El cumpleaños más feliz de Jack Nicklaus

Ayer cumplió 70 años. Jack Nicklaus (Columbus, Estados Unidos, 1940), el Oso de Oro, el más grande golfista de la historia, soplará las velas un poco más tranquilo. Su récord de 18 majors (término que define a los cuatro grandes torneos del golf mundial: Masters, British Open, PGA y Abierto USA) está menos amenazado que hace unos meses.. ¿Por qué? Por la gigantesca crisis que vive Tiger Woods, el deportista mejor pagado del mundo, cuya popularidad se ha desplomado por sus problemas conyugales.

Woods, el hombre que ya suma 14 grandes títulos y estaba considerado por todos como el gran sucesor de Nicklaus, ha perdido gas. Algunos incluso dudan que sea capaz de salir del hoyo y desplegar de nuevo su gran juego.

Nicklaus ganó 73 títulos de la PGA en una carrera maratoniana, que se extiende desde 1962 (el Abierto de los Estados Unidos que ganó aquel año fue su primer triunfo como profesional) hasta 2005. Y se peleó con los mejores (Arnold Palmer, Lee Trevino, Severiano Ballesteros, Gary Player, Tom Watson, Greg Norman...) los greens durante casi más de cuatro décadas. A los 65 años disputó su último torneo, el British Open, y porque la reglamentación ya no permitía jugadores de 66 años. Aquel fue un año horrible en su vida tras la muerte de su nieto de un año, ahogado.

Dicen que el viejo Jack apenas juega ya al golf. Pero sigue involucrado en su deporte a través de la empresa de diseño de campos de golf en la que su familia lleva décadas trabajando. Ha diseñado miles de campos en todo el mundo y siempre ha explicado esta actividad como un nuevo reto. "Ahora compito con el terreno. Mi nueva competición es conseguir diseños de campos innovadores, que pongan en aprietos a los jugadores", explica el golfista nacido en Ohio, hijo de un farmacéutico.

Ayer cumplió otra década. Se ha desplazado desde su domicilio en Florida para una celebración especial. Ayer festejó sus 70 años pescando (practica desde muy joven la pesca con mosca) con su familia y unos amigos en la isla Christmas, al sur de Hawaii. Mantiene vivos sus hobbies de toda la vida. Sigue pescando, jugando al tenis, cuidando a su familia (en julio celebrará las bodas de oro con su mujer Barbara) y emocionándose con el equipo de fútbol americano de Ohio State, del que es seguidor desde niño.Y sigue mirando al futuro con ganas. Lo dijo anteayer: "La vida es una aventura. Y es agradable no saber lo que nos espera a la vuelta de la esquina.. Me siento joven, con muchas ganas de hacer cosas". El viejo Jack, pese a sufrir una artritis leve en algunas articulaciones, se siente en plena forma.