'Público' ofrece en exclusiva un fragmento de 'Broker', de Hirozaku Kore-eda

Cartel de la película 'Broker', del cineasta japonés Hirozaku Kore-eda. — CEDIDA

El cineasta japonés Hirozaku Kore-eda insiste una vez más en la idea de que no siempre las familias de sangre son las mejores familias. Preocupado desde el cine por la infancia y por el modo en que este mundo trata a los niños, ahora cuenta una historia de bebés abandonados en Broker, segunda película que rueda fuera de su país.

Es una road movie, un drama aliviado con toques de comedia, e inspirado en el fenómeno de las baby boxes implantadas en Corea del Sur hace diez años. Éstas son cajas donde se dejan a los niños no deseados y están colocadas en las fachadas de iglesias y otras instituciones que se ocupan de los bebés.

En la película, una mujer deja a su bebé en una de estas cajas, donde lo recogen dos hombres que en realidad se dedican a vender niños. Pero la joven regresa arrepentida y los descubre. Se une a ellos para asegurarse de que su hijo quedará en manos de unos buenos padres. A través de estos personajes, Koreeda cuenta muchas cosas, lo hace de corazón, con brillantez, inteligencia y una profunda sensibilidad. Hay en Broker niños abandonados, sentimiento de orfandad, investigación policial, amistad, amor, peligro… todo contado dese el corazón.

La película le valió al gran intérprete coreano Song Kang-ho, muy conocido por Parásitos y por Memories of Murder, el Premio al mejor Actor en el Festival de Cannes, y posteriormente se mostró en la sección Perlak del Festival de San Sebastián.