Este artículo se publicó hace 13 años.
Alcohol, violencia y saltos
Seis historias de hombres pájaro' de éxito que acabaron corrompidos por la fama y el dinero
Los saltos de esquí son algo más que una postal navideña de tipos que desafían a la gravedad. Es una actividad en la que el 90% del ejercicio es una cuestión mental. Deportistas sometidos a las tensiones de la competición, las obsesiones, las presiones, el éxito o la fama mal digerida. Un caldo de cultivo que ha deparado, en las últimas décadas, una extensa nómina de saltadores convertidos en juguetes rotos, y no precisamente por ninguna espectacular caída.
Harri Olli, una de las figuras actuales de la especialidad, aglutina genialidad y polémica. De hecho, en la primera prueba de la Copa del Mundo de saltos de esta temporada, disputada en Kuusamo (Finlandia), hizo una peineta (mostrar el dedo medio de la mano) a los jueces que habían calificado con muy baja puntuación uno de sus saltos. Saltaba en casa, pero no le perdonaron el gesto. Pekka Niemelae, técnico finés, castigó el desplante con su salida de la selección. "Olli tiene mucho talento pero su compromiso con el equipo no ha alcanzado el nivel exigido", razonaba Niemelea, harto de la mala actitud del saltador, detenido en varias ocasiones por exceso de velocidad y con altos índices de alcoholemia, mientras conducía, incluso con la licencia retirada.
Olli acumula detenciones por exceso de velocidad y conducir ebrio
El pasado 1 de Noviembre, el entrenador austríaco del equipo alemán de deportes de invierno, Marc Noelke, se presentó borracho en la fiesta de presentación de la temporada. Noelke montó el espectáculo ante los más de 200 invitados VIP de la fiesta y se cebó especialmente, con dos estrellas del deporte alemán, la esquiadora Maria Riesch, campeona olímpica y del mundo de eslalon, y Margarita Neuner, doble campeona olímpica de biatlón en Vancouver. Aunque había sido contratado por el equipo alemán como técnico especialista en las nuevas fijaciones, que este año han revolucionado el mundo de los saltos, fue despedido al día siguiente.
En Agosto, el ex saltador finlandés Matti Nykäenen protagonizó un capítulo más de su triste decadencia personal. Fue condenado a una pena de 16 meses de cárcel por herir a su cuarta mujer Mervi Tapola con un cuchillo y tratar después de asfixiarla con el cinturón de su albornoz de baño.
El fin de NieminenNykäenen acuchill a su mujer e intento axfisiarla con un cinturón
Nykäenen es, junto a Toni Nieminen, otro ejemplo de una fama que llega demasiado pronto y mal asimilada por los contratos millonarios. De hecho, Nieminen, ya era doble campeón olímpico en Albertville 92 y toda una estrella en su país, con solo 16 años. Las autoridades finlandesas le extendieron una licencia especial para conducir sólo a los entrenamientos o a los desplazamientos de las competiciones. Nieminen se saltó todas las normas, y su estrella se apagó en un par de temporadas. Había sido el primer atleta en llegar a los 200 metros en 1994 y el más joven en ganar el torneo de los cuatro trampolines.
A veces el triunfo lleva por un camino equivocado. El saltador austríaco Andreas Goldberger es uno de los deportistas más famosos de su país. Durante las celebraciones del milenario de Austría, los aviones de este país llevaban su nombre inscrito junto al de Mozart y el emperador Francisco José. Sin embargo originó un escándalo el 21 de Abril del 97, cuando confesó públicamente que había consumido cocaína, aunque matizó en un programa de televisión que solo la había probado en una discoteca con unos amigos. Sin embargo, un traficante detenido le acusó de haberle comprado droga varias veces en dos discotecas de Viena, por lo que la federación austríaca le expulsó del equipo por tenencia, consumo y tráfico de 20 gramos de cocaína.
Se le permitió saltar con otro país y Goldberger se nacionalizó yugolasvo. Un hecho que dolió en su país, ya que las relaciones entre Serbia y Austria están rotas desde el asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo en 1914, que causó la primera guerra mundial. Goldberger sin embargo no obtuvo licencia para saltar. Fue perdonado años después y se retiró en el año 2005 como la gran estrella que siempre fue.
Goldberger fue vetado en Austria por consumo y tráfico de cocaína
Hay quien consigue salir del pozo, pero vuelve a caer. El noruego Lars Bystoel fue detenido en 2000, al salir de una fiesta de Nochevieja, mientras conducía con un 2,38% del alcohol en la sangre y condenado por ello a 24 días de prisión. En 2003, se vio envuelto en una pelea en Oslo y acabó sumergido en una fuente completamente bebido. Fue expulsado del equipo noruego en 2004. Luchó por volver y lo consiguió. Ganó el oro olímpico del trampolín de 100 metros en Turín. Sin embargo, en 2008, reconoció haber dado positivo por tetrahydrocannabional (THC) una molécula psicotrópica contenida en el cannabis.
Ahí acabó la historia de Bystoel. Uno de los muchos hombres pájaro' que un día volaron muy alto, sin control y al siguiente, chocaron con la dura realidad.
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