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Hawass deja el Ministerio de Antigüedades egipcio

El arqueólogo abandona su cargo como ministro tras diez años

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El director general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass, ha anunciado que no mantendrá su actual puesto de trabajo cuando se forme un nuevo Gobierno bajo la égida del primer ministro designado, Essam Sharaf, de quien se espera que tenga listo su gabinete reformista la semana próxima.

Uno de los egiptólogos más conocidos en todo el mundo, el arqueólogo Hawass, ha desempeñado su cargo durante la última década, convirtiéndose en la imagen más característica de la egiptología en el planeta. Sin embargo, desde la reciente Revolución del 25 de enero se le ha acusado de haber estado demasiado vinculado al régimen del dimitido presidente Hosni Mubarak, de haber practicado la corrupción y de haberse preocupado demasiado por proyectar una imagen personal al estilo de Indiana Jones.

'Si el Gobierno me lo pide otra vez, no aceptaré este empleo', manifestó este viernes Hawass a The New York Times. Esta decisión implica que Hawass, de 63 años, dejará el cargo después de haber dedicado su vida a la egiptología. El arqueólogo no se ha mordido la lengua al calificar a los críticos con su gestión de 'insectos'.

En un mensaje que el jueves colocó en su página de internet, el doctor Hawass se lamentaba de que la situación de los yacimientos arqueológicos egipcios haya sufrido un marcado retroceso a causa de la falta de seguridad que se ha derivado de la revolución.

En los primeros días de la revolución apenas se registraron saqueos, pero la situación cambió repentinamente el 29 de enero, cuando la Policía dejó de cumplir sus funciones en todo el país. A partir de ese momento, los saqueos se multiplicaron y aún se agravaron más el 11 de febrero, cuando Mubarak renunció a la presidencia y se creó una situación más caótica.

En el mensaje, Hawass cuenta que el mismo 29 de enero, cuando entró en el Museo Egipcio de El Cairo, el principal centro del mundo para la egiptología, observó que algunos objetos se habían roto y que también se habían destrozado urnas que contenían valiosos objetos. No obstante, todas las obras maestras parecían estar allí. Esto último indica que quienes penetraron en el museo con intención de robar no eran expertos y por lo tanto desconocían qué obras debían haberse llevado.

En su informe, Hawass realiza un inventario de los yacimientos arqueológicos que han sufrido durante las últimas semanas. También revela que varios almacenes situados por todo el país han sufrido a manos de los 'criminales', que han aprovechado el caos para robar. Entre ellos, figura el de Selim Hassan, que está en Giza, donde los criminales entraron el 1 de marzo. Los asaltantes portaban armas de fuego y redujeron a los guardas que vigilaban el almacén.

Hawass destaca que se ha destruido completamente la tumba de Ken-Amun, en Tell el-Maskhuta, que era la única tumba de la Dinastía XIX en el Bajo Egipto. En Asuán, los saqueadores trataron de llevarse una estatua de Ramsés II, pero los guardas consiguieron evitarlo y detener a los asaltantes.

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