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Una Liga en la clandestinidad

El Barça conquista su vigésimo segundo título. Una primera vuelta de ensueño y un Messi arrollador liquidaron el campeonato. La enfermedad de Tito, la rebaja en la excelencia y la pérdida de interés en favor

JORGE YUSTA

Y pese a todo, la Liga. El Barça ha conquistado su vigésimo segundo título pero, acostumbrado el graderío a la excelencia, sobrevuela en el ambiente que se trata de un mal menor, un trofeo obtenido por obligación. Los sufrimientos en Champions, hasta el chaparrón contra el Bayern, la eliminación copera a manos del Real Madrid, y la destensión en la lucha por la Liga desde hace varios meses han ensombrecido una temporada soberbia. El Barça ha conquistado una Liga que ha dominado de principio a fin. Una tiranía basada en la exquisitez y en la regularidad más académica. Ha recuperado el trono perdido el año pasado ante el Madrid de los récords y suma su cuarto título en cinco años.

Sin embargo, la memoria es selectiva y la superioridad demostrada por los azulgranas en la primera fase de la Liga se tradujo en una sentencia anticipada del título a falta de muchas jornadas por disputar. Con el equipo blanco autodescartado casi desde el inicio y enfrascado en disputas internas tan solo el Atlético de Madrid tuvo los arrestos de plantar cara a los de Vilanova. Los de Simeone han dado el paso para convertirse en alternativa, en ser animador y asiduo a la zona alta pero todavía este año se ha visto superado por los dos grandes del fútbol español. 

La segunda vuelta, pues, fue convirtiendo los partidos en trámites calculadora en mano. El interés del aficionado y los medios fue decayendo y los focos se trasladaron al resto de competiciones. Como decía hace unos días el director deportivo azulgrana, Andoni Zubizarreta:  'La Liga era la competición más importante hasta hace unos meses y ahora parece que sea una competición clandestina que se juega los fines de semana'.

Pero al César lo que es del César. Este Barça ha logrado el mejor arranque de la historia de la Liga. Fue en la jornada catorce después de sumar cuarenta puntos sobre 42 posibles con trece victorias y un empate en esos catorce partidos. Alejado a años luz del resto de equipos de Primera y todavía por encima del Atlético, el Barça tan solo ha encontrado su talón de Aquiles en el Real Madrid, que le empató en el Camp Nou y ganó en el Bernabéu.

Los culés han hecho del Camp Nou un auténtico búnker. Ni una derrota ha dejado escapar de su feudo, tan solo el empate en el clásico. En total, este Barça ha ganado 28 partidos de los 34 que ha disputado. Ha empatado tres partidos como visitante (contra el Valencia en la jornada 22, contra el Celta en la jornada 29 y contra el Athletic en la 33) y ha perdido tan solo dos partidos en toda la temporada (contra la Real Sociedad en la jornada 20 y contra el Real Madrid en la 26). 

Pero esta Liga será recordada por una circunstancia que ha trastocado al Barça. La continuidad en el proyecto y en la filosofía que suponía la sustitución de Guardiola por Tito Vilanova se ha visto interrumpida de forma dramática. La reaparición del tumor en la glándula paródita del técnico, diagnosticada en diciembre, ha provocado un cortocircuito emocional en el equipo que ha terminado mostrando reflejos en lo futbolístico. La gestión, vía telefónica desde Nueva York, rompió con la rutina. Jordi Roura ha asumido durante tres meses la responsabilidad y pese a la comunicación continua con Tito el equipo ha notado la lejanía de su líder natural. 

La enfermedad de Tito se ha unido a otros factores que han provocado un desvirtuación del estilo y la rebaja del altísimo nivel en el que se había instalado. Ha fiado gran parte de la temporada al factor Messi. De los 105 goles del Barça, 46 han sido por obra y gracia del '10', lo que supone un 43,8%. El argentino ha jugado todo lo que ha podido. Sin él, el equipo no ha hallado soluciones a los problemas y el tramo final de campaña se ha visto evidenciada la Messidependencia. El equipo técnico también ha tenido excesiva confianza en los mismos jugadores dando muchos menos minutos a los canteranos. Ello ha provocado un rebrote de lesiones, que sobre todo se han cebado con la defensa, la línea más débil durante toda la temporada. Las lesiones de Puyol, Mascherano, Adriano y la ausencia de Abidal se han traducido en que este Barça ha encajado más goles, un total de 33 en la temporada.

La fragilidad defensiva comenzaba en una falta de presión desde los puestos más adelantados y el juego de toque se ha transformado en muchos partidos en un posición esteril y plana. La precisión se ha mantenido. En los pases ha alcanzado el 88%. La posesión también. Pero ha perdido explosividad y verticalidad. En definitiva, el factor sorpresa. La planificación quizá se quedó corta. De los dos fichajes veraniegos, Jordi Alba y Song, solo ha funcionado el primero. Y el mercado invernal se desestimó. Valdés anunció que no seguiría en el Barça y el club acometió un serial de renovaciones con Messi, Xavi, Puyol y Pinto. Por eso, pese al título liguero los síntomas han elevado las voces que piden una revolución. Iniesta lo dejaba claro hace unos días, no se puede hablar de cambio de ciclo pero 'lo que nos ha llevado a estar aquí el año que viene seguramente no nos alcance, por la simple razón de que si queremos seguir ganando, todo tiene que mejorar'.

Pero todo ello no puede quitar un solo mérito a la conquista de la Liga. ¿Cuántos equipos se cambiarían? Y es que desde agosto el Barça corrió como el que más para recuperar el título. Ya en la jornada 7 llegaba al clásico adelantado con ocho puntos de ventaja sobre el Real Madrid. Y en la 10 ya había conseguido el mejor arranque de su historia tras golear por 3-1 al Celta

Una jornada después, ante el Mallorca el Barça se rehacía del tropiezo de Champions ante el Celtic y Messi, con dos goles, superaba los 75 goles de Pelé en 1958 y se acercaba al mítico récord de Gerd Müller. El comienzo de Liga del argentino era, sencillamente, espectacular. En la jornada 12 el Barça amplía un poco más su diferencia con el Madrid tras un nuevo tropiezo de los blancos y la goleada culé 0-4 ante el Levante.

Mientras, era el Atlético el que daba un puñetazo y discutía al Barça la supremacía en Liga. Hasta la jornada 10 colchoneros y azulgranas estuvieron empatados a puntos. En la jornada 14 se produce uno de los hitos de la temporada. El Barça se apropia del mejor arranque de la historia de la Liga al sumar cuarenta puntos sobre 42 posibles con fiesta ante el Athletic (5-1). Además, aprovecha el tropiezo del Atlético contra el Real Madrid, lo que ya aleja a los de Simeone a seis puntos y a los de Mourinho a once.

En la jornada 15 el partido contra el Betis pasó a un segundo plano ya que los dos goles que marcó Messi hizo que sumara 86 en todo el año 2012 y superara el récord de Gerd 'Torpedo' Müller. En la jornada 16, el 16 de diciembre, el Barça da un golpe casi definitivo en la Liga tras ganar en el duelo directo con el Atlético por 4-1. Los de Tito dejan a los rojiblancos a 9 puntos y al Real Madrid a 13, que empata contra el Espanyol. Esa semana se iba a convertir en la más dura de la temporada. Tito Vilanova tiene que ser intervenido de urgencia ante la reaparición de su enfermedad. El Barça gana al Valladolid el 22 de diciembre y le dedica la victoria a su técnico, que acababa de salir del hospital.

Vilanova vuelve al banquillo tras su operación después del parón navideño en la victoria del Barça por 4-0 al Espanyol en el Camp Nou. El Barcelona no frena su marcha y cierra la mejor primera vuelta de la historia de la Liga tras ganar por 1-3 al Malaga en la jornada 19.  Y además aumenta en esa jornada su distancia con el Atlético a 11 puntos y con el Real Madrid a 18. El Atlético por su parte firma una primera vuelta invicto en el Calderón.

Hay que esperar hasta el 19 de enero para ver la primera derrota culé. Fue en Anoeta y perdió 3-2. Con un 1-2 en el marcador Piqué fue expulsado y después remontó la Real con goles de Chori Castro y Agirretxe. Esa misma semana había empatado en Copa contra el Málaga y había conocido la no renovación de Valdés, que termina contrato el 30 de junio de 2014.

En la jornada 21 Messi le endosa cuatro goles a Osasuna en el 5-1 y en la jornada 24, en el primer partido matutino del Barça en 47 años, le endosa un set al Getafe (6-1) con un gran partido de Iniesta. La temporada avanzaba con la Liga prácticamente resuelta y Tito en Nueva York. Así, el periodo entre finales de febrero e inicio de marzo se convirtió en el más duro. Tras la derrota contra el Milan en la ida de octavos de final de Champions por 2-0 sufre mucho para ganar 2-1 al Sevilla en la jornada 25 y termina perdiendo el doble duelo con el Real Madrid. Primero en Copa 1-3 en el Camp Nou en la vuelta de las semifinales y después 2-1 en Liga en el Bernabéu.

Se hacía necesaria una reacción. Y así fue. Se impone sin problemas en Liga al Deportivo por 2-0 y golea al Milan por 4-0 en la vuelta de Champions. En la jornada 29 el Barcelona empata 2-2 en Vigo pese a que Messi logra marcar por 19 jornada consecutiva. Pese al empate, el Real Madrid también empata ante el Zaragoza y el Atlético ante el Valencia, lo que mantiene las distancias inamovibles. En la siguiente jornada, golea al Mallorca por 5-0 pero lo más destacado es que Eric Abidal vuelve a disputar un partido de fútbol tras 13 meses inactivo. Contra el Athletic y el Betis se demostró que el concurso de Messi se hace imprescindible en este Barça. En San Mamés un tanto de Herrera en el último suspiro aplazó el alirón y contra los verdiblancos el argentino tuvo que salir desde el banquillo para, en quince minutos mágicos, encauzar el choque. Al final, el tiempo y las jornadas han consumado la lógica. El mejor y el más regular ha sido el Barça. 

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