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Carta a una oro olímpico de 37 años

Ruth Beitia, con 1,97 metros, logra la medalla más paciente del mundo después de cuatro JJOO y 26 años en el salto de altura

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La atleta cántabra Ruth Beitia en uno de sus saltos en la final olímpica de salto de altura en los JJOO de Rio. Fabrizio Bensch

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MADRID.- Sabina te diría: "Nunca es demasiado tarde, princesa". Pero como sé que el que más te gusta, la música que te acompaña a diario en el coche es la de Manolo García, será mejor decirte lo que tú ya sabes de sobra, "nunca el tiempo es perdido" y hasta recordarte que "cuando tú regresas, las mañanas levantan el vuelo".

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Hoy, no se sabe si glorificarte o es suficiente con admirarte. Pero hay resultados como éste que imponen de veras. Máxime si se compara tu edad con los 18 años de la norteamericana Vashti Cunningham. Entonces no se sabe dónde está el límite entre la realidad y el cuento de hadas.

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La atleta cántabra Ruth Beitia celebra su medalla de oro en salto de altura en los JJOO de Rio. REUTERS/Dominic Ebenbichler

Son los tiempos que corren en el salto de altura y que tú has interpretado antes que nadie. Así que nosotros tenemos el deber moral de recitar de memoria ese podio que nos deja Rio: Ruth Beitia, Mirela Demireva y Blanka Vlasic. Se dice y no se cree. Campeona olímpica. Hay lugares adónde la imaginación no sabe cómo llegar.

La atleta cántabra Ruth Beitia con su medalla de oro en salto de altura en los JJOO de Rio. REUTERS/Dylan Martinez

El resultado es hoy, 48 meses despues del cuarto puesto de los Juegos de Londres. Un desafío que has ejecutado con seguridad antes y después de llegar a Río. Así que hoy nos hiciste un poco más sabios. Nos has demostrado que un oro olímpico no es incompatible con trabajar y estudiar, matriculada como estás ahora en la Facultad de Psicología.

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