Maragall no quiere olvidar
Una exposición enseña las fotografías y comentarios que el político ha capturado de su intimidad con su teléfono móvil desde hace un año contra el "futuro incierto"
Publicidad
La sonrisa de su nieta Maia, las pastillas que toma cada noche, sus piernas desnudas y los sudokus con los que se atreve a diario son algunas de las situaciones que Pasqual Maragall no quiere olvidar. Empezó a hacer fotos con su móvil el último año porque considera que "es una manera de fijar en imágenes lo que está pasando a tu alrededor, a veces acontecimientos importantes, y otras elementos efímeros, y también detalles que pasarían desapercibidos sin el ojo de la cámara". Maragall, atento a las pequeñas cosas.
Publicidad
Entre las imágenes que el ex alcalde de Barcelona y ex presidente de la Generalitat ha decidido compartir abundan autorretratos en espejos o cristales. "Supongo que tiene que ver con la enfermedad, con la necesidad de fijar tu presencia, aunque quizás tenga que ver con la egolatría", argumentó un Maragall sonriente, relajado y satisfecho con la exposición y el libro Pasqual Maragall mira, que ayer se presentó y, que se podrá visitar, sólo durante 15 días, en el centro Arts Santa Mònica.
La necesidad de fijar su presencia le empujó a fotografiar
El volumen editado por Blume presenta una selección de las imágenes capturadas por Maragall. La idea de reunir todo ese material fotográfico la brindó su amiga y fotógrafa Caro García, quien trabajó en la producción del documental Bicicleta, manzana, cuchara de Carles Boch, y acompanó a la familia Maragall en el viaje que Maragall y su esposa Diana realizaron a Argentina en 2008, para conocer a su nieta Maia.
Publicidad
Todo empezó cuando en 2007 a Maragall le diagnostican alzheimer, y emprendió una cruzada contra la enfermedad junto a su familia. Desde entonces, Bosch siguió durante dos años a un político convertido en un paciente dispuesto a que los científicos encuentren curación a una patología que padecen 26 millones de enfermos en el mundo.
«Hacer fotos es un vicio de ex presidente y de ex de todo»
Publicidad
Él sabe que es cuestión de tiempo que la vitamina B12 desaparezca de su organismo, y con ella su memoria, pero hasta que eso ocurra fotografía, archiva y clasifica lo que le rodea. Por eso, cuando Caro García le propuso construir un libro con sus fotografías aceptó, y empezaron a cruzarse correos electrónicos cargados de imágenes.
Después de encuentros semanales a lo largo del último año, ambos seleccionaron 178 fotografías de las miles que Maragall ha captado y que guarda en su ordenador, y decidieron presentarlas en dípticos con unos pies de foto, escritos de su puño y letra, que destilan la sinceridad y el buen humor que caracterizan al nieto del poeta que escribió La vaca ciega.
Publicidad
El resultado de presentar dos imágenes por página, ofrece asociaciones juguetonas como la del díptico que a la izquierda muestra un par de portadas de revistas eróticas con el pie "pechuga...", y a la derecha una pata de jamón, con la pregunta "...o pata?". En otro se le ve en primerísimo plano con un puro en la boca, al lado de un cartel de Groucho Marx en un escaparate de una tienda en el que aparece reflejado bajo del rostro del cómico. Una foto que ha bautizado como "Puro marxista", y que tomó paseando por el barrio barcelonés de Gràcia el pasado mes de febrero.
En la muestra abundan los autorretratos en espejos
Publicidad
Las fotografías destilan, sobre todo, el humor y la diversión que Pasqual Maragall experimentó mientras interpretaba y jugaba con la realidad. "Hacer fotos es un vicio de ex: ex alcalde, ex presidente y ex de todo. Cuando estás en un cargo político estás acostumbrado a tocar la realidad. La fotografía te ofrece la posibilidad de representar esa realidad. Son una especie de continuación casi involuntaria de esa pasión por la transformación de las cosas". Además de tomar las fotos con su móvil esta idea ha significado para Maragall una forma de "ordenar" el pasado, porque, cree, que el presente es "el día a día y el futuro, incierto".
Afirmó también que si tuviera que fotografiar a todos los que se presentan a las elecciones en el Parlament de Catalunya del próximo 28 de noviembre intentaría que apareciesen "juntos y revueltos". Para salir del jardín político en el que se estaba metiendo, Pasqual Maragall sonrió y con las manos reposando tranquilamente en los bolsillos habló con resignación de su enfermedad y de la confianza que tiene depositada en los investigadores.
Publicidad
Los pies de foto destilan el buen humor de Pasqual Maragall
A Caro García uno de los dípticos que más le gustan es el que muestra la silueta de un Maragall reflejado en el espejo empañado de su cuarto de baño, al lado de un autoretrato de un Maragall en camiseta apunto de entrar en la ducha. Una imagen que invita a entrar en la intimidad de un personaje, cuya personalidad le ha dado una popularidad excepcional.
Publicidad
Maragall ha descubierto la fotografía como herramienta de expresión personal, como una manera de comunicarse libremente. Como una herramienta para dejar rastro y huella. Parece saber reírse de todo, como su admirado Einstein, que también aparece en el libro junto a una caricatura de quien apostó por las bicicletas, cuando en España nadie lo hacía. Pero no todas las imágenes y comentarios que dan cuerpo a este volumen persiguen la comicidad, aunque el humor sea la nota dominante. En ocasiones, el punto de vista de Maragall se ensombrece y enfoca noticias publicadas en los periódicos sobre la enfermedad que padece. O fotografía a un grupo de gente mayor y comenta que "en Mataró también hay viejecitos con alzheimer".
Las escenas familiares protagonizan la mayoría de las fotos
Publicidad
La familia y las escenas cotidianas son las protagonistas de estos dípticos inéditos hasta ahora. En ellas se ve a su esposa, Diana Garrigosa, tumbada en la cama recién amanecida, o a la misma cambiando los pañales a su nieta. En estos casos, los pies de foto son tiernos y cariñosos. Ayer, tras presentar el libro y la muestra, invitó a los presentes a que lo acompañaran a subir caminando por la Rambla. "Aunque lo malo de venir conmigo es que todo el mundo me para, y tengo que ir repitiendo que todavía me encuentro bien", advirtió.
El responsable del Santa Mònica, Vicenç Altaió, destacó "el carácter democrático de la tecnología pequeña y barata que ofrecen las cámaras de los teléfonos". Los libros de fotos hechas con móvil no abundan, y este pretende no quedarse en un ámbito minoritario. El 50% de lo que se recaude con la venta de Pasqual Maragall mira se destinará a la Fundación Internacional del Alzheimer, promovida por Maragall y los suyos.