La nostalgia mantiene a flote la compraventa de música en soportes físicos como el disco de vinilo
El placer de atesorar álbumes musicales, la nostalgia del sonido único del vinilo y el encanto de escuchar música de forma más pausada han sido claves en el resurgir de la música en formatos como el CD o el vinilo que parecían extinguidos.
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MADRID, Actualizado:
A pesar de las predicciones catastrofistas que vaticinaban, cuando comenzaron a triunfar las plataformas de reproducción musical por internet, que el vinilo, el casete y el CD iban a perecer, hoy parece que el formato físico sigue resistiendo en un medio indudablemente hostil como es la sociedad digital. Es la historia de un pequeño David contra el Goliat de las grandes plataformas como Spotify y YouTube.
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Tanto quienes añoran los tiempos en que uno pasaba horas interminables escuchando los discos de Supertramp, The Doors o Guns' n Roses como las nuevas generaciones, fascinadas ante el sonido y la estética tan distintivas del vinilo, están asegurando hoy la supervivencia de los formatos tradicionales, así como de los comercios dedicados a su compraventa.
Existe algo intangible, que nadie sabe definir exactamente, que dota a los soportes de reproducción musical de un aura insustituible y una energía única para los melómanos.
'Glory days': el placer de escuchar
Los nostálgicos del formato físico, aquellos que crecieron escuchando a sus grupos favoritos en los años 80 a través de cintas de casete en el coche o en el loro o con un tocata en casa, hoy lo hacen en una suerte de ritual que va más allá de simplemente consumir música.
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Se trata del placer de escuchar -que no oír- con atención y tranquilidad, disfrutar del sonido característico de ciertos cantantes o grupos e invertir tiempo de calidad en saborear sus canciones, sus libretos, sus carátulas. Tanto el vinilo como el CD permiten convertir el tiempo destinado a la música en un momento casi litúrgico y de culto para muchos.
Así lo concibe Alberto Vizcaíno, compositor y cantante que lanzó el año pasado su último disco Pequeños fracasos, grandes alegrías Vol. 1 tanto en plataformas digitales como en vinilo en una edición limitada. "A los buenos aficionados de la música nos gusta el físico, hay una pequeña liturgia en el acto de poner un disco que se pierde sin ese formato", explica el artista mallorquín, aunque admite que las ventas de discos son insuficientes frente a las ventas digitales.
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Según el último informe de Productores de Música en España (Promusicae), Mercado de la música grabada en España en el primer trimestre 2023, el 87% de la música en nuestro país se vende en formato digital mientras que las copias en formatos físicos constituyen tan solo el 25% del mercado, siendo el vinilo el medio de almacenamiento privilegiado: más de la mitad de la música en formato físico se compra en vinilo, frente a otros como el compact disc o el vídeo.
'Romantic Warriors': el romanticismo del disco físico
Paloma es dependienta en Discos La Metralleta, una mítica tienda de compraventa de vinilos, casetes y discos compactos en el corazón de Madrid. En plena movida madrileña comenzaron vendiendo en el Rastro los fines de semana y hoy es uno de los lugares de referencia en el sector para los enamorados de los formatos físicos de música. Paloma explica que la mayoría de sus clientes "quieren tener algo físico porque internet para eso es algo frío e impersonal y si te gusta realmente un grupo, te apetece poder tocar los CD, tenerlos, leer las inserts de los discos...".
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Quienes llevan toda la vida comprando o vendiendo este formato coinciden en que hay géneros que se prestan más que otros a venderse en formato físico. "Otro factor que influye es el romanticismo de pinchar los discos, ya que el sonido no es igual que la música que se escucha, por ejemplo, en YouTube", asegura.
El jazz y el rock parecen ser los géneros por excelencia del vinilo, pero también hay otros estilos. "La música underground, el punk y el indie son géneros muy habituales, ya que suele tratarse de música de culto", recalca Samuel, vendedor de CD y vinilos en Escridiscos. A este otro histórico comercio de compraventa de la capital acudían los artistas de La Movida para adquirir novedades fundamentalmente de rock'n Roll y power pop, sus especialidades.
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Tanto ha llegado a calar (de nuevo) esta fiebre del disco entre los aficionados que grandes superficies como Fnac y El Corte Inglés, que ya hace décadas dejaron de disponer de secciones dedicadas a formatos que se consideraban obsoletos, ahora vuelven a llenar sus estanterías de vinilos. Incluso los grandes artistas actuales como Ed Sheeran, Adele, Lana del Rey o Taylor Swift, concentrados en las plataformas digitales, ahora vuelven a editar (y reeditar) sus obras en formatos físicos como el vinilo. De este modo, se ha incrementado a niveles desorbitados el consumo de este formato incluso entre público joven.
'Let's get physical': el formato físico, al alcance de pocos
Toda esta fiebre del disco físico, que las grandes compañías han sabido aprovechar rápidamente reeditando álbumes clásicos, está teniendo un impacto negativo en las tiendas tradicionales de compraventa de música, centradas en la segunda mano. La demanda ha aumentado, la oferta es reducida y los precios han subido como la espuma. En cierto modo, el vinilo se ha convertido "en un objeto para gente con poder económico", que está al alcance sólo de unos pocos afortunados.
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Así lo afirma Andrés Noarbe, fundador y actual propietario de Rotor Discos, un comercio especializado en la venta de discos por correo que actualmente dispone de un catálogo de más de 2.000 referencias. "El vinilo no ha desaparecido, pero ha quedado dentro de un nicho de personas muy fan de cierto tipo de música y formatos y, sobre todo, con dinero", asegura Noarbe, quien también fue miembro fundador de la mítica banda española de música electrónica Aviador Dro.
La escucha en soporte físico se ha convertido, con el paso de los años, no solo en una cuestión de culto sino también de clase, sobre todo entre las generaciones más jóvenes. Algunos profesionales del sector musical sostienen la existencia de ciertos perfiles que se sienten atraídos al soporte físico por la cultura hipster y la moda de lo vintage, que glorifica la estética propia de los años 80. Así, compran vinilos únicamente por una cuestión de apariencia, el postureo.
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Gente que compra vinilos para luego "colgarlos en una pared y no escucharlos nunca". Así lo explica José, vendedor en Killer's Discos, quien afirma que determinadas personas con dinero simplemente compran ahora vinilos para presumir y darse un aire "retromoderno". Sin embargo, otros muchos consumidores que han aumentado significativamente en los últimos años, realmente aprecian "la personalidad que le da un disco a la música, a diferencia del streaming, y también la posesión del mismo".
En este sentido, la materialidad del CD, el vinilo y el casete, y la posibilidad de atesorar álbumes de grupos míticos como si se tratara de talismanes, actúan como alicientes para los consumidores más devotos de la música. "Adquiere formato físico normalmente aquel que valora el consumo de cultura desde un punto de vista material o físico, al que le gusta tocar lo que está escuchando y quien valora a artistas concretos, los cuales a veces forman parte de su identidad", argumenta Diego, un estudiante de 24 años y amante incondicional de la música en formatos físicos.
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En su caso, la elección de escuchar música por medio de CD o, por el contrario, a través de plataformas digitales, fundamentalmente depende del lugar en el que se encuentre. "En el coche o en mi habitación escucho CD, mientras que en la ducha o justo antes de dormir prefiero optar por hacerlo a través de internet".
Culture Club: otras expresiones culturales
Influido por su entorno familiar, Diego ya escuchaba desde bien pequeño grupos que nacieron varios años antes que él, en la época del vinilo. Al igual que este fan del hard rock y el trash metal, son muchos los jóvenes que han descubierto ahora a grandes iconos de la música a través de otras expresiones culturales como musicales o biopics. Estos formatos han supuesto una forma de acceso para que muchos jóvenes descubran grupos o cantantes que ahora, sencillamente, no figuran en las listas de streaming ni en la radio-fórmula.
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Es el caso, explica el dependiente de Killer's Discos, de quienes vienen a comprar CD y vinilos de Freddy Mercury, Bob Marley o Mecano simplemente porque han visto una película o documental sobre ellos o han ido a ver el musical de Tina Turner o ABBA en las salas de teatro.
Según muestra el último Informe de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), los motivos que empujan a consumir música en formatos físicos en España son muy parecidos a los que se dan en otras partes del mundo.
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El informe revela que el 24% de los encuestados adquiere vinilos porque le gusta coleccionarlos, algo similar a la razón de identidad y culto esbozada anteriormente. Además, un 22% aprecia poseer "físicamente" su propia música, mientras que un 18% afirma disfrutar del "ritual de escuchar canciones en un reproductor de vinilo". Finalmente, el 19% restante simplemente le gusta tenerlos por placer estético, lo que podría vincularse a razones de moda o apariencia.
'Comfortably Numb': música para los que no se resignan
El futuro de la música en soportes físicos ha estado en constante cuestionamiento ante la vorágine de avances tecnológicos. Desde la llegada de internet, la piratería y las descargas, hasta las plataformas de streaming, las redes sociales y ahora la Inteligencia Artificial.
Hoy en día son decenas los canales que nos permiten tener en cuestión de segundos toda la música que queramos a nuestro alcance, sin movernos del sofá. Desde aquel vaticinio en el que el vídeo iba a matar a la estrella de la radio, una vez más parece que los soportes físicos musicales pueden estar condenados a la extinción para las nuevas generaciones.
Frente a la tragedia que supuso la pandemia de la covid en 2020 y 2021 y de que el confinamiento se llevara por delante cientos de negocios, muchos de ellos tiendas de música, el hecho de estar encerrados en casa provocó que muchas personas volvieran a revisar sus estanterías y desempolvaran sus viejos discos, recuperando ese hábito tan casero de escuchar música tumbado en el sillón o la cama.
Aunque estos pequeños cambios en los hábitos actuales del consumo musical hayan servido para que estemos viviendo este reboot del soporte físico musical en general y del vinilo en particular, parece que el disco tiene la batalla perdida frente a la música en la nube. Los nuevos consumidores simplemente aceptan de forma masiva el uso de música digital en cualquier plataforma, y rechazan el soporte físico. Pasa en la música, pero también en las películas y los videojuegos. Y se nota también en los libros y los cómics.
Sin embargo, como cualquier tiempo pasado siempre pudo ser mejor, la nostalgia mantiene a muchos aferrados a los formatos antiguos. Esa mezcla de añoranza de los años vividos, de las experiencias pasadas, de que la música de antes es mejor que la de ahora, ese je ne sais quoi parece que mantendrá al soporte físico vivo eternamente.
"No regresaremos nunca al volumen de venta anterior a las plataformas digitales", lamenta Vizcaíno, quien, con 20 años de carrera musical a sus espaldas, cree que la industria del disco ha estado prácticamente acabada a pesar de haber resurgido en los últimos años, por lo que su futuro sigue siendo incierto. "No sabemos qué nuevas tecnologías nos traerá el tiempo".
Ambiente musical
Este reportaje ha sido elaborado bajo el influjo del repertorio musical que compartimos a junto al texto de este artículo, para el disfrute de nuestros lectores y nuestras lectoras.