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Paco Cabezas: "La clave era no hacer de 'Penny Dreadful' un pastiche"

Nadie imaginaba un final así

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Un instante de la primera temporada de 'Penny Dreadful'

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MADRID.- El fin, que no cancelación, era algo que sobrevolaba internamente a Penny Dreadful mientras rodaban la tercera temporada. Era algo que se rumoreaba dentro del equipo. Lo cuenta el propio Paco Cabezas, director de cuatro de los nueve episodios que han compuesto la tercera y última temporada de Penny Dreadful y que puede presumir de haber sido “el hombre que ha matado a Vanessa Ives”, aunque aclara que comparte el hito seriéfilo con otros dos, el creador y el personaje que le da el tiro de gracia. La ficción de John Logan dice adiós en lo más alto, dándole el final que quería su creador y que merecía su personaje principal, Vanessa Ives, interpretada por una Eva Green cuya actuación clama a gritos por un premio, llámese Emmy o Globo de Oro. Quizá este sea su año.

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La llegada del director de Carne de neón a la serie de Showtime tiene su propia historia. Nada tiene que ver el hecho de que otro español, Juan Antonio Bayona, fuese el encargado de ponerla en marcha hace dos años. Sus caminos han ido en paralelo. La idea era que el sevillano dirigiese algún episodio de la segunda temporada, pero no pudo ser. En esos momentos se encontraba inmerso en su película Mr. Right –que puede verse en Netflix–y no pudieron cuadrar la agenda. Hubo que esperar a la tercera y Cabezas se alegra. Le ha tocado la mejor de las tres. Y además, en lugar de dos, como iba a ser originalmente, le dieron cuatro, incluido el último, el que todos recordarán.

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Cabezas: "Uno tiene la sensación de que en la primera temporada la serie está intentando encontrándose a sí misma en cuanto al tono"

“Uno tiene la sensación de que en la primera temporada la serie está intentando encontrándose a sí misma en cuanto al tono. La segunda es una temporada como más tranquila y más reflexiva con respecto al personaje de Vanessa y la criatura. Y es en la tercera donde explota”. Y así es, es como si en esta nueva tanda de episodios, la última, hubieran decido echar el resto. Es todo más excesivo, más bizarro, más emocional, más pasional, más violento, más oscuro, más Penny Dreadful. también va más en la línea del director de la primera gala de los Premios Feroz.

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Nadie imaginaba un final así

Para despistar, y con el sentido del humor que le caracteriza, habló de que iba a ser como una Boda Roja –en referencia al capítulo de Juego de Tronos en el que no sobrevivía ni el apuntador–. Lo que nadie era capaz de imaginar era que no se trataba tanto de la cantidad de muertes como de quién moría. Y ahí estaba la gran sorpresa que se guardaba Logan en la manga. El final de Vanessa Ives, su querida y la de todos Vanessa. “Lo gracioso es que la gente, viendo comentarios en Twitter anteriores a la emisión y viendo un poco lo que los fans comentaban, decían ‘puede morir Malcolm’ o ‘puede morir Dorian’… Nadie se atrevía a decir que Vanessa Ives podía morir y cuando ha ocurrido (risas)… Me río pero no debería reírme, hay una parte malvada y sádica mía que es como poder decir que soy el hombre que mató a Vanessa Ives, por decirlo de alguna manera. Probablemente seríamos tres los hombres que hemos matado a Vanessa Ives, John Logan, Ethan Chandler y yo. Es un poco horrible (más risas)”.

John Logan se mantiene fiel a la esencia de los personajes literarios alejándose de la imagen dada por el cine y las series con anterioridad

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Las criaturas, John (Rory Kinnear) y Lily (Billie Piper), como seres obligados a volver a la vida por un padre cruel contra el que claman venganza con el dolor de una vida pasada que recuerdan. Ese hombre lobo, Ethan Chandler (Josh Harnett), con dos padres que encuentra en Sir Malcolm (Timothy Dalton) al progenitor que siempre quiso. Ese Frankenstein (Harry Treadaway) desquiciado, que juega a ser Dios y que acaba encontrando la redención en un acto de amor verdadero hacia una de sus criaturas. Ese Dorian (Reeve Carney) que ha visto siglos y siglos de lujo y miseria y no deja de estar siempre solo pese a tanta belleza y opulencia como se mueven a su alrededor.

Un adiós cargado de simbolismo

El último episodio no solo ha sido de los mejores, sino que ha sido rodado con especial mimo, con el cuidado de ese padre que mima a sus hijos y les acompaña de la mano hasta el final del camino. Se nota en cada escena, en cada plano, en cada detalle. Todo está cargado de simbolismo. “Es lo más complicado que he rodado en mi vida. Creo que más allá de la acción y de colgar cadáveres en ganchos que eso se me da bien y me divierte, la escena final entre Eva y Josh fue quizá la más compleja. No tanto por la complejidad técnica como por la complejidad emocional, porque sabías que estabas cerrando la serie y que estabas terminando una era. Queríamos dar a los fans lo que esperaban de la serie”. Eva Green siempre confió en el director español para ese final y no se equivocaba.

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Sobre la escena final: “Está todo muy cuidado, la idea del espacio blanco, el espacio vacío, la idea de las velas que es como una ceremonia y que puede parecer una boda o un funeral"

“Está todo muy cuidado, la idea del espacio blanco, el espacio vacío, la idea de las velas que es como una ceremonia y que puede parecer una boda o un funeral, la idea de que la cámara se eleva como el alma de ella que se eleva y se aleja. Contando la historia de la manera más visual posible, casi operística. Penny Dreadful siempre tiene ese tono de ópera, como de Aída. Intentar crear un final a la altura de las expectativas”. Esa escena de la que habla Cabezas es la última de Miss Ives, pero no la última de la serie. Porque hasta en dar un tiempo de luto y asimilación a los fans han pensado. Después del shock hay más, quince minutos en los que digerir la tragedia y ver qué ocurre con el resto de personajes. Hasta llegar a la imagen final, esa en la que la primera criatura de Frankenstein, John Clare, que comparte un pasado con Vanessa, ante su tumba se despide de ella y de todos. “Me parece una imagen muy bonita para terminar y cerrar el círculo”.

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