Este artículo se publicó hace 12 años.
'The French Kissers', una olla a presión de hormonas
Riad Sattouf debuta en el cine con una cinta inspirada en el submundo adolescente de sus cómics
Con gran acierto, se suele considerar la adolescencia como la edad ingrata. ¿Cómo designar, si no, el proceso que convierte el cuerpo púber en una olla a presión de hormonas, extremidades que se alargan a ritmos diferentes y una invasión de acné por todo el rostro? Ya hace años que al dibujante de cómics y director de cine Riad Sattouf (París, 1978) le interesa especialmente esa extraña mutación que conduce al niño hacia la mayoría de edad. Una metamorfosis que le interesa porque en ella se acaba fijando, puede que para siempre, la identidad del sujeto en cuestión.
Los adolescentes han protagonizado la práctica totalidad de la obra de este dibujante de cómics, a través de volúmenes como Mi circuncisión o La vida secreta de los jóvenes. Y ahora vuelven a estar en el centro de su debut en la dirección, The French Kissers, que llega el próximo viernes a la cartelera española tras más de dos años de espera. "Los adolescentes siempre me han parecido seres fascinantes, empezando por su extraño aspecto físico, que siempre me deja estupefacto", cuenta Sattouf a Público.
"El extraño aspecto físico de los adolescentes me deja estupefacto»"
Vuelven los perdedoresLa película no pretende resumir toda la adolescencia, sino sólo un par de casos particulares y no especialmente favorecedores: los de dos perdedores en la periferia deprimida de una ciudad de provincias francesa.
"No he hecho una película sobre la adolescencia, sino sobre dos adolescentes en particular. No aspiraba a ofrecer una visión global. Lo que he hecho casi se podría inscribir en el género fantástico. He descrito un mundo paralelo no muy alejado del nuestro, habitado por extrañas criaturas que hablan su propio lenguaje", opina el director.
"Nunca me he sentido ni sirio ni francés. No tenemos raíces, sino pies"
La psicoanalista francesa Françoise Dolto comparó la adolescencia con el periodo en que las langostas cambian de caparazón. Durante ese periodo de muda, aguardan a la intemperie, sin protección alguna, hasta que el nuevo empieza a aparecer.
En esa situación se encuentran Hervé y Camel, protagonistas de The French Kissers, pringados de instituto y practicantes activos de la masturbación en serie, haciendo tiempo hasta que llegue un primer encuentro sexual que, por mucho que lo nieguen, les aterroriza.
El título original los describe como Les beaux gosses ("los tíos buenos") con sarcasmo feroz. ¿O tal vez no tanto? "Nunca pretendí reírme de mis personajes. No sabía qué película quería hacer, pero sí sabía la que no quería hacer. Quería evitar los estereotipos de las comedias industriales", responde Sattouf.
De hecho, en la película de Riad Sattouf se observa una mayor ternura respecto a sus protagonistas que en sus grotescos y tronchantes cómics. El director de origen Sirio asegura que fue "el propio encuentro con los actores" lo que le impulsó a dotar de más humanidad a unos personajes que intentan adivinar en qué dirección hay que darle vueltas a la lengua.
En The French Kissers parece haber contado tanto con Judd Apatow como François Truffaut. "De hecho, cuando escribí el guión ni siquiera conocía a Apatow", apunta Sattouf, que también se dice "poco familiarizado" con el subgénero adolescente que institucionalizó John Hughes durante los ochenta. "Lo que sí es cierto es que adoro a Truffaut. Me encanta su sentido del humor, y eso que nunca rodó una comedia en sentido estricto. Lo que tienen sus películas es que están contadas con candidez, sin distancia irónica. Ese ha sido mi modelo", asegura.
Raíces y piesSattouf es el último dibujante de cómics francés que se pasa al cine. Antes lo hicieron Joann Sfar (Gainsbourg), con quien comparte estudio al este de París, y Marjane Satrapi (Persépolis, Pollo con ciruelas), igualmente surgida de las filas de la prestigiosa editorial L'Association y que interpreta un pequeño papel de dependienta de tienda de discos en The French Kissers. Sattouf lo considera "una simple coincidencia". "No pretendía cambiar de medio de expresión. Simplemente quería probar algo nuevo. No tengo intención de abandonar el cómic", promete. De cara al otoño, prepara dos nuevos volúmenes y una segunda película, que dice que no tendrá "nada que ver" con esta: "Transcurrirá en un país imaginario y será una comedia. O, por lo menos, eso espero".
De padre sirio y madre francesa, Riad Sattouf pasó parte de su infancia en Libia y en Damasco, antes de regresar a Francia a los 12 años, en la antesala de esa pubertad que sigue impregnando todo lo que toca.
¿Se pronunció su desarraigo adolescente por este trasplante geográfico constante? "No estoy seguro", esquiva Sattouf, que no ha regresado a Siria desde que se marchó, pese a "seguir de cerca" la actualidad política en el país. "La verdad es que estoy en paz con mis orígenes. Nunca me he sentido ni sirio ni francés. Me gusta mucho una frase de Salman Rushdie que resume lo que pienso: El hombre no tiene raíces, sino pies".
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