Cómo queremos vernos a través del espejo
Fontcuberta recopila en un libro un nuevo género fotográfico, "los reflectogramas"
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Se identifican al primer vistazo, y todos hemos mirado (y hecho) cientos: imágenes realizadas enfrente de un espejo por los propios fotografiados y en las que aparece la cámara. Voilà. El artista y estudioso de imágenes Joan Fontcuberta, Premio Nacional de Fotografía, los llama "reflectogramas" y lleva años constatando el crecimiento de ellos en ese gran "vertedero" que es internet.
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Con la paciencia del archivero, Fontcuberta ha ido guardando ejemplos de estos autorretratos contemporáneos que cuelgan de páginas web de acceso público. Hasta que se unió al editor Joaquín Gallego para reunir un pellizco de ese ingente material en A través del espejo, un apasionante libro que manifiesta el nacimiento "de un nuevo género", que trasluce, según el autor, "una antropología contemporánea donde vemos cómo la gente quiere verse y cómo quiere darse a ver".
"Es un termómetro para tomar la temperatura de la sociedad"
El asunto tiene metros y metros de tela de donde cortar. Internet, por supuesto, está en el origen. "No nos hemos dado cuenta todavía de la escala del seismo que está produciendo", admite. "Este libro es un termómetro para tomar la temperatura de la sociedad. Para entender nuestras ilusiones y anhelos", apunta el autor, para quien, aunque expresada de manera más directa, la cosa no ha cambiado tanto: "Lo que queremos es que nos quieran y nos acepten", reflexiona. Todo a través del espejo, de la búsqueda incesante de nuevos lugares donde se produce el reflejo. "No hay un elemento de tal naturaleza simbólica para la construcción del yo como el espejo", apunta.
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Pero la construcción de ese yo se articula hoy con un nuevo vocabulario, que tiene también sus derivaciones estéticas. "Son cámaras de tecnología modesta, que generan unos resultados con determinados errores. Y todo ese repertorio va configurando una nueva retórica expresiva. Esta foto descuidada pasa a ser asumida por la fotografía de moda o de publicidad", explica.
"Ahora cada uno puede gestionar la imagen que quiere dar al mundo"
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Portátiles y siempre a mano, las nuevas cámaras son animales voraces. "Hoy se fotografía todo, ya no sólo los momentos que son importantes para una historia familiar", dice. "La foto como acto solemne desaparece, también el autor profesional, es parte del proceso histórico de secularización de los que confeccionan las imágenes. Ahora cada uno puede gestionar la imagen que quiere dar al mundo", explica.
Ahora bien, al ojear A través del espejo, se identifican patrones, entre los que la imagen sexual tiene un peso apabullante. "Internet favorece la superación de ciertos tabús", asume.
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El asunto es político en una doble vertiente. La ruptura entre lo privado y lo público es uno de las grandes revoluciones que viene agitando la red. "Para mí ese gesto de romper la barrera entre lo íntimo y lo público tiene que ver con el gesto revolucionario de romper los escaparates de las tiendas, de romper barreras".
También por el lado de los derechos de imagen y de autor. "El libro viene a ser una propuesta para replantear los límites de esos derechos", mantiene Fontcuberta, que se parapeta en el hecho de que las fotos han sido extraídas de webs de acceso público. "Ya son accesibles, el libro lo que hace es visualizarlas".
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Para el autor, el gesto del libro tiene una naturaleza duchampiana. "Los artistas están empezando a ser más prescriptores que ejecutores. Mi planteamiento no es que hagamos mas imágenes, sino dar sentido nuevo a las que existen".
Por lo pronto, este acercamiento a los "reflectogramas" quiere continuar. "Este es un primer volumen", admite. Es un trabajo interminable. Como un enorme juego de espejos.