Massiel sí, Madelman, no: así fue el Mayo del 68 en España
La Sexta desvela en un documental los hechos silenciados por la dictadura franquista en el 68. Treinta personajes conversan sobre la censura y las revueltas que marcaron el mayo español
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“En el Mayo del 68 la gran ola revolucionaria había invadido París; en julio, China y en agosto, Checoslovaquia. A Latina no llegó nunca. Tengo la sensación de haber pasado el 68 metido en la cocina, sorbiendo los caldos de mi madre”. Como Accio, protagonista de Mi hermano es hijo único, muchos españoles pasaron de puntillas sobre los acontecimientos que sacudieron el mayo francés.
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El franquismo se ocupó de silenciar las protestas universitarias y muchos otros hechos que ocurrieron en el mismo período. Cuatro décadas después salen a la luz las maniobras de la dictadura para enmascarar la realidad sesentayochista, gracias al documental 1968. Yo viví el mayo francés.
El audiovisual se emite hoy a las 23.25 horas en La Sexta y en él se despejan incógnitas tradicionalmente obviadas, como qué hubo detrás
del triunfo de Massiel en Eurovisión, por qué no cuajó el muñeco Madelman o cómo se gestó El libro de la vida sexual del psiquiatra Juan José López Ibor. Si hace unas semanas la cadena sorprendía a propios y extraños con un documental de ficción sobre el triunfo del bando republicano en la Guerra Civil, esta noche se apunta otro tanto al lograr declaraciones exclusivas de treinta personalidadesque arrojan luz sobre una época gris de la Historia.
Entre las leyendas hechas trizas se encuentra la victoria de Massiel en el festival de Eurovisión, celebrado en el Royal Albert Hall de Londres. José María Íñigo cuenta cómo directivos de Televisión Española compraron el triunfo de España con el objetivo de lavar la cara del régimen en el extranjero, refirió la directora del documental, Montse Fernández Villa, a FórmulaTV. Y los secretos en la escena musical no acaban ahí. El tema Ponte de rodillas, escrito por Teddy Bautista, fue objeto de polémica por su supuesta connotación sexual. Una incógnita que despeja el propio autor.Pero volvamos a aquella época: el psiquiátra Juan José López Ibor publica un manual (El libro de la vida sexual) en el que equipara la homosexualidad a la zoofilia. “Recuerdo que ese señor estaba por todas partes presentando el libroy ahora hemos descubierto que no lo escribió él, sino Lidia Falcón, una líder feminista que ganaba entre 30 y 50 pesetas por página”, precisa Vila. Otro de los secretos desvelados es el boicot realizado al fabricante de juguetes Manuel Delgado por el muñecoMadelman. El machismo fue el culpable de que ninguno de los cinco modelos que se lanzaron al mercado triunfasen, ya que “el hecho de que se le pudiera poner y quitar ropa se consideraba una cosa de nenas”, según la directora.
Pero la cara menos amable del documental la encarnan los represaliados por el franquismo. Nicolás Sartorius y el actual presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces, relatan su militancia en las acciones contestatarias a la dictadura, que se canalizaba a través del dispositivo universitario. El movimiento de contestación al régimen acabó con decenas de detenidos y represaliados.
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Las protestas le costaron el puesto al ministro de Eduación, Lora Tamayo, y más de un disgusto a su sustituto, José Luis Villar Palasí.
1968. Yo viví el mayo español incluye abundante material de archivos internacionales y entrevistas con los protagonistas de aquellos acontecimientos. Entre los testimonios que se ofrecen figura el del Dúo Dinámico, autores del La, la, la que encumbró a Massiel. En un principio estaba previsto que fuera Joan Manuel Serrat quien representara a España en el festival, pero la organización no aceptó que el cantautor cantase en catalán, lo que obligó a Massiel a preparar su actuación en poco más de una semana. En el terreno de la televisión, Rosa María Mateo cuenta las restricciones a las que se enfrentaban las profesionales del sector; relegadas a los espacios culinarios o de moda. En la misma línea, Valerio Lazarov narra la censura del espacio El irreal Madrid –muy premiado en el extranjero– porque a una bailarina se le veía el ombligo. Glups, tiempos de burka. ¡Corramos!