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Serie 'Todo lo otro' Abril Zamora: "Tenemos que quitarnos la presión de intentar encajar en un molde concreto"

HBO Max se estrena este martes en España con 'Todo lo otro' como una de sus apuestas locales, serie creada, dirigida e interpretada por Abril Zamora.

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Abril Zamora, en 'Todo lo otro'. — HBO MAX

madrid, Actualizado:

Esta no es la primera vez que Abril Zamora (Vis a Vis, El desorden que dejas) escribe y dirige, pero, como ella misma reconoce y aunque siempre se implique en todos los proyectos en los que participa, Todo lo otro, por varias razones, es "lo más personal que he escrito nunca". Sobre todo, cuenta, por la libertad de la que ha gozado durante el proceso creativo. Eso le ha permitido dar rienda suelta a una historia sobre las relaciones humanas con una protagonista trans en un momento amargo de su vida rodeada por un grupo de personas que, todo sea dicho, no están en una situación mucho mejor.

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Todo lo otro estrena sus dos primeros episodios este martes coincidiendo con el lanzamiento de HBO Max, plataforma que le da cobijo. Un movimiento para un estreno que, en palabras de la creadora, directora y protagonista del mismo, "es una declaración de intenciones ante un camino que para mí es el correcto: el de la integración y la visibilidad". Porque Dafne, protagonista de esta serie "tan de autora, tan personal" compuesta de ocho capítulos de media hora de duración, se aleja "de los estereotipos y los clichés que hemos visto anteriormente en la ficción".

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En ese relato encabezado por una mujer a la que acaba de dejar su novio, está enamorada de su mejor amigo y odia su trabajo en una tienda de ropa están implicados los actores Juan Blanco, David Matarín, Nuria Herrero, Andrea Guasch, María Maroto, Bea de la Cruz, Marta Belenguer, Pepe Lorente y Raúl Mérida. Y cuenta además con las apariciones de Jon Arias, Miguel Bernardeau y Alberto Casado. Este último es el encargado de poner voz a la serie dándole un toque de comedia por momentos que rebaja el drama y la intensidad de unos personajes atrapados en sus vidas.

Sobre esta decisión, Abril Zamora señala que se debe a que cree que "todo el mundo tiene esa voz interna que te dice 'mal, mal'". Así que consideró que, "como los personajes manipulan un poco lo que proyectan frente a los demás, era interesante tener una voz que estuviera por encima para que dijera lo que está pasando en realidad o que tan solo opinara como un espectador". La elección de Alberto Casado, fácilmente reconocible pese a no vérsele para quienes sigan Pantomima Full, se debió a que "quería que fuera no un locutor con una voz colocada en off, sino como un espectador más o una persona de Madrid cualquiera".

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El recurso de la voz en off, del que se abusa en ocasiones en las series, tiene una función muy clara en Todo lo otro. No se planteó como "alivio", pero contribuye a lo que buscaba su creadora: "Hacer una serie de relaciones personales, con un tono particular, con un tempo, que eso es algo que he visto en las series de fuera y que me encanta, pero que a veces aquí parece que nos da un poco de miedo. Tener una voz en off le da un poco de cuento, que no sea una serie naturalista de conversaciones, sino que de pronto tenga un peldaño más allá. Y creo que enriquece muchísimo y él lo hace estupendamente bien. Estoy muy contenta con su trabajo".

Además, por otro lado, funciona como un recurso ajeno a unos protagonistas complicados. "Nunca intenté que los personajes cayeran bien, no me importa que sean un poco indignos o que moralmente hagan cosas que se supone que no están bien. Al revés, creo que oscurecerles y que tengan aristas hacia lo negativo hace que sea fácil empatizar con ellos. Entonces, la voz en off también ayuda a digerir algunas de las cosas de los personajes o que la protagonista tenga una actitud pesimista y casi victimista en algunos momentos. El personaje se ríe un poco de ella misma, pero la voz se ríe mucho más desde un lugar casi destructivo y eso, aunque suene cruel, es divertido".

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Momento de 'Todo lo otro'. — HBO Max

En modo crisis vital

Dafne y la mayoría de quienes la rodean están en modo crisis. Concretamente la de los treinta y que afecta a todo aquel que, superando esa edad y con los cuarenta asomando a la vuelta de la esquina, empieza a agobiarse porque no ha cumplido ni conseguido todo lo que se supone que debía. Una situación que, en muchos casos, llega sobrevenida por la presión social. "Mucha gente me pregunta, pero ¿hablas de la crisis de los treinta, de los cuarenta? Y yo les digo: 'Cari, yo llevo en crisis desde los 14'. Hay momentos en los que me levanto feliz y hay momentos en los que me levanto insegura pensando que todo es una mierda. Creo que se nos ha vendido que teníamos que ser de un modo determinado comparado con nuestros padres y nuestros abuelos, pero la sociedad ha evolucionado hacia otro lugar y nuestros padres ya no son el espejo en el que mirarse (…) Creo que tenemos que quitarnos la presión de intentar encajar en un molde concreto. Creo que lo bonito de esta generación es que intentamos ser nosotros mismos al 100%".

Viendo Todo lo otro es inevitable pensar qué hay de autobiográfico en el guion. Abril Zamora reconoce que más de lo que le gustaría. Cuando se pone a escribir nunca piensa en hablar de ella misma y, sin embargo, después, al ver las secuencias y la planificación se da cuenta de que "estaba hablando de algo muy personal para mí". Pese a ello, un aviso al espectador, que se trate de una historia muy personal "no quiere decir que la trama tenga mucho que ver, pero la situación de la protagonista es algo por lo que he transitado anteriormente y las vivencias de otros de los personajes son cosas que también son muy mías. No podría decirte este momento y este momento son cosas que me han pasado, pero hay mucho dentro de la historia que es muy mío de verdad. Eso da un poquito de vértigo y de miedo porque te sientes muy expuesta, pero al fin y al cabo el espectador nunca sabrá lo que es mío dentro del personaje, así que me quedo más tranquila".

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La responsabilidad y el "vértigo" de ser un "referente"

Directora, guionista y actriz, Abril Zamora es un muy conocida por su trabajo y, para muchos, un referente para todo un colectivo. "Es una palabra que a mí me da un poco de pánico, pero porque soy muy insegura y no me gusta estar pendiente de lo que estoy proyectando frente a los demás. Entonces, me da miedo. Por otro lado, creo que es muy guay que se vea a personas como yo que están trabajando. Quiero decir, porque para la serie no es relevante que la protagonista sea trans, pero sí que es relevante que la directora y la creadora lo sea. Sobre todo porque imagínate que hay niñas trans en su casa que nunca han visto a una persona como yo trabajando en lo que yo trabajo y puede ser hasta liberador para ellas. Para niños trans, también".

Momento de 'Todo lo otro'. — HBO Max

En aras de esa visibilidad a la que ella misma contribuye, considera que es importante "abrazar la responsabilidad que conlleva el hecho de que soy un personaje público. Muchas veces digo. 'No voy a ir a este evento, porque me da pereza'. Y luego digo: 'Cari, tienes que ir porque es guay que estés en los lugares, que se te vea, y no para hablar de transexualidad precisamente'. Porque, aunque me encanta hablar de ello, ver a una persona como yo hablando tan solo de trabajo es maravilloso. Y creo que es guay ser un referente en este aspecto aunque realmente da miedo y da vértigo".

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Como comenta su creadora, en Todo lo otro no es capital que la protagonista sea trans. Sin embargo, su realidad es la que es y eso permite abordar ciertos temas y poner a una parte de la sociedad ante un espejo. Pasa en una escena en el tercer episodio que tiene un valor especial, un gran peso en la construcción de la identidad de la propia serie y un planteamiento que trata de ser honesto. "Para mí", explica, "era muy importante esa secuencia porque la serie no va sobre transexualidad, se menciona muy poco el tema, pero tampoco quería mirar hacia otro lado y quería enseñar una realidad. Yo personalmente no he tenido el conflicto que ella tiene en esa secuencia, pero sé que hay muchas chicas que pasan por eso donde de pronto te gusta alguien y tú le gustas pero hay un prejuicio muy grande por el hecho de ser trans y decide poner punto y final".

Eso es lo que se cuenta en esa escena. Aunque quizá lo más importante es el cómo. No hay juicios de valor, sino exposición. "Siempre lo traté desde un lugar desde el que, aunque sea duro, puedas empatizar también desde el lado de él porque hay algo educacional en nuestra cabeza que nos frena o nos paraliza frente a lo que es diferente. Yo podría haberme posicionado como directora, como creadora, del lado de la protagonista. Pero creo que era interesante mostrar esa realidad para que la gente pueda decidir por ella misma. Desde mi punto de vista, yo sé lo que me parece bien y lo que me parece mal, pero es cierto que el personaje de él está muy en el prejuicio y censura lo que le está pasando solo por algo que él tiene en la cabeza y eso, lamentablemente, es muy real", resume Abril Zamora.

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Todo lo otro es, dice su creadora, una serie con un final cerrado. Aún así, por si hay opción a una segunda temporada, ya está trabajando en cómo continuar la historia. Por eso y porque la ha querido "contar como un momento de la vida y la vida no tiene un final, ni tiene un inicio. Es una historia que se puede continuar perfectamente y yo ya estoy trabajando en ello porque soy una persona muy pesada, que me encanta desarrollar a los personajes, que me lo he pasado muy bien. Para mí las puertas están abiertas a poder desarrollarla".

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