La incombustible vida de U2
45.000 personas llenaron anoche el estadio de Anoeta para ver en directo la actuación de la banda irlandesa
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"¿Qué pasa?" fue lo primero que se le oyó decir anoche a Bono, en mitad de la vuelta inaugural que dio, al ritmo de The Return of the stingray, a la pasarela circular que rodea el escenario del 360º Tour, en el regreso de U2 a San Sebastián.
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Con Bono sobre la pasarela también sonaron las primeras líneas melódicas de Beatiful day, canción con la que el líder de la banda irlandesa tomó por fin el centro de la escena. El publico, claro, lo recibió a lo grande.
Además, ayer era un día especial, y Bono se encargó de recordárselo a los miles de fans de U2 que se acercaron anoche a Anoeta. "Ayer hizo 34 años que conocí a estos tipos", gritó el cantante, volviéndose hacia sus compañeros de correrías: Larry Mullen (batería), Adam Clayton (bajo) yThe Edge (guitarrista).
Dos años después, en 1978, los cuatro amigos formaron U2. Hasta hoy. Desde entonces, 12 álbumes grabados (más los directos), 22 premios grammys y más de 155 millones de copias vendidas en todo el mundo, contemplan a esta banda majestuosa que ayer llenó, de nuevo, el estadio de Anoeta.
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Los cuatro músicos giran por segundo año consecutivo con su último disco No line on the horizon, en un tour que inauguraron en Barcelona el año pasado y que les ha llevado por decenas de ciudades de Europa y EEUU.
Bono no se olvidó de ninguna de las tres ciudades españolas que ha visitado hasta ahora la caravana del 360º Tour: hubo referencias a Barcelona, Zaragoza y San Sebastián.
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La música también resultó de lo más efectiva. La banda irlandesa mezcló temas de su último disco y de su repertorio más clásico, que pusieron patas abajo el estadio: el público cantó a grito pelado I Still Haven't Found What I'm Looking For. Sonaron también Mercy, In a little while o Miss Sarajevo.
Si en 1992, el grupo revolucionó la escena musical apostando por las pantallas de gran tamaño en los conciertos de los grandes estadios, con su gira ZooTV, esta vez apuestan por una enorme pantalla circular que permite seguir el concierto desde todas las gradas del estadio. A mitad de concierto, además, la pantalla se desplegó hacia abajo, dibujando una enorme corona sobre los músicos.
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Los mismos teloneros que los acompañaron en Donosti, Interpol, abrirán el concierto del próximo miércoles en Sevilla, y así hasta que termine la gira europea el próximo 8 de octubre en Roma. El año que viene el 360º Tour continuará girando por EEUU. Está claro: 34 años después de conocerse, los miembros de U2 no tiene ninguna intención de abandonar los baños de masas del rock.