Natalia Rodríguez ya vive en 2010. La mediofondista que encogió el alma de los aficionados españoles en los Mundiales de Berlín, la atleta que ha encajado uno de los golpes más dolorosos que puede sufrir una deportista (llegar primera a la meta y ser desposeída de la medalla de oro), ya descansa en las playas tarraconenses. Han pasado sólo dos semanas, pero la herida parece cerrada.

Ha dado por finalizada su temporada antes de tiempo, sin esperar a lograr un buen crono. ¿Por qué?

El momento de competir era la semana pasada, en Zúrich. Así extendía el pico de forma alcanzado en Berlín. Tenía la chispa de los Mundiales y la he perdido. Ya no valía la pena alargar la temporada dos semanas más.

¿Por qué la vetaron en Zúrich?

Yo en el fondo me lo esperaba. Y quiero pensar que no tiene que ver con mi descalificación en Berlín. Así me lo he tomado. Si pienso de otra manera, me fastidia. No sé. Por otro lado, Jamal vive en Suiza y quizá no les convenía que yo me enfrentara a ella.

¿Ha asimilado ya la descalificación de Berlín?

Prefiero no mirar atrás. Ahora estoy relajada. Quiero descansar, empezar de cero.

El año próximo hay Mundiales en pista cubierta (Qatar, en marzo) y unos Europeos en casa, en Barcelona.

El invierno aún no lo hemos planificado, pero el gran objetivo son los Europeos de Barcelona.

Marta Domínguez fue la gran triunfadora de Berlín. ¿Ha aprendido algo de ella?

Sí. Se me ha quedado grabada su ambición, su frialdad, su experiencia. Esos últimos 150 metros en los que supo contenerse y no atacar hasta el momento justo.

¿A usted le faltó esa frialdad?

Sí. Me faltó esa seguridad, debo aprender a esperar el instante más adecuado para atacar.

¿Ha hablado con Marta?

Sí. Fue una casualidad increíble. ¡Me la encontré el sábado pasado en Port Aventura! Me animó.

Le llamó también el presidente Zapatero...

Sí, fue al día siguiente de la final de Berlín. Me dijo que habían sido demasiado rigurosos y me animó a seguir adelante, a ser fuerte.

¿Cambiaría algo de lo que hizo en la final?

Pues no. En ese momento justo yo no cambiaría nada de lo que hice. Vi esa oportunidad y decidí tirar adelante.

Pero habrá aprendido alguna lección.

Sí. Debo colocarme mejor, no esperar al final para situarme.

¿No le parece que Burka exageró?

Sí. Exageró después de la caída. Luego apareció vendada, fue excesivo. Terminó la prueba corriendo y luego apareció coja... No sé.

Jamal, la campeona oficial, ¿cómo reaccionó?

No me dijo nada. Yo la tenía como buena persona, pero me ha decepcionado. Ha hecho comentarios que no me han gustado.

¿Y como atleta?

Es una corredora para ir a ritmo, pero en campeonatos no es imbatible.

El panorama en los 1.500 metros ha cambiado.

Sí, porque las rusas sufrieron un gran estacazo a causa del dopaje. El resto de Europa está subiendo.

El cuarto puesto de Nuria Fernández en su prueba, ¿le parece que ha sido infravalorado?

Llegó fortísima. Y me insistía todo el rato en que yo era la campeona del mundo. ¡Y que diera la vuelta de honor!

Mayte Martínez, otra mediofondista, fue séptima en 800 metros. ¿Cómo valora su actuación en Berlín?

Me sorprendió. Después del parón que había tenido con su lesión, parecía que llegaba sin opciones para conseguir algo. Aún no he hablado con ella, pero lo hizo francamente bien.

Si exceptuamos dos descalificaciones (Copa de Europa y Mundiales), usted ha ganado todas las pruebas que ha corrido este año.

Sí. No me puedo quejar, ha sido una temporada buena.

Dos medallas y siete finalistas, ¿cómo valora la actuación española?

Fue muy buena. Y yo destacaría que, aunque siempre se espera más de los hombres, tuvimos que ser las mujeres las que arregláramos la faena. La mayoría de los hombres decepcionaron, por eso hay que valorar el papel de las mujeres.

Su generación supera ya los 30 años. ¿Quién viene detrás?

No tenemos repuesto. Hay que apoyar más a la gente que está en un segundo plano.

¿Qué le ha parecido la visita de Usain Bolt a Madrid?

Me ha gustado que viniera a España. Además, yo también soy del Real Madrid.