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Leonardo Da Vinci El algoritmo secreto del Hombre de Vitruvio

El célebre 'Hombre de Vitruvio' de Leonardo se ha revelado como un auténtico engaño. Detrás del conocido dibujo hay un mensaje oculto vinculado a la Divina Proporción. Según un investigador italiano, si Leonardo hubiera revelado el secreto de la obra más famosa del Renacimiento, "lo habrían quemado".

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El 'Hombre de Vitruvio' de Leonardo guardaba un engaño en sus trazos. / Pixabay

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Es, sin duda alguna, la pieza más icónica de Leonardo Da Vinci y del Renacimiento. Se trata de mucho más que un simple dibujo de un hombre dentro de un cuadrado y un círculo. Pero, aun así, lo que nadie podía imaginar, sin embargo, es que esta obra maestra del siglo XV itálico pudiera esconder un mensaje oculto, un código misterioso, como si de un thriller se tratara, donde la realidad del mundo del arte supera claramente la ficción.

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El célebre Hombre de Vitruvio es un auténtico engaño. Es decir, que hay mucho más detrás de lo que se ve a simple vista, ya que lleva más de cinco siglos escondiendo un algoritmo secreto. Es lo que acaba de descubrir el investigador italiano e historiador del arte Roberto Concas (Cagliari, 1952) tal como se ha llegado a conocer a través de una exclusiva publicada esta semana por la agencia italiana de noticias ANSA. El autor transalpino, después de 30 años de reflexión y 7 de investigación, está a punto de lanzar un libro en dos volúmenes para explicar su sorprendente descubrimiento: el Hombre de Vitruvio es la imagen de un algoritmo secreto que los artistas han usado desde el siglo IV al XVIII para "certificar" sus obras inspiradas en lo que se conoce como la Divina Proporción, los cánones geométricos impuestos en el pasado por la Iglesia en el mundo del arte.

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El principal descubrimiento relacionado con el Hombre de Vitruvio es que en realidad –más allá de sus conocidas dos posturas– no se trata de solo uno, sino dos hombres, representados en dos edades diferentes de su vida, al mismo tiempo. Se habla incluso de la posibilidad de que haya un tercer hombre también representado. "Dicha investigación es fascinante como un thriller y compleja como una novela de Umberto Eco", se leía estos días en las principales cabeceras de la prensa italiana. Durante cinco siglos el célebre dibujo de Leonardo había escondido este engaño para proteger, de forma codificada, la antiquísima fórmula geométrica y aritmética de la Divina Proporción, que tantas veces se ha usado en el mundo del arte a lo largo de la Historia.

"A partir de 2012 empecé a entender que el dibujo tenía dos rostros"

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La clave se centra en el doble rostro del conocidísimo Hombre de Vitruvio, dibujado a finales del siglo XV. Bien es conocido que muchas de los documentos científicos aportados por Leonardo fueron realizados con escritura especular –redactados al contrario, legibles sólo a través del uso de un espejo–; pero Roberto Concas ha tenido que usarlo en muchas ocasiones, durante años, aplicado a la cara del célebre protagonista: "A partir de 2012 empecé a entender que el dibujo tenía dos rostros. El ojo derecho es el de un hombre maduro, el izquierdo es el de uno más joven. En ese momento me llegó la intuición. Si había escrito siempre hacia la izquierda es porque había aprendido a usar el espejo...y también en este caso empleó uno para reconstruir la figura completa", explica el investigador transalpino. Y añade: "Las medidas han terminado dándome la razón".

Leonardo quería salvaguardar la Divina Proporción

La cuestión de la Divina Proporción a lo largo de la Historia del Arte ha tenido una importancia primordial a lo largo de los siglos, y el investigador Concas explica la razón de por qué Da Vinci tenía tanto interés que dichas reglas estuvieran presente en el Hombre de Vitruvio: "Leonardo temía que pudiera perderse por el camino aquella regla usada por arquitectos, artistas y poetas", explica el historiador. "La primera vez que se empleó fue en el Arco de Costantino, entre el año 315 y el 325 después de Cristo", pero a lo largo de los siglos habrá muchísimos otros casos célebres donde esta proporción fue más que respetada: "La podemos ver en la Piedad de Miguel Ángel y, por supuesto, en la Gioconda de Leonardo".

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El Hombre de Vitruvio fue dibujado en 1490 por Leonardo Da Vinci y se basa en los textos del antiguo arquitecto romano Vitruvio quien, en el siglo I antes de Cristo, afirmó que si una figura humana puede entrar en un círculo y a la vez en un cuadrado, en este caso se estaría hablando de una proporción ideal. Con unas medidas de 35 centímetros de alto y 26 de ancho, esta obra del genio itálico es un dibujo de tinta que, al contrario de lo que se podría pensar, no funcionó como boceto de una obra artística o de un experimento o invento, sino como obra en sí para explicar la proporción del cuerpo humano.

Esta obra maestra de Di Vinci se puede visitar habitualmente en la Galería de la Academia de Venecia, pero hasta el próximo mes de febrero se podrá contemplar en la gran exposición que el Museo del Louvre de París está dedicando al pintor, anatomista, arquitecto, científico, inventor y filósofo transalpino en conmemoración de los 500 años de su muerte. El traslado del Hombre de Vitruvio desde Venecia hasta París ha sido motivo de disputas legales entre Italia y Francia sobre la base de la fragilidad de la centenaria pieza, pero la Justicia transalpina dio finalmente su visto bueno para la efeméride organizada por la pinacoteca parisina.

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"Si Leonardo hubiera revelado que el Hombre de Vitruvio fue todo esto, lo habrían quemado"

Para los artistas involucrados en sus obras, a priori, las reglas de la Divina Proporción eran conocidas y relativamente sencillas. La maestría y la destreza, sin embargo, se hallaban en la forma en la que se aplicaban. La conservación física de esas proporciones era extraordinariamente importante, porque el arte y la arquitectura, también para la Iglesia Católica –que durante siglos ejerció también un poder estatal y político– era una forma de poder. Muchos conocían las reglas de la Divina Proporción y Da Vinci temía que se perdieran para siempre. Pero su mensaje oculto y cifrado tenía un enorme riesgo, algo que el historiador Concas tiene claro: "Si Leonardo hubiera revelado que el Hombre de Vitruvio fue todo esto, lo habrían quemado".

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