Este artículo se publicó hace 11 años.
El campechano sucesor de Mourinho
El entrenador del Borussia y hombre de moda en el fútbol, Jürgen Klopp, reúne las mismas cualidades sobre el césped y ante los medios que el portugués, pero en una versión amable. La temporada que viene tendr&a
No es el típico alemán. O al menos no tiene la imagen que mucha gente tiene del típico alemán. Es temperamental, sí, y rubio y alto, también, pero lejos del duro y frío aspecto que ofrecen personalidades del país como Merkel o Heynckes, el que hasta este año ha sido su archirrival.
Jürgen Klopp (Stuttgart, Alemania, 1967) es el hombre de moda en el fútbol hoy en día. No ha ganado nada este año, de momento, pero no importa. Tiene más carisma que ese Jupp Heynckes de aparente mal carácter y de semblante imperturbable que va camino de lograr un triplete histórico -y desagradecido- en Múnich.
Kloppo, como se le conoce en Alemania, tiene de su lado la vitalidad, la alegría que contagia. Quizás demasiado, a veces. Cuentan que en 2007 perdió el puesto de entrenador en el Hamburgo en favor de Martin Jol porque éste fue a la entrevista vestido de traje y él no, lo que incluso abrió un debate sobre su aspecto. "Si trabajara en un banco, podría haber tenido un problema por mi imagen, pero trabajo en el fútbol", se defendió.
Es uno de esos entrenadores exjugadores de fútbol que son más conocidos por lo que hicieron después de colgar las botas. Su paso como jugador por el Mainz fue tan irregular que compaginó dos labores tan similares como las de defensa y delantero. Definitivamente se le da mejor entrenar. Cogió las riendas del club de la capital de Renania-Palatinado el mismo año de retirarse y lo llevó a un ascenso histórico en 2004.
La gesta -en casi cien años nunca había jugado en la primera división- le valió cierto reconocimiento. Pero donde verdaderamente levantó pasiones fue en la televisión. Klopp dedicó el verano de 2006 a comentar en la cadena pública, la ZDF, los partidos de la selección teutona en el Mundial del que era anfitriona. Se hizo tan conocido entonces que hasta le pusieron un apodo: TV-Bundestrainer (algo así como seleccionador nacional de televisión).
Y en 2008 llegó el salto cuando nadie lo esperaba. Aterrizó en un equipo en crisis, salvado in extremis de la quiebra solo tres años antes. Y Klopp le cambió la cara. Le contagió su misma alegría y personalidad. "Cuando llegué al Dortmund dije 'si 80.000 personas vienen cada dos semanas al estadio y en el campo se juega un fútbol aburrido, una de las dos partes, el equipo o los fans, tendrá que buscarse un nuevo estadio'", comentó hace poco a El País. "Muchos de nuestros fans recorren 800 kilómetros para vernos y vivir algo especial. Hay que ir a todo gas. Lo hemos llamado fútbol a todo gas. Queríamos derrochar vitalidad. Preferíamos dar cinco veces en el larguero que quedarnos cuatro veces sin tirar a la portería. Mejor perder. Ese fue el comienzo. Tienes que vincular a la gente al club", añadió.
Lo mejor del Barça y el MadridEs ese "fútbol a todo gas", como lo califica él, el que ha hecho morder el polvo ya dos veces al Real Madrid esta temporada, además de lograr dos Bundesligas. Klopp ha convertido al Borussia en lo bueno del mejor Barça y lo bueno del mejor Madrid. Una mezcla de ambos: el buen toque, la intensa presión, la defensa empezando por el ataque, combinado con la verticalidad, los letales contraataques o la brutal pegada. En parte, de hecho, Kloppo tiene una parte de Guardiola y otra de Mourinho. De Pep, entre otras cosas, se ha llevado su buena imagen y su gran carisma. Del portugués posee su faceta más irónica y cómo se mueve como pez en el agua con los medios, con quienes suele despachar entre bromas y buena cara diariamente. Todo lo contrario que el de Setúbal.
Klopp ha combinado en el Borussia el buen toque y la presión con la verticalidad y el contraataque
Pero también ha copiado del luso su comportamiento, su gusto por las celebraciones exageradas en el césped. Sus carreras por la banda, sus saltos, sus excentricidades son tan conocidas como las de Mourinho en Stamford Bridge o en el Camp Nou. Le encanta estar en los medios. Es todo un personaje y lo sabe. Eso sí, su forma de apretar los dientes constantemente como reacción a cualquier cosa que pasa en el partido es algo patentado.
Todo un digno sucesor del Mourinho más mediático. El alemán le llegó a exasperar y superar en su rueda de prensa previa a la ida de semifinales. "Desde que salió el sorteo, Klopp habla todos los días, y yo no abro la boca", se quejó el luso, mostrando cierto hartazgo por su parte. El teutón se dio por enterado: "¿Dice que hablo mucho? Eso decía uno de mis profesores. Entoncés me callaré".
No tienen, sin embargo, una mala relación. Al menos por lo que se pudo ver antes de que comenzara el choque de la semana pasada, cuando ambos conversaron de manera alegre y distendida sobre el césped. Pero lo que, definitivamente, más une a Klopp, que también ha sonado para sustituir al técnico del Madrid ante su eventual y probable marcha, y Mourinho es un mismo rival: Guardiola. El extécnico del Barça, que tanto se las tuvo dentro y fuera del campo con el luso durante dos años, y que acabó por agotarle, tendrá que soportar ahora a la versión germana del portugués. Eso sí, el alemán sólo tiene palabras de aprecio por Pep, aunque da por empezada la guerra y le advierte: "Ahora tiene que enseñarnos cómo se hace cuando los jugadores son algo menos buenos".
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