Este artículo se publicó hace 11 años.
Armstrong lo admite todo: "No es posible ganar siete Tours sin doparse"
El exciclista estadounidense reconoce en una entrevista con Oprah Winfrey que utilizó EPO, testosterona y se hizo transfusiones de sangre entre 1998 y 2005
¿Alguna vez tomó sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento sobre la bicicleta?
Sí.
¿Era el EPO una de esas sustancias prohibidas?
Sí.
¿Alguna vez se hizo transfusiones de sangre o el uso de sangre para mejorar su rendimiento sobre la bicicleta?
Sí.
¿Alguna vez utilizó cualquier otra sustancia prohibida como la testosterona, cortisona o la hormona de crecimiento humano?
Sí.
Durante las siete de sus victorias en el Tour de Francia, ¿alguna vez tomó sustancias prohibidas o se hizo transfusiones de sangre?
Sí.
¿En su opinión, era humanamente posible para ganar el Tour de Francia sin dopaje? ¿Siete veces seguidas?
No en mi opinión.
El exciclista estadounidense Lance Armstrong reconoció que la última vez que se dopó fue en el 2005, pero no lo hizo ni en el 2009 y 2010 que fue cuando volvió a la competición para correr de nuevo el Tour de Francia. "Todo lo que se dijo de mí en el informe que presentó la USADA (Agencia Antidopaje de Estados Unidos) es correcto, menos que me dopé los años del 2009 y 2010 y eso fue lo que me enfureció", destacó Armstrong durante la entrevista que le hizo ayer la periodista Oprah Winfrey.
Antes de esa aseveración, Armstrong admitió haberse dopado durante toda su carrera como profesional y haber tomado todo tipo de sustancias prohibidas y haberse hecho transfusiones de sangre para tener mejor rendimiento en los siete Tours de Francia que ganó. La entrevista, la primera parte de la cual fue transmitida la noche del jueves en la red de Oprah Winfrey, se llevó a cabo el lunes en Austin (Texas, EEUU). La segunda parte se emitirá la noche del viernes.
El Comité Olímpico Internacional (COI) envió una carta a Armstrong el miércoles por la noche para pedirle que devuelva su medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000. El año pasado, la Unión Ciclista Internacional (UCI) le quitó sus siete Tours de Francia.
" La actitud de ganarlo todo la tomé primero ante el cáncer y la transporté al ciclismo"Al hablar de las sustancias con las que se dopaba, Armstrong dio una explicación clara y concreta de cómo lo hacía. "Mi cóctel consistía en EPO, transfusiones y testosterona", dijo Armstrong sobre las sustancias que usó durante los Tour de Francia. "Yo lo veía muy sencillo, yo veía esos métodos para mejorar mi rendimiento e ir más rápido". "El sistema de pruebas no era tan complicado y había pocos exámenes fuera de competencia. En carrera estábamos limpios". Armstrong recordó que "nunca" dio positivo, aunque pasó "cientos de controles". "Y los pasé porque no había nada en mi sistema", destacó.
El exciclista afirmó que "lo peor de todo" era que pensaba que "no estaba haciendo trampas". "Fui al diccionario a ver el significado de trampa y vi que era 'obtener ventaja de una forma no legal sobre alguien'. No sentía que lo hiciera. No entendía la magnitud de lo que sucedió", afirmó.
Armstrong, tranquilo, afirmó que empezó a doparse "a mediados de los 90" y apuntó que su actitud de negarlo todo fue porque creía que "era demasiado tarde para la mayoría de la gente". "Lo veo como una gran mentira que repetí muchas veces. La historia fue perfecta durante mucho tiempo, pero detrás de esa imagen e historia había tirón y me perdí en eso. La historia es mala y tóxica y la mayoría es verdad", dijo.
Armstrong, que se calificó como "filántropo y capullo" en su etapa de éxito y fama, también habló de la influencia del cáncer en el inicio del dopaje. "La actitud de ganarlo todo la tomé primero ante el cáncer y la transporté al ciclismo. Y eso es malo, quise perpetuar la historia. Ganar era importante y aún me gusta, pero ahora veo el triunfo de otra manera. Doparse era parte del trabajo, así es como yo lo veía".
El exciclista aseguró que nunca tuvo "miedo" a que le descubrieran. "No venían a tu casa, te hacían las pruebas en carrera, en teoría se podía, pero no se hacía, y durante las carreras estás limpio. Han cambiado dos cosas: las pruebas fuera de competición y el pasaporte biológico. Realmente, funcionó", dijo.
Armstrong reiteró que no le importaba nada el precio que tendría que pagar. "El deseo de ganar a toda costa, el nivel al que llegó es un problema. La arrogancia y ser desafiante me perdieron", reconoció. "Hay personas en esta historia que eran buenas personas, no son monstruos, no son malvados y no son malos. Ferrari es un hombre inteligente, aún lo pienso", valoró Armstrong al referirse al doctor italiano Michele Ferrari, su gran colaborador.
Sobre si se sentía mal por haber consumido sustancias prohibidas o si estaba haciendo algo malo con el dopaje, Armstrong respondió con dos "no". "Veo el enojo de la gente, está ahí, y esta gente que creyó en mí, no sólo creyó en mí sino en lo que yo era. Tienen todo el derecho de sentirse traicionados y es mi culpa, pasaré el resto de mi vida tratando de enmendarme y disculparme para que la gente vuelva a confiar en mí", agregó.
El exciclista estadounidense dijo también que ahora está dispuesto a ayudar para limpiar la imagen de este deporte. "Amo el ciclismo. Si hubiese una comisión de la verdad, seria, responsable, para aclarar todo el asunto y ayudar al ciclismo, seré el primero en ayudar", declaró Armstrong en la recta final de la entrevista. Aunque reconoció que había hecho mucho daño al ciclismo, afirmó que era la "cultura" que existía dentro del deporte en la década de 1990 y la primera mitad del 2000.
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