Este artículo se publicó hace 7 años.
'House of Cards'Los Underwood vuelven más soberbios, hipócritas y reales que nunca
El ascenso al poder de Donald Trump ha hecho que los tejemanejes de Frank y Claire Underwood sean más creíbles que nunca. El matrimonio presidencial de ‘House of Cards’ regresa este miércoles a Movistar Series con el maratón de una quinta temporada que arranca vertiginosa y sin respiro.
María José Arias
Actualizado a
“No pienso ceder”. Tres palabras dichas por Frank Underwood (Kevin Spacey) en un momento clave del primer capítulo de la quinta temporada que es toda una declaración de intenciones. El matrimonio presidencial de House of Cards regresa este miércoles (desde las 9:25 horas en formato maratón en Movistar Series) con una nueva temporada que abre con dos episodios vertiginosos en los que no hay respiro. Plagados de referencias nada disimuladas a la actual situación política estadounidense, harán que quienes aguantaron los derroteros más de drama familiar por los que a veces se deja llevar la trama no se arrepientan de haber llegado hasta aquí.
El final en alto de la cuarta temporada dejó a Frank y Claire Underwood (Robin Wright) contra las cuerdas. En ese Estados Unidos paralelo en el que viven, gobiernan y manejan los hilos como si el resto del mundo fuesen marionetas bajo su dirección, alguien, al fin, parece haber dado con la forma de hacer caer el castillo de naipes en el que llevan instalados cuatro temporadas. Tom Hammerschmidt (Boris McGyver), veterano periodista del Herald y compañero de los malogrados Zoe Barnes (Kate Mara) y Lucas Goodwin (Sebatian Arcelus), sacó a relucir solo una pequeña parte de los oscuros tejemanejes del ahora presidente. ¿Su respuesta al artículo? Lanzar un ataque brutal contra un grupo terrorista, el ICO, como pantalla para tapar el escándalo del que todo el mundo debería estar hablando a solo unas semanas de las elecciones.
Así dejó la serie producida por David Fincher y creada por Beau Willimon –que por primera vez no está implicado en ella– a sus protagonistas. Y así los recupera. Como dos fieras heridas. Su respuesta inmediata es atacar a todo aquel que pueda hacerles caer. Le han cogido el gusto a la Casa Blanca, al poder, y no están dispuestos a irse así como así. Él, Frank Underwood, ya ha tocado techo en su carrera. Ha conseguido ser el presidente del mundo libre. Pero a ella, a Claire, aún le falta recorrido por completar. Su meta más inmediata: la vicepresidencia. Con el paso de los capítulos el personaje interpretado por Robin Wright ha ido ganando en peso y evolución y esta, la quinta, puede ser su temporada. Debe serlo. Sin duda, ya lo avisó antes de irse de ‘vacaciones’. Estaba harta de intentar ganarse el corazón de la gente y había llegado el momento de mostrar su verdadero yo, ese que el espectador, en realidad, lleva conociendo 52 fascículos.
En los dos primeros capítulos de la quinta temporada mostrados a la prensa por Movistar+ se puede ver cómo los Underwood han vuelto más soberbios, prepotentes y manipuladores que nunca. Pero también más asustados y, por ello, más peligrosos. Nunca habían estado en una situación tan complicada y la huida hacia delante parece ser su única escapatoria. No va a ser fácil. ni para ellos ni para quienes les rodean. La política del miedo instaurada a golpe de discursos encendidos, mentiras y manipulaciones informativas de la serie guardan similitudes más que evidentes con Trump, su campaña y su incipiente mandato. La actualidad ha hecho que los Underwood sean más reales y menos ficción que nunca.
Hasta dónde están dispuestos a llegar los Underwood está claro, la pregunta es hasta dónde está dispuestos a llegar sus enemigos para derrocarlos y hasta dónde está la ciudadanía estadounidense dispuesta a creerles. El terror es un poderoso elemento de control y en House of Cards se ha convertido en un protagonista más. Eso, unido al hecho de que la realidad haya superado a la ficción, convierten a la serie de Netflix en un poderoso caballo de reflejo y crítica de la situación actual. Antes era pura ficción, pero desde hace unos meses algunos hechos entonces poco creíbles ya no lo son tanto.
Con el arranque de esta quinta temporada, House of Cards ha recuperado la fuerza que ya demostró en la recta final de la anterior y que fue parte importante de sus señas de identidad en su estreno en el ya lejano 2013. Subida a lomos de la actualidad, esta ha dado cierto empuje a una serie que rompe continuamente con la cuarta pared como un juego de complicidad con el espectador. Fue arriesgado en su momento, pero ahora es parte del juego de mentiras y ambiciones de los Underwood.
Es parte de su narrativa, como lo es el mezclar el drama político con el familiar. En ocasiones, House of Cards se ve lastrada por los enrevesados vericuetos de la intimidad de los Underwood. Es cierto que son importantes para conocer a sus personajes a fondo, pero con ello se corre el riesgo de espantar al espectador más interesado por la trama política. En el arranque de esta tercera temporada esta ‘otra serie’ pasa a un segundo plano primando la más poderosa.
Los trece capítulos que componen la quinta temporada se podrán ver en formato maratón en Movistar Series este miércoles a partir de las 9:25 horas en dula y a lo largo del día pasarán a estar disponibles en su plataforma de VOD tanto en versión doblada como en original con subtítulos.
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