'Macarena' vuelve al pueblo
Siete grupos publican gratis sus versiones del famoso tema
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Macarena, la canción, ha vuelto al pueblo. Es una historia compleja. Y un poco rara, la verdad, aunque tiene esa rareza que permite pensar y ver las cosas desde una óptica nueva. El asunto podría empezar a explicarse así: un colectivo de gestión cultural que organiza un arriesgado festival audiovisual en Sevilla -Zemos98- y una productora pionera en la difusión de música en la red -Producciones Doradas- han publicado, para descarga libre y gratuita, siete temas bajo el título Macarena. Versiones domésticas desde el procomún. Con ello pretenden, además de pasar un buen rato, contribuir a ensanchar y enriquecer el debate sobre los nuevos modelos de negocio cultural, ahora que la industria ha perdido el poder que le daba el monopolio de la intermediación y de la copia física.
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¿Y todo eso con la Macarena de Los del Río?, se preguntará el lector. Pues no, no exactamente de Los del Río. Porque la otra clave del insólito asunto es el texto Arqueología de Macarena, de Pedro G. Romero, investigador de pistas culturales y rastreador de músicas, además de director artístico del bailaor Israel Galván.
La tesis de su texto sobre el origen de la canción, muy simplificada, fue presentada ayer en el Festival Zemos98. Es la siguiente: la famosa melodía de Macarena tiene entre sus orígenes la canción popular infantil Trabajando en la mina de pan duro, surgida en las inmediaciones de las bases de Rota y Morón a partir de una marcha de la OJE (Organización Juvenil Española), deformación a su vez de una marcha militar americana.
Una investigación sitúa el origen del tema en una canción infantil
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Pedro G. Romero subraya, por teléfono desde Barcelona, la paradoja que encerraban aquellas imágenes de estadios deportivos en Estados Unidos llenos de gente bailando... al ritmo tecnoaflamencado de lo que en el fondo era una música inspirada en una marcha militar de su propio ejército. Ya se advirtió que la cosa tenía un punto enrevesado.
Según esta investigación, Macarena, aquel tema de letra inverosímil que dio la vuelta al mundo, que se convirtió en la canción española más vendida y que dejó estampas tan escalofriantes como la de Bill Clinton y sus seguidores haciendo su bailecillo en la convención demócrata de 1996, sería una especie de pelotazo musical internacional asentado en la apropiación de una canción popular. Algo que, obviamente, no casa con la versión sobre el origen del archiconocido tema que han dado siempre Antonio Romero y Rafael Ruiz, Los del Río, sus principales beneficiarios.
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Editada en 1993, Macarena "probablemente fue la última canción de la era preinternet, cuando aún se compraban discos", resume Pedro Jiménez, de Zemos98. "Este es un trabajo sobre qué pasa cuando la cultura popular se usurpa en pro de los beneficios de sólo dos personas. No es nada que descubramos nosotros. Macarena ha tenido muchos juicios", afirma. Y añade: "Cuando se ha convertido en una canción que ha vendido más de cuatro millones de copias en Estados Unidos, mucha gente se ha intentado atribuir la autoría" en los tribunales.
Pony Bravo, Manos de Topo, Tarántula y Fluzo, entre otros, hacen las versiones
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Para invitar a la reflexión sobre el fenómeno Macarena, paradigma del éxito absoluto de la absoluta intrascendencia, y para dar argumentos a los defensores de la cultura libre, siete grupos han creado en este proyecto sus versiones de Macarena. Quieren "devolverla" al pueblo, "de donde no debió salir", en palabras de Jiménez, de Zemos98. Los grupos donantes son Pony Bravo (Mc Arena), Manos de Topo (¡Alegría!), Espaldamaceta (Macarena), Fluzo (Step in the Macarena), Tarántula + Tu Madre (Siempre fideos) y Mursego (Makarrena). A ellos se suma el coro infantil Los Chiquillos del Barrio, que interpretan la canción popular Trabajando en las minas de pan duro, que sonó ayer en la presentación del proyecto y que guarda un innegable parecido con la Macarena oficial.
Las versiones son cedidas al dominio público. Nadie cobra. Más adelante se editará un vinilo, también sin ánimo de lucro. La iniciativa es elocuente del panorama libérrimo abierto por la cultura digital, en el que "la intermediación de la industria ha dejado de ser necesaria", explica Daniel Granados, de Producciones Doradas.
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Consumada la "devolución" al pueblo de Macarena, ya sólo queda, como explica Daniel Alonso, de Pony Bravo, que Los del Río se tomen el desafío con humor y no acabe la cosa en reclamación de derechos de autor. Aunque, dado el carácter lúdico y bromista del proyecto, no parece que haya mucho que temer. "Además, a los artistas undergound tiesos no nos suelen meter paquetes", añade Alonso.
Pero, ¿y si la cosa acaba a las malas? "Si llega a haber un problema legal, quizás le dé el sentido total a esto y nos haya salido el proyecto perfecto", afirma Jiménez.