Este artículo se publicó hace 16 años.
El Barcelona también sucumbe en Moscú (72-55)
El CSKA no dio opción, con Andersen y Papaloukas como estrellas, a un conjunto azulgrana frágil
Falto de fe y de recursos, el Axa Barcelona se quedó corto en Moscú, donde el CSKA le superó sin demasiada dificultad (72-55) en la segunda fase de la Euroliga. En la primera derrota de Xavi Pascual como entrenador, el Barcelona se dejó vencer por el nombre del equipo ruso y su jerarquía en el baloncesto europeo. Campeón en 2006 y subcampeón en 2007, el CSKA sabe hacerse fuerte en su pista (nadie gana en Moscú desde noviembre de 2005), cuenta con un amplio catálogo de opciones y los árbitros le respetan. Demasiado para el Barça, incapaz de dar un salto de calidad cuando el partido se lo permitió.
Las grandes prestaciones de Andersen (20 puntos y 8 rebotes), una pesadilla para el equipo catalán, reflejaron la distancia entre ambos equipos. No tiene el Barça un jugador como el danés, poderoso en la pintura y eficaz en el lanzamiento exterior, capaz de decidir un partido con sus impecables estadísticas.
Pese a embolsarse el partido con solvencia, el CSKA no se arrancó hasta después del descanso. Fue un equipo impreciso en el lanzamiento, aunque muy agresivo en defensa y potente en el rebote, circunstancias que acomplejaron a un Barcelona correcto al principio y desbordado después.
El conjunto de Ettore Messina, candidato a ocupar el banquillo del Palau el próximo año, defendió muy abierto. Es un equipo de brazos largos, coordinado y muy trabajado, que obligó al Barcelona a abonarse al lanzamiento exterior. Es una de las especialidades del Barça, que se agarró al partido en el primer periodo gracias a dos triples de Lakovic (13-10).
Se llegó al descanso con opciones
También se resistió el Barcelona durante el segundo cuarto. Le ayudaron los errores del CSKA en el lanzamiento de dos, impropios de un subcampeón de Europa (16 de 37 al final del partido), para alcanzar el descanso con un 32-25 acorde al desarrollo del partido, un marcador que aún daba vida al Barça.
Apagado como es costumbre en el tercer cuarto, el equipo azulgrana encajó un parcial de 5-0, con cuatro balones perdidos en la reanudación, que ayudaron al CSKA a labrarse la victoria (37-25). Extrañamente, Lakovic desaprovechó una antideportiva de Khryapa, poco antes de que Papaloukas pidiera la palabra. Inédito durante todo el choque, el griego despertó en el último cuarto para despejar las dudas. Nadie como Papaloukas para sentenciar partidos dudosos, matizados por cuestiones como el historial, la fe o el nombre de la camiseta.
Con dos acciones consecutivas del escolta griego, el CSKA se alejó (52-45, min. 32). Un triple de Andersen, excelente en las continuaciones, empinó definitivamente el partido, colocando a su equipo diez puntos por encima (57-47, min. 34). Lo corroboró después Siskauskas con otro triple (60-51), puntilla definitiva para el conjunto azulgrana en Moscú.
Resignado tan sólo a conservar una diferencia de puntos recuperable en el Palau, el Barcelona bajó los brazos definitivamente. El CSKA le dobló en el último cuarto (24-12), síntoma de la falta de fe del Barça, todavía un escalón por debajo de los equipos que realmente aspiran a ganar la Euroliga en Madrid.
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