Este artículo se publicó hace 14 años.
Del "no pasarán" al "hemos pasao"
En Antes de decirte adiós, Guillermo Galván retrata el final del asedio a Madrid
"Madrid fue la ciudad más castigada de la Guerra Civil española. Estuvo asediada y sufrió un cañoneo constante". El periodista y escritor madrileño Guillermo Galván tiene claro que Madrid debería estar en los libros de Historia a la misma altura que otras ciudades que sufrieron encarnizados hostigamientos como Stalingrado. "Aquella resistencia fue uno de los momentos más épicos que ha vivido este país, y el espíritu de rebeldía y resistencia de los madrileños no se ha dado en muchos lugares", apostilla.
Este espíritu del "no pasarán" de Dolores Ibárruri es el que ha narrado en su más reciente novela Antes de decirte adiós (Suma de Letras). En ella se relatan los cuatro días previos a la entrada de las tropas franquistas. A través de cuatro soldados republicanos que deben rescatar un cadáver para enterrarlo en zona libre, el lector transita por calles y barrios tan castizos y destrozados como Lavapiés, el paseo de Extremadura, la calle de Segovia o Atocha. "He partido de los recuerdos de mi padre, que vivió en esa zona", explica el autor, quien también se ha esforzado por plasmar en la novela el lenguaje de la época.
¿Queda algo de aquel Madrid resistente? Para el escritor, es evidente que en la ciudad se ha instalado, desde hace ya años, un clima acomodaticio, "aunque eso le ha ocurrido también a otras ciudades", añade.
Además, también reconoce que en este proceso de pérdida de rebeldía "influyó mucho su pasado franquista, que nunca intentó fomentar la idea del Madrid resistente. De hecho, del "no pasarán crearon el pasadoble Hemos pasao, hemos pasao.
La represión del vencedorLa novela de Galván tiene una segunda parte que comienza en 1961. A partir de ese momento, se desarrolla una trama de intriga en la que un policía de la Brigada de Extranjería de Madrid empieza a toparse con lo que significó para muchos vencidos la victoria de Franco. "Tras la guerra, la represión que sufrió la ciudad fue aún más dura. Los años cuarenta son una etapa muy oscura", señala el escritor. De ahí que sostenga que no es defendible el discurso que equipara el dolor de los dos bandos. "Está claro que durante la guerra se sufrió en ambas partes, pero lo que no se puede defender es que después la gente fuera fusilada sin juicio previo o que desapareciera tantísima gente. Quien padeció fue el bando vencido".
Galván cree que todavía no se ha contado todo de la guerra. Que hay muchas pequeñas historias de héroes anónimos. "La Guerra Civil es todavía un filón", remacha.
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