Baby Dee: "Jesús lo dijo y acertó: el interior es más grande que el exterior"
Cantante. La arpista transexual inicia este jueves en un teatro de León una extensa gira por España.
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En el mundo de las contradicciones, Baby Dee (Cleveland, 1953) sería la reina. Lleva en la sangre los opuestos. No sólo por ser transexual (¿hay mayor contradicción que nacer hombre y sentirse mujer?); también por ciertos apuntes biográficos de lo más disparatado. Un ejemplo: combinó
la dirección de un coro en una iglesia católica neoyorquina con sus actuaciones en clubes nocturnos.
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“El mundo es un lugar extraño”, comenta a Público, “¡una organista transexual tocando en una iglesia católica! Lo próximo que verás es a gays cantando en coros religiosos, organizando bodas para parejas católicas y diseñando vestidos de novia que luego se lucirán en alguna catedral. ¿Habrá un final?”. Tras una vida cargada de experiencias, su lanzamiento discográfico se hizo esperar hasta casi los 50 años. El disco Little Window (2001) descubrió a una cantante y arpista fuera de lo común. Coincidió con el alumbramiento de la carrera de Antony & the Johnsons, con el que compartió aventuras en la noche neoyorquina.
Baby Dee inicia este jueves en León (Teatro Albéitar) una extensa gira por España. Tres fechas las hará en solitario: la de hoy, el sábado en Santiago de Compostela (Festival Sinsal) y el 13 de marzo en Tarragona
(Groove Bar). En los otros tres conciertos será telonera de Marc Almond: el 10 de marzo en Madrid (Teatro Häagen-Dazs Calderón), el 12 en Zaragoza (Oasis Club teatro) y el 14 en Barcelona (Apolo).
Patricia Godes
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Una mujer alta y gruesa, vestida de rosa y con el pelo naranja, sale del minúsculo lavabo de señoras de un restaurante y cafetería en la madrileña calle del León. Con una sonrisa, franquea la puerta a la siguiente usuaria. Es Baby Dee, la estrella de la noche y es transexual, lo cual quiere decir que en otro tiempo usaba el lavabo de enfrente. Para verle actuar con su arpa y su piano sobre el pequeño escenario de Casa Pueblo, la promotora Rosario Rivero había puesto a la venta un número reducido de entradas a 10 euros.
Lo más plus del underground musical madrileño y donostiarra se reunió esa noche para aplaudirle. Sonrisas de reconocimiento e inclinaciones de cabeza: “Me hubiera extrañado no verte”. En el aire flotaba un je-ne-sais-quoi de satisfacción. “Qué sensibles somos, cuánto sabemos de música”. Baby Dee cantó con el corazón en la garganta y una lágrima en cada palabra. Música de verdad bien tocada y bien hecha. La telonera, Little Annie, también estuvo muy bien.