Este artículo se publicó hace 17 años.
Las "sinceras y humildes disculpas" de Melendi
El cantante se arrepiente de su actitud a bordo del avión Madrid-México pero comparte su culpa con los empleados que "entraron al trapo"
El cantante asturiano Ramón Melendi ha hecho público un comunicado en el que pide perdón por su comportamiento, que provocó que un avión que cubría el trayecto Madrid-México tuviera que dar la vuelta. Una medida que considera "excesiva".
El comunicado pretende poner fin a las noticias publicadas en los medios, según él "poco fieles a la realidad de lo sucedido".
La culpa de todo la habría tenido el miedo a volar del cantante. Por este motivo, decidió tomarse "un par de copas antes de embarcar". El miedo a un ataque de ansiedad le llevó a solicitar más bebidas a bordo, un "derecho que, creo, me otorga el billete de avión adquirido".
"Entrar al trapo"
Cuando la tripulación se negó a proporcionarle más alcohol, se desató una discusión en la que Melendi acusa a un empleado de la aerolínea de "entrar al trapo".
Tras la disputa, cuando todo se había calmado, el comandante del avión decidió dar la vuelta "sin que hubiera en ese momento ninguna situación de riesgo", siempre según el comunicado.
Con posterioridad, la tripulación se habría encargado de comunicar al pasaje de que el avión daba la vuelta "por culpa" del cantante, información que éste considera injusta y exagerada.
Tras esta sutil arremetida contra los empleados de las líneas aéreas, Melendi reitera su "sincera y humilde" disculpa por su conducta "subida de tono".
COMUNICADO OFICIAL DE RAMÓN MELENDI ESPINAEn Madrid a 13 de Noviembre del 2007.
Ante los sucesos que tuvieron lugar el pasado 12 de noviembre en el transcurso del vuelo 6401 de Iberia Madrid-México, y las noticias que en los medios se han venido publicando en el día de hoy, en mi opinión poco fieles a la realidad de lo sucedido, quiero aclarar públicamente la realidad de lo sucedido, de forma sincera y humilde:
Primero, pedir disculpas al pasaje y a quién se haya podido sentir perjudicado.
Segundo explicar que todo comenzó a partir de algo más o menos común y conocido que yo personalmente padezco que es el miedo a volar. Era mi primer vuelo transoceánico y en previsión de mi miedo opté por tomar un par de copas antes de embarcar para, en la medida de lo posible, desinhibirme de dicha dificultad. Una vez comenzado el vuelo, y después de cierto tiempo de tranquilidad en el avión, comencé, sinceramente, a sentirme intranquilo y temeroso de que pudiera desencadenarse en mi un ataque de pánico dentro del avión. Ante tal indeseable sensación, que me resulta difícil de controlar, ciertamente agitado solicité a la tripulación del avión me sirvieran un combinado según el derecho que, creo, me otorga el billete de avión adquirido para mi vuelo.
Sin embargo, lejos de ser satisfecha dicha mi, creo, justa y muy normal, petición fui tratado, considero, de forma no muy cordial por el miembro de la tripulación que contestó a la misma, el cual simple y llanamente me negó la consumición aduciendo que ya había bebido bastante. Yo, inquieto, reconozco que increpé, quizá subido de tono, la respuesta del miembro de la tripulación, momento en el que se desencadenó una discusión entre nosotros dos por la ya referida cuestión. Hubo por mi parte algún insulto, del cual me arrepiento y me retracto, pero en el contexto de una discusión recíproca en torno a lo que yo considero mi derecho como cliente de la Compañía Aérea. Lejos de ser diplomático, el miembro de la tripulación, entró al trapo y me desafió personalmente. El enfrentamiento subió de tono pero siempre de forma estrictamente verbal, hasta que llegó la calma.
Después de haberse, creo, solucionado el enfrentamiento, desistiendo yo de seguir con el mismo, el Comandante decidió, de forma absolutamente desproporcionada e innecesaria, en mi opinión, una grave medida muy inconveniente y dañina para todo el pasaje, consistente en regresar a destino sin que hubiera en ese momento ninguna situación de riesgo explícito ni patente para nada ni nadie en el avión. A partir de ahí lo que hizo la tripulación fue "informar" a los pasajeros de que volvíamos a destino "por mi culpa", cuando creo que es evidente y constatable que esto está muy lejos de ser así. El vuelo podía y debía perfectamente haber continuado con absoluta normalidad y sin riesgo alguno para nada ni para nadie.
De cualquier modo, y al margen de todo cuanto queda relatado y considerado con absoluta sinceridad y humildad deseo, terminar pidiendo disculpas por si mi conducta, ciertamente subida de tono, hubiera molestado u ocasionado algún inconveniente a cualquiera de los pasajeros o miembros de la tripulación del avión.
Poco más puedo añadir. Reiterar mis disculpas a todos, mi profundo malestar por lo sucedido y mi arrepentimiento de aquello que estrictamente a mi respecta.
Ramón Melendi Espina.
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