberría (1977), bronce en Pekín, o de Hermida en BTT y plata en Atenas 2004.

8. Repite Craviotto

Es verdad. De los oros de Pekín, sólo repetirá el piragüista Samuel Craviotto (1984) en K-1. Y sin la compañía de Carlos Pérez Rial con el que venció hace cuatro años en K-2, distancia para la que no se clasificaron en estos Juegos. El resto de los oros fueron Llaneras (retirado), Samuel y Nadal (lesionados). ¿Qué significa esto? ¿Qué, por ejemplo, los Juegos deben devolver a España la suerte que no le ha acompañado antes de empezar? Podría ser, ¿por qué no?

9. La perseverancia, a menudo, tiene éxito

Javier Illana (1985), en el salto del trampolín, cumple con ese retrato. Vivirá en Londres sus terceros Juegos. Bronce en el Europeo de Budapest 2010, se ha preparado esta vez en Canadá y, como dice él, "con lo mejor del mundo". Dentro de unos días se sabrá si ese sacrificio ha merecido la pena, pero Illana nunca renuncia al optimismo. Nació en Leganés, una tierra, dicen, para optimistas. "Estoy convencido de que puedo lograr medalla".

10. Siempre habrá sorpresas

No lo duden ni un minuto. Los Juegos son así. Y habrá más medallas aparte de las que imaginamos: Kelvin de la Nieve (1986), en boxeo peso minimosca; Lidia Valentín (1985), en halterofilia y cinco medallas europeas, la última este año en Turquía; Ana Carrascosa (1980), que fue séptima en Pekín en judo, un deporte donde jamás se olvida la magia de Isabel Fernández... La realidad, en fin, es que los Juegos son muy largos y se prestan a atractivas sorpresas.