Xavier Gens: "Si no nos comunicamos con los refugiados, terminaremos matándolos a todos"
El cineasta francés proclama la necesidad de entendimiento entre seres humanos y de estos con la naturaleza y otras especies del planeta en 'La piel fría', adaptación al cine de la exitosa novela de Albert Sánchez Piñol
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Dos hombres blancos, obligados a entenderse (o no), ocupando el territorio de unas criaturas anfibias con apariencia humana, en una isla donde no vive nadie más. El hombre y la naturaleza, el hombre consigo mismo, el hombre y otras especies del planeta… relaciones marcadas por el miedo y la lucha por la supervivencia con las que el cineasta francés Xavier Gens insiste en la reflexión sobre los comportamientos violentos y crueles del ser humano. Es el planteamiento de La piel fría, adaptación el cine de la exitosa ópera prima del escritor y antropólogo Albert Sánchez Piñol, que llega al cine protagonizada por David Oakes, Ray Stevenson y Aura Garrido.
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Tras el resurgimiento de los movimientos neonazis de Frontera(s) y le guerra brutal entre seres humanos por sobrevivir del thriller post apocalíptico Aislados (The Divide), Xavier Gens cambia el tono en esta película, más calmada, pero con idéntica tensión, y proclama desde ella la necesidad de comunicación y de entendimiento del ser humano con su entorno. "La película habla de cómo el hombre se enfrenta a lo que es desconocido y cómo funciona el miedo en nuestro comportamiento".
'La piel fría' es una película que reflexiona sobre el miedo y cómo nos hace comportarnos, ¿es el miedo el arma más poderosa en el mundo hoy?
Seguro. Sí lo es. Es una herramienta que usan los políticos para controlar a la gente y para manipular y hacer más fácil el control sobre el vecino. Cuando no conoces bien a tu vecino, proyectas el miedo sobre él. Con los nacionalismos pasa igual, asustan a la gente, que termina viviendo con miedo a quedarse sin trabajo, sin dinero… La gente quiere sobrevivir, pero les amenazan con dejarles sin trabajo. En el fondo es un problema de educación. Lo que necesitamos son políticos que se ocupen de la educación.
Cada día hay más refugiados, emigrantes, desplazados, ¿puede verse su película como una metáfora de la convivencia necesaria en el mundo?
Sí, por supuesto, es un símil sobre el que trabajamos. Tenemos que comunicarnos con estas personas, si no lo hacemos, los terminaremos matando a todos. Vienen porque les persiguen, porque son débiles frente al poder en sus países, tienen problemas muy serios y vienen porque no quieren morir, las personas no quieren morir. Nosotros, en lugar de escucharles, les atacamos, construimos muros, les enviamos a la policía a que les expulse… Deberíamos ser amables con ellos, solidarios, deberíamos cuidarlos, porque esta gente necesita terminar con su sufrimiento. Para mí es importantísimo el punto de vista de la emigración.
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Usted se mueve en los géneros del fantástico y del terror, parecería que ambos se han creado para los horrores de este siglo XXI.
Así es. Todo lo que hay en la película está inspirado en la sociedad de hoy, en los grupos marginados de este mundo, en cómo enfrentamos eso. La película habla de cómo el hombre se enfrenta a lo que es desconocido y cómo funciona el miedo en nuestro comportamiento. Los dos hombres blancos de esta historia tienen miedo, pero uno de ellos, Friend, quiere acercarse a las criaturas anfibias, mientras que el otro simplemente se deja llevar por el instinto más primitivo. Este hombre, Gruner, es, de alguna manera, como Trump, el conflicto es lo que da sentido a su vida.
Los dos hombres de la historia son muy diferentes entre sí y uno encuentra más conexión con la criatura anfibia, ¿la raza, la tierra no es, entonces, lo que realmente une a los seres humanos?
De verdad creo que lo que conecta a la gente, a los seres humanos de todo el planeta, son los sentimientos y las emociones. El personaje principal es un tipo inteligente, curioso, que lee libros, no es un marginado, pero cuando ve a Aneris, la criatura, puede comprenderla, establece relación con ella por las emociones.
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¿Podría decirse que uno es el estereotipo de hombre blanco dominador y el otro representa la esperanza?
Exactamente. Friend representa la esperanza, es un hombre que se esfuerza en encontrar las herramientas que le permitan comunicarse con la criatura, con la naturaleza, con Gruner… Es consciente de que una buena comunicación es lo que va a conseguir la paz. Gruner, sin embargo, tiene tanto miedo del otro que no es capaz de amar.
¿Cómo fue la relación con Albert Sánchez Piñol?
Me fascinó su libro cuando lo leí y quise saber más cosas sobre la persona que lo había creado. Cuando nos encontramos, hablamos muchísimo. Creo que en su libro desarrolla su propia teoría de la evolución. Esas criaturas anfibias son humanos que han evolucionado de una forma diferente y desconocida. No son monstruos, son distintos.
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En mi opinión hay una interpretación sobre el libro que tiene que ver con el terrorismo, es una especie de teoría sobre el terrorismo en la Tierra.
¿Por qué ha ambientado la historia en 1914? En la novela es un poco después, tras la guerra de independencia de Irlanda.
He utilizado la traducción internacional. Usted ha debido leer la versión original, la española, claro. En la traducción internacional los hechos suceden en 1914 y yo he querido respetar eso. En la película hay algunos fragmentos enteros del libro, quería respetarlo lo más posible.
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En su película 'Frontera(s)' hablaba de los neonazis, en 'The Divide' era la guerra unos contra otros… ¿El cine es un camino para la denuncia desde el arte?
Claro. En mi cine trato de mostrar lo más terrorífico del ser humano para hacer entender que hay que buscar un camino, que no es fácil, pero que debemos entendernos. En las películas retrato cómo somos los seres humanos y la necesidad de cambiar lo peor que tenemos. Intento hacer pensar a la gente. Creo que el cine sirve siempre para hacer una reflexión y darnos cuenta de qué cosas debemos cambiar para vivir en un mundo mejor.
'La piel fría' es el último trabajo de Gil Parrondo, ¿qué puede decirme de él?
No había tenido antes la oportunidad de trabajar con él ni tampoco había tenido la oportunidad de trabajar con alguien como él, era como un niño. Tenía 93 o 94 años, pero era como un niño trabajando en la película. Estaba todo el día dibujando en su cuaderno y enseñándonos los dibujos. La película le debe muchísimo.