"Hay demasiado prejuicio con el cine comercial"

Elio es un vaquero del Pirineo cuarentón, cojo, con un ridículo peinado a lo Iñaki Anasagasti y gafas de culo de botella de las grandes, de las que descorcha Fernando Alonso. Elio es, cómo no, Javier Cámara (Albelda de Iregua, 1967), actor que ha hecho del desgraciado tierno su seña de identidad. Un tipo que no tiene nada que agradecerle a la vida hasta que en ella se presenta Carmen Machi, otro dechado de belleza atípica, y experimenta por vez primera el amor.

Juntar al rey y la reina de la comedia en España ha sido posible gracias al director Nacho García Velilla, que trabajó con uno y con otra en 7 vidas y Aída, respectivamente. De hecho, es la segunda colaboración de Cámara con el realizador, tras la exitosa Fuera de carta (2008). Que se mueran los feos suena al primer taquillazodel año.

"La comedia de los sesenta era cercana. Sus actores eran como de la familia"

"Menos mal que ha entrado Carmen entre los dos, porque si no ya me veía en plan pareja De Niro y Scorsese", dice, entre risas, Cámara. A Nacho y Javier les une algo más que la amistad: la reivindicación de un tipo de cine que, en su opinión, se ha perdido. "La comedia de los años sesenta era muy cercana. Contaba historias de gente excelentemente normal". Un cine basado, por supuesto, en el cómico, en la significación más clásica del término. "Fue una generación de actores que forma parte de nuestra familia. Pepe Isbert podría ser tu abuelo; María Luisa Ponte, una tía, Amparo Soler Leal, una vecina Son fenotipos que puedes reconocer a tu alrededor. Fueron referentes tanto artísticos como vitales. Carmen (Machi) es una gran heredera de eso".

Empeñado en hacer reír y emocionar, a Cámara no le asusta el éxito en taquilla. "Durante un tiempo nos hemos olvidado de que contamos historias para un público y hemos tenido demasiados prejuicios con el cine comercial".

Que se mueran los feos no es sólo Machi y Cámara. Se trata de una película coral (Juan Diego, Tristán Ulloa, María Pujalte), rodada en exteriores, y haciendo frente a los elementos: "Pisé mierda de vaca durante todo el rodaje. Y encima lo hacía con el alza para la cojera". Sin embargo, la gran anécdota de esta producción no fueron las defecaciones de los rumiantes o la falta de luz, sino rodar en vivo el nacimiento de Yuyi, una ternera a la que Cámara tuvo que ayudar a salir. ¿Quién dijo miedo?

"Nos habíamos olvidado de que contamos historias para un público"

"No sentí terror, sentí ternura porque no pensaba en ello. Me dejé las manos tirando de Yuyi. Un veterinario estaría más atento a la respiración de la vaca: yo era primerizo (como ella, por otra parte), y la mujer estaba nerviosa, claro". Para los interesados, la neonata se encuentra en perfecto estado trotando por esos mundos de dios; para Cámara, fue una prueba interpretativa y profesional.

"Después los técnicos me miraban y me decían: Hoy te respeto un poco más". Aprecio que (quizás) le perdieron días más tarde, cuando llegó el momento de filmar la escena cumbre de la película, en la que todo el equipo entona el Eres tú, de Mocedades. Desembucha: ¿Quién de tus compañeros era el peor cantante? "A mí me hacía mucha gracia Juan Diego. Creo que desafinaba adrede".