Este artículo se publicó hace 16 años.
El CSKA deja al Unicaja a las puertas del adiós en la Euroliga
El Unicaja hipoteca su futuro tras perder con estrépito en Moscú (93-70). Los malagueños necesitan un milagro para acceder a cuartos
El Unicaja de Málaga ha caído vapuleado (93-70) en su visita a Moscú ante el CSKA, actual subcampeón de Europa, y dejó su suerte en Euroliga en manos del AXA FC Barcelona, que si gana en Roma ante la Lottomatica provocaría el adiós de los malagueños de la competición continental, a pesar de sus dos victorias consecutivas en casa.
La empresa era difícil, y la concepción no cambió en los minutos iniciales a pesar del buen hacer de Daniel Santiago, que sacó bastante provecho en el aro rival. Pero no duró mucho el idilio del pívot con su aportación porque el conjunto ruso quiso cerrar su clasificación más pronto que tarde y vengar su honor tras la derrota en el Carpena.
El CSKA, con Papaloukas en el banquillo de inicio como manda la tradición --al igual que en su selección--, fue de menos a más, y en muy poco tiempo destrozó la igualdad inicial. Unicaja se quedó sin vías de ataque y los rusos machacaron con Goree desde el perímetro (logró sus primeros triples en el 'Top 16' ante el conjunto andaluz).
Papaloukas remató a los de Scariolo
Precisamente, la salida al parqué del mencionado Papaloukas terminó por dar ese plus de talento al juego de los de Ettore Messina, que moldearon a los malagueños como si de plastelina se tratase. Unicaja no pareció el mismo equipo que venció en el Martín Carpena al CSKA, y enseñó una imagen muy diferente. Los rusos no olvidaron en ningún momento su derrota en Andalucía y siguieron haciendo daño a pesar de su clara victoria desde el final del primer asalto (24-16).
Un lanzamiento a una mano de Goree puso los 15 de diferencia y Unicaja quedó roto. La entrada del siempre enérgico Boniface N'Dong no cambió el discurso costasoleño y hasta las canastas más fáciles eran una ardua tarea para los de Scariolo, condenados también por su desánimo.
Para colmo, antes de llegar al descanso, y sobre la bocina, Siskauskas anotó un triple de esos que parecen imposibles al chocar contra el tablero (44-26, min.20). Todo fue en contra de Unicaja, que aguantó como pudo los dos cuartos restantes en el Alexander Gomelsky USH.
El CSKA se dedicó a dar minutos a jugadores como Khryapa, que después de su descalabro en Málaga no había vuelto a jugar, o Smodis, que demostró encontrarse cada vez mejor en su reencuentro con la competición de más alto nivel.
Unicaja esperó impacientado el final del choque, aunque igualó en el último parcial (26-26) gracias a los triples de Sanders. Los de Scariolo necesitan un milagro para acceder a los cuartos. Que el Barcelona no gane ninguno de los dos encuentros que le restan (Lotomatica, esta noche, y ante el CSKA en el Palau la semana que viene) y que gane su último envite ante los romanos.
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