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Michel Foucault El teatro como espacio de cuestionamiento crítico

La dramaturga y actriz argentina Andrea Garrote estrena en el Teatro de la Abadía de Madrid el monólogo pluripremiato 'Pundonor'. Texto fresco e impertinente sobre el suicidio académico de una intelectual al borde de la sociedad.

La dramaturga y actriz argentina Andrea Garrote en el Teatro de la Abadía de Madrid el su monólogo pluripremiato 'Pundonor'.
La dramaturga y actriz argentina Andrea Garrote en el Teatro de la Abadía de Madrid el su monólogo 'Pundonor'.

Andrea Garrote da voz y cuerpo a Claudia Pérez Espinosa, doctora en sociología y experta de la obra del filósofo francés Michel Foucault. De hecho, el curso que la profesora se dispone a presentar, frente a una masa deforme de antiguos y nuevos estudiantes, intenta arrojar luz sobre las zonas oscuras de nuestra sociedad.

Propósito sin duda encomiable, si no fuera por el sonido insistente de los tacones y la nube de polvo de la tiza que distrae la mirada. Pero que el espectador no se confunda: cada detalle no es otra cosa que un guiño camuflado, una anticipación generosa del vórtice perverso en el que la protagonista decidirá abandonarse.

Hablando con Andrea Garrote nos explica su visión de la profesión teatral: "me interesa sobre todo la relación entre el actor y las palabras, el hecho de que las palabras tengan un campo poético y una forma de combinarse, y que a la vez haya conceptos me parece fundamental. El teatro nunca es un lugar moral, siempre tiene que hacer empatía, y eso es para mí lo que genera comunidades más importantes que nunca. Hay pocos espacios donde nosotros podamos tener pensamientos críticos, en los medios no hay porque es imposible conseguirlo. En cambio en el teatro un personaje puede ponerse más árido, más confuso, más equívoco ante un montón de gente".

El espectador se desternillará por lo que vendrá después, y será una risa efímera y dolorosa

Desde el comienzo probamos curiosidad hacia esta mujer que hace su ingreso sin vacilar, como quien se prepara para la guerra. ¿Pero quién es realmente Claudia Pérez Espinosa? "Es una intelectual, académica, que dedicó su vida a estudiar y a dar clase. La universidad era el lugar en la que ella estaba más cómoda, tan cómoda que quiso hacer algunas travesuras".

Llámenlo suicidio o revolución, crisis histérica o empoderamiento. Lo cierto es que a partir de las reflexiones de Foucault, Claudia Pérez Espinosa va más allá de los códigos sociales que definen lo normal y lo anormal, lo correcto y lo incorrecto. Hasta llegar a cuestionar los cimientos mismos del poder del que todos formamos parte como sujetos y súbditos a la vez. La teoría se mezcla con la biografía de la protagonista en un tango seductor pero mortal.

"No me quería desviar, pero parece que el desvío es mi camino, igual señores, malas noticias, viejas noticas; no hay camino y al andar se hace lo que se puede", nos confiesa la profesora desde el principio del espectáculo. La idea del hombre libre y autónomo no es que una piadosa mentira, si te desvías de la normalidad comúnmente aceptada he ahí que la sociedad te reconduce hacia el camino acordado con una patada en el culo.

"Este momento es perfecto", le anima el colega Leopoldo en el balcón de una amiga. "Claudia, voy a irme por un camino extraño, nos parecerá una eternidad, si te animás, podés saltar conmigo, si no quédate acá, el tiempo no existe". El espectador se desternillará por lo que vendrá después, y será una risa efímera y dolorosa.

En el Teatro de la Abadía, Madrid
Hasta el 20 de marzo

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