Este artículo se publicó hace 11 años.
El sangriento ajuste de cuentas del 'señor naranja' a Rodrigo Rato
Eurozone sitúa a los líderes europeos en la trama de Reservoir Dogs, donde los diferentes intereses en la crisis de la deuda provocan un gran río de sangre
España es el señor naranja, claro. Maltrecho y desangrado agoniza en el asiento de atrás del coche mientras el señor blanco, Sarkozy, conduce. La bala ha alcanzado justo la zona de la crisis bancaria y el paro se propaga por el resto de órganos amenazando con una parálisis económica de caballo. Dada la situación, la intervención parece inevitable, pero nadie parece dispuesto a mancharse. El paciente pierde mucho capital financiero y las constantes cada vez son más inestables. Sólo un rescate del Banco Central Europeo podría salvar al enfermo. Entre tanto, Rodrigo Rato amordazado y Merkel víctima de un pistolero sin licencia para armas en un gran casino europeo. Unos por otros, la sangre sin barrer.
La compañía de teatro gallega Chévere, con 25 años de trayectoria sobre las tablas, trata de explicar con Eurozone la crisis de la zona euro, los intereses sobre los que se asentó la construcción de Europa y las actuaciones de una clase política alejada de todo lo que no sea su propio beneficio. una obra que se representará en la sala Francisco Nieva del Teatro Valle Inclán de Madrid hasta el 24 de noviembre.
El hilo conductor en el que se empasta tal declaración de intenciones es Reservoir Dogs, la sangrienta película de Quentin Tarantino en la que unos criminales a sueldo cometerán un crimen que se vuelve en su propia contra. La obra teatral apuesta por el humor como envase para trasladar una crítica a una situación tan aparentemente compleja como perversa y que resume la situación política de un continente cada vez más divido.
La ambiciosa producción de la compañía muestra una escenografía sugerente marcada por dos evocadoras escaleras mecánicas. Un montaje escenográfico que ha sido fruto de un concurso de ideas para estudiantes y arquitectos llevado a cabo en colaboración con el Colexio de Arquitectos de Galicia, al que se presentaron 32 proyectos procedentes de todas las comunidades autónomas españolas y de Portugal.
Con ellas juegan los ocho actores y actrices que forman parte de la obra, en la que tendrán que lidiar con golpes, disparos, imitaciones, doblajes y sobre todo divertidos diálogos que agitan al espectador por su mensaje e intensidad.
Tal y como cuentan los propios creadores de la obra, "Eurozone se ha alimentado de nuestra perplejidad como ciudadanos, de nuestra impotencia, de nuestro coraje y de la necesidad de desahogar la ira acumulada con todo el humor disponible". Una ira en forma de un único disparo a los hombres de negro de Reservoir Dogs, a Merkel y el resto de líderes políticos.
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